Será acaso que esta época hace aflorar todos los sentimientos
y más de algún recuerdo, es como ver la vida a través de un vidrio
sin poder cambiar la escena que pasa ante nuestros ojos,
meros testigos de algo que yace más allá de toda razón.
Así es como tantas cosas se nos hacen presentes,
un beso, una caricia, una palabra de alguien que se ha ido
y la lista parece no tener fin, las lágrimas tampoco.
Tanto que añoramos otras cosas, sin tener muchas veces
algo de todo eso, olvidando que lo más importante
no es amarrocar cosas en una cofre
sino tener aquello necesario e indispensable.
Un amigo, un amor, un motivo para cada día,
lo demás se puede ir al carajo,
yo no lo necesito y no lo quiero.
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