sábado

Carne molida

Pase y vea mi buen cliente que aquí tenemos precios para todos los bolsillos y materia prima para todos los gustos, hasta la señora coqueta que no sabe leer el letrero acerca de no ingresar con animales tiene un espacio reservado en la exhibición. 
Venga, vea estas gangas que se nos escapan de las manos como el líquido rojo mezclado con el sudor de la frente limpiado con él mismo delantal que de tantas manchas ya no recuerda al blanco.
Venga, le haremos un descuento por el collar que encontró en la pila de carne molida y una vez lavado se lo puede llevar de obsequio.
Eso sí, no venga usted también con una mascota o terminará siendo parte de los cortes cárnicos igual que la señora de alta alcurnia cuyos ojos fueron a parar al caldo cocinado atrás de bambalinas y que cenarán esta noche aquellos que vienen a buscar un pedazo de osamenta espantados por el frío de la calle.
¡Está caliente, se lo puede tomar de un sorbo y seguir viaje!

Sagan

Por una de esas cosas inexplicables de la vida llegó a mis jóvenes manos un ejemplar de la serie "Cosmos", obra del genial Carl Sagan y a mis diez años me puse a leerla sin analizar nada (dado que no tenía tal capacidad). Desde entonces he sentido un peculiar respeto por el universo y la pequeñez que nos envuelve, tanta como la sensación de ver al océano desde una orilla. Así, el segundo de los libros creados entre finales de 2018 y mediados de 2019 necesariamente conduce al espacio, la literatura en este sentido es semejante al mismo éter dada su condición de infinita. 

domingo

Oda al Pancho

Franco y tranquilo Pancho,

el amable pan

blando cómo la caricia de una madre,

envuelve el sabor generoso de la salchicha

de vida injusta, burlada.

Noble y siempre presente, barata hasta el desprecio y cumplidora,

la mayonesa picante se aferra a las esferas doradas de papa

Y este pancho es un poema, una oda a las papilas gustativas y una burla a los infames.

Estoy comiendo un pancho,

me pregunto a qué Francisco descuidado le habrá hurtado el sobrenombre.

Alimento franco y tranquilo,

Pancho.

El pan amable y blando se ciñe al embutido como la caricia de una madre.

Así envuelve el sabor generoso de la salchicha.

Pobre,

salchicha por fálica burlada. 

Odiada por igual por machirulos y hembras de pañuelo verde. Salchicha patriarcal y medio rara,

carne de vida injusta, tenida en menos. 

Injuriada por la ferocidad del chorizo y la popularidad de la hamburguesa.

Pero noble y siempre presente, barata hasta el desprecio y cumplidora.

Su Dios le otorgó un manto, ornamento dorado y corona.

Mayonesa picante aferrada a las esferas doradas de papa que no convocarán a ningún dragón, por hoy.

El pancho es un poema, una oda a las papilas gustativas y una burla a los infames.

¡Viva el pancho carajo! Barato, calórico y condimentado...macho pancho, como el gaucho de esta pampa...muere y lentamente mata.

Drama y arte, cómo un plato pintado por Marta Minujín, listo para que siete locos lo cocinen con sus rebeldes lanzallamas.

¡Viva la patria! El pancho les pone el pecho a las balas

y no la sigo alargando por qué se me enfría.