Pensaba que la primavera duraba para siempre,
como todos esos encuentros casuales y besos
entre copas, pero un día se terminó.
Recuerdo el principio y el final,
la última vez que mis manos recorrieron tu cuerpo,
tus gestos moviéndote frenética sobre mí.
Todo lo demás lo he borrado,
tan solo quedan las emociones
y la estela que se pierde en el mar del tiempo
confundida con el humo de tu cigarrillo.
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