jueves

Viendo - Basura - Enredadera


Viendo

Hubo un tiempo en el que uno levantaba la vista del café para ver alrededor, no concentrando la vista sólo en la inmediatez de un mensaje que ha pasado por cientos de dispositivos en una suerte de trasto gastado que no debería estar brillando bajo el sol. Cosas de estos días así que puedo ver por un instante los rostros ajenos, tomando nota de aquella existencia cansada que tras un breve descanso inicia la lectura de un texto al que la máquina le ha dejado una raya semejante a brea sobre el camino renovado.

Basura

Los nacos duelen de andar deambulando para llevar el mango, en ocasiones no alcanza con ello viendo a los bastardos llenarse la boca de promesas en tanto calculan las ganancias y los asnos aplauden habiendo cambiado lo gris por aserrín, producto de hipotecar su futuro por un momento en el que degustaron lo que les pertenece por nacimiento y los revolucionarios viven en departamentos lujosos usando un discurso viejo, vetusto, que no deja ocultar lo inútil de su existencia. Si tuvieran la manija serían tanto más peor que los otros, aunque esto no es consuelo.

Enredadera

Empecé a ver el mundo de otra manera con el paso de la vida, mientras yacía ocupado en cuestiones diarias noté el alejamiento entre las personas. Situaciones que se volvieron un estado imperturbable, palabras que ya no se pronunciaron y momentos no compartidos. Como si se tratara de criaturas extrañas simplemente vivimos en la misma tierra pero hay un abismo invisible, los puentes se han quedado para otras situaciones por lo visto. El sol de noviembre le pega a la pared descascarada, la enredadera ya hizo su trabajo sobre el muro que empieza a mostrar los signos del agrietamiento. Lo cubrió con su vegetal cuerpo drenando las fuerzas, tomando la totalidad de la humedad que en las noches le llegaba y engañándolo con una oscuridad eterna. Ya el sol no sale para ti, duerme en el olvido de esta humanidad a la que no le dejo ver sus cimientos y me alimento de la ciega creencia de que lo único importante es el hoy. No tendrán tiempo de ver estas cicatrices que te he hecho, olvidan fácil así que no existe el antes o en su caso se reduce a pedazos de instantes que pronto terminan desechados. En ocasiones alguien mira debajo de la superficie notando que la jungla verde es infinita, por supuesto que algún loco intenta tocar el ladrillo gris que vengo reduciendo a polvo hace décadas. Pero enseguida se convencen de lo inútil de la obra continuando calle abajo hacia Marano, ahí pueden decidir entre el mar o la zanja profunda llena de más tentáculos verdes que atrapan cualquier pedazo de vida que ande hundiéndose. En caso de optar por volver aquí los espero para reír en lo que hacia afuera parece un estremecimiento producto del viento.
No recuerdan nada.