Viernes lluvioso y gris,
al final de la tormenta
ya no queda nada de ti.
Atrincherada en ese rincón
maquinando venganzas
contra los que se han negado
a dejarse usar o aquellos
que son mejores que tú
por intentar algo cada día.
Así están las cosas, cuando
nos separamos no imaginé
que te llevarías una parte de mí.
Tanto que alguna vez ansié tu vuelta
y ahora desearía que nunca hubieras
existido, sólo para darme cuenta de
que eres esto que al fin muestras.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario