domingo

Los leones insurrectos

¡Ejem, cof cof! Vio que yo a veces me olvido un poco las cosas. Jeje, pero según me acuerdo llegaron una tarde tibia y apacible, cuando en la facultad había poca gente. Creo que ese día la explanada y casi todo el edificio estaban vacíos, salvo por los directivos y algún que otro becario. No recuerdo si se trataba de un  paro docente... o por ahí era el día de la primavera, pero muy pocos estudiantes andaban por el complejo. 

Los perros también se habían ido, al principio creí que por la ausencia de los habituales viandantes, pero después fue claro que no era así. Por supuesto que ellos lo sabían, al otro día los estudiantes volvieron... pero los perros no. Y mire que los perros andaban siempre por acá...algunos cuentan que ahora son dueños de una plaza. Que están en el centro, y que ahí despanzurran las bolsas de basura y corren gritando maldiciones caninas a las ruedas de los autos. El perro grandote, el  marrón con un collar verde, el que se comía los cascos que los motociclistas dejaban atados al ras del piso... y su amigo negro, y el perro chiquito y viejo con la cola recta como una flecha, los tres andan por ahí...ellos a su manera avisaron. 

¿Qué le contaba? Ah, sí... ya sé, de la tarde que llegaron le hablaba...me acuerdo de que lo primero que pensé era que habían venido por la comida, vio que cada vez que alguno se recibe queda tirado un montón de basura: huevos, harina, fideos...¡Pero carne no! Bueno, o casi nunca. ¿Qué tonto no? Estaba muy equivocado. ¡Cómo si ellos fueran lauchas! Qué pavo que fui, pero bueno sepa entender que ante semejantes circunstancias no era fácil pensar de un modo razonable. Más de uno habrá dicho pavadas...

Llegaron los tres juntos, y ya la tenían bien pensada eh...no eran ningunos improvisados estos leones. Llegaron ronroneando como gatos grandes y juguetones. Los tres hermanos con las melenas doradas brillando al sol...¡Qué bichos enormes y maravillosos! Poderosos animales, yo me los acuerdo inmaculados entrando por el arco cuadrado pintado de azul, ahí me quedé helado...pero me ignoraron...capaz me confundieron con una parte más del banco de cemento, o no me vieron, o no les importé por que andaban buscando otra cosa. Pasaron por al lado mío, y siguieron de largo caminando despacio por la explanada, después entre los árboles y hasta la escalera de ciencias exactas. 

Entrando al edificio se encontraron al primero, venía bajando las escaleras, desde el primer piso. ¿Ya le dije que fueron sólo por los directivos? ¿No? Bueno, eso...lo vieron y él se puso loco. Empezó a gritar y a gesticular, como hacía cada vez que estaba contrariado y quiso discutir con ellos, ya les estaba tirando a la cara cuantos papers tenía publicados...y bueno, creo que los fastidió. Al principio parecía que los gatos iban a ignorarlo, pero uno de ellos lo miró y gruñó despacio. Después, delicadamente, lo partió al medio. Fue un movimiento suave...de derecha a izquierda, con la garra de la pata delantera derecha.  Así se murió el loco, se apagó chillando cosas inconexas sobre papers y física nueva. Los gatos, ahora sí, lo ignoraron y subieron las escaleras.

Fueron sólo por los directivos y, como dijo el rengo, "los reventaron a todos". Fueron prolijos, mire que los tipos quisieron huir... y algunos hasta trataron de entregar algún becario en su lugar, pero no. La verdad es que subestimaron a los leones, habrán pensado que eran bichos tontos que querían comida nomás...je, para nada, querían la facultad... ¡Vaya a saber por qué! Pero bueno, lo cierto es que ahora es de ellos...y se trabaja mejor que antes.
El único que no salió corriendo fue Gregorio, el director del instituto, que se quedó en la oficina. Yo pensé que no lo querían a él...pero lo fueron a buscar a lo último, y bueno...lo reventaron  vio...ahora esa es la oficina de ellos, sí...y Betti es la secretaria...ella dice que no piden nada raro. Pero bue, eso pregúntele a ella.  Lo cierto es que ahora se labura más tranquilo vio, son leones razonables...Huy mire, justo  ahí viene uno, sí... a esta hora siempre andan revisando éste pasillo, así los biólogos no joden. Venga vamos, vamos a acariciarle un poco el lomo. ¡Pero venga hombre, dele!

HammerHand 2016.

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