Náufrago inadaptado


El náufrago es un tipo de este mundo
capaz de las hazañas más difíciles,
equilibrista sobre una línea etérea
de la que a veces resbala.
Antihéroe, apaga incendios
en el último momento
cuando los demás han huido despavoridos.
Tal vez por eso de haberse reinventado
desde las zozobras, en tanto otros
tratan de conseguir un madero que
los mantenga a flote.

Ahí, sobre esa roca oscurecida por el tiempo 
yacen los versos ardientes de quien ha sabido 
corresponderle a esta tierra. 
Hijo de gringos, medio gaucho, 
medio del otro lado del océano. 

Único. 

I)

Y ahí, en lo más alto del mundo, 
fue donde alcé mi espada 
junto a mi rabia y furia total. 
Forjada del acero más duro de afilar,
como nunca brillaba. 
Ella bañada en cromo y sangre, 
chorreaba sobre mi cabellera, 
cuerpo, barba y alma. 
Así fue como me bautizó el diablo, 
rojo soy, 
puedes ver y sentir. 
Como ese motor hirviendo, 
raza de la más roja he de ser. 
Roja como mi sangre, 
como ese diablo gaucho 
que llevo en mi sentir. 
Mitad tano, 
mitad indio guerrero 
he de seguir
siempre hasta el fin. 
Luchando por el olvidado Rock, 
el desprestigiado Hard Rock y 
el sucio Metal.

II)

Viajo junto al caballo loco, 
de lava y volcán son las sendas 
que hemos de recorrer. 
Volamos justo al ras del suelo
y yo herido de muerte, a punto de fallecer. 
Caballo de fuego, 
no me dejes caer, 
caballo de fuego. 
Nacido en este infierno 
cuando su potra madre roja parió, 
ahí fue que mi zaino colorado nació. 
En este desierto a punto de morir de sed, 
caballo del infierno no me dejes caer. 
Caballo de este infierno, 
caballo de mi infierno.

III)

Ese viejo borrachín, tirado ahí nomás 
sin pretender a ningún lado ir, 
era el viejo Valdez. 
De muy chiquito lo vi, 
abrazando su damajuana de cinco litros nomás. 
Bien manso, barbudo, harapiento y todo mugriento, 
sólo pensando en su pasado estaba. 
Fue por problemas de familia y harto de todo, 
que así se dejó caer. 
Recuerdo que alguno me contó: 
que en su época, 
fue un gaucho de mucha fortuna.
Que llegó a tener uno de los más grandes campos de la zona. 
Con tremenda montura y riendas de plata su caballo negro lideraba. 
Y que aparecía en el pueblo a veces, dando mucho que hablar. 
Triste me sentí, cuando me enteré que en esa casa abandonada, 
cerca del arroyo, tirado en un colchón todo roto, 
la muerte le vino a buscar. 
¿Quién es ese viejo?, 
preguntaba yo a mi padre. 
El me respondía: 
ese viejo, 
ese viejo es el Viejo Valdez.

IV)

La veo y no lo puedo creer. Es verdad. 
Como esta mujer encendió mi luz.
Enroscó su diabólica cola y me llevó, no tuve opción. 
Fui yo, el que fijó ojos en ella. 
Enviado al ataque, como buscando mujer eléctrica.
Mi ser aún no lo puede entender, mi mente mucho menos.
Arrastrando su cola infierno, me dejé llevar. 
Mujer del fuego. 
Me dejé volar, hacia sus laberintos del hard rock show.
Cómo resistir tal tentación, si para cuando mi mente reacciona, ya caí.
Caí en la telaraña de su amor.

V)

Cuánto más. 
Cuánto más puedo aguantar, 
el picar piedras como esclavo 
de esta prisión. 
Cuánto más puedo aguantar, 
el odio que tengo adentro. 
El que consume en fuego mi alma. 

Todo es bienvenido 
en el nombre de la libertad. 
Tengo que ser libre, 
tengo mucho más para aguantar, 
para soportar. 

Pero ya no te puedo sostener, 
te me escapas por la boca, 
te me vas en palabras. 
Sin decirme adiós, 
sin decir nada, 
te me vas. 

Te vas dejándome seis 
balazos por la espalda. 
Tu revólver 
y su tambor vacíos 
de pólvora y plomo, 
guardando sus cápsulas. 

Tirado sobre el escombro demolido. 
Desde este punto de vista, 
es cuando bien de cobarde te vas.

VI)

Cuando la peor mente, 
es la del líder que gobierna 
y las más agachadas
cabezas de marionetas obedecen, 
no son más que mierda pisada, 
por botas de cuero vacuno 
y espuelas criollas. 
Facón de plata en sangre 
y gaucho caudillo de alma. 
Enemigo político y argentino.


VII)

Pasaron muchas guerras, se consumió un largo tiempo.
En la era del bronce, en la que un niño fue el gran jefe.
Invocado por el dios del rayo, enviado por el dios del trueno.
Hoy el niño de fierro, emerge desde el volcán del forje.

Thunderchief es el niño de acero.
El que viaja en el tiempo a la velocidad del sonido,
el enviado a salvarnos, un trueno en agallas.
No existe fuerza alguna que pueda detenerlo.
Quisiera verlos intentarlo.

Enviado de Thor
viene a salvar una tierra devastada,
saqueada, mal gobernada, aniquilada.
Estallando un solo rayo furioso,
podrá limpiar la sucia lacra de un país en ruinas.
Yo soy el niño de fierro,
¡Yo soy Thunderchief!

VIII)

Encarnizada pelea de perros. Encarnizada lucha de perros, a la que me enfrenté. 
Mi hijo, un setter irlandés. El atrevido, un pastor inglés. 
Trenzando mandíbulas feroces entre sí, dando vueltas por doquier. 
Corriéndolos y ya sin fuerza, no me puedo sostener. En el último aliento los alcancé. 
Por salvar al mío, la mandíbula del otro abrí. 
Prisioneros fueron mis dedos, desgarrados ante el enfurecido inglés. 
Así el zorro colorado escapó, mas mis nudillos atravesados no. 
Desangrándome mal, a mi morada llegué. 
Abriendo la puerta mi padre, en sus brazos fue que me desmayé. 
Fue por salvarte colorado setter irlandés, fue porque eras como un hijo, sabes. 
Foxy se llamó mi zorro, compañero eterno y de muchas hazañas. 
Siempre te recordaré...






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