viernes

Viviendo

Un trazo rojo,
un mar igual detrás 
de la escena
pintada por el acero,
un océano agitado
quebrando sobre los paganos,
consumidas sus maldiciones
por el ruido del oleaje.
Una copa alzada al caer el sol
por los que se fueron hace tanto,
una eternidad cada momento sin ellos.
Miles de faroles en la fría noche de verano
soplando suavemente el viento sobre las dunas,
levantando la espuma que atraca en la orilla
de la desolada playa.
Tanta paz lejos de la gris ciudad,
el camino cuesta arriba,
la voluntad el escudo para recorrerlo
y nuestra alma la espada implacable
en esta batalla llamada existencia.

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