Somos el viento
no nos sentirás,
seremos una brisa
convertida en tempestad
para vencer la adversidad.
Somos el relámpago
cortando el manto negro,
los demás quedan clamando de rodillas,
nosotros deshacemos la oscuridad.
Somos el trueno
nuestra voz no será acallada,
un cuerno de batalla anunciando
que nos hemos levantado de nuevo.
Somos la lluvia,
cálidos para construir
fríos para cobrarnos la ofensa,
no sabrán cuando los alcance
hasta que se ahoguen en su perdición.
Somos el martillo,
la tormenta cayendo al fin,
el trueno, el viento y la lluvia
nuestra marca que no sabe de tiempo,
nuestra sangre se renueva
como la marea regresa
y continuamos en los que quedan.
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