He escuchado esta canción hasta que se gastó
y entonces necesité otro himno,
así es como me siento en éste momento.
No me banco los abusos que se cometen
en nombre de algo que no existe,
las personas parecen condenadas a pasar por
las garras de unos cuantos
y a eso se lo llama administrar justicia.
Es un mal nombre que sólo esconde
un montón de forreadas propinadas entre
cuervos y lacayos, intermediarios y perjudicados,
un maldito mercado en el que
gana aquel que tiene el circo montado.
Saltan las marionetas,
saltan al compás de esta vieja melodía
que yo me niego a seguir escuchando
y por ello me abro de esta decadencia,
buscando otra cosa que sea más digna
que sólo explotar la necesidad de los demás.
No puedo volver atrás,
ni siquiera se me ocurriría intentarlo,
así que el mañana es todo lo que queda
y lo único que necesito mientras
tenga dos pies y dos brazos.
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