domingo

Otoño atlántico

I)

Una copa de vino, un alargue de hace un año, una radio moderna y los aparejos de pesca, no recordaba tu voz pero enseguida disipó esa niebla también para ponernos al día. 
Los protagonistas de la escena aparecieron nuevamente como al volver a abrir un libro, sólo que esta vez eran personas a las que amamos y que el tiempo nos ha quitado aunque sin verlo nosotros somos ellos prolongados en la eternidad.

II)

El verano se ha ido siendo reemplazado por el viento que anuncia mucho antes al invierno, tal vez sea crudo y gélido como antaño, tal vez pase sin pena ni gloria como la última primavera que fue más agua que otra cosa y hasta el verano era un desquiciado al tornarse de un caldero al frío estelar.
Tormentas sorpresivas y ráfagas combinadas con el servicio meteorológico que no la pega nunca, parece ser que esa oficina la ocupan los mismos que hacen el horóscopo. Pero por suerte para ellos, la perra nunca le erra cuando la ventisca viene.

III)

Nos cubrimos de protocolos que son únicamente papeles, los demás usan balas y excusas para vulnerar cualquiera de los derechos allí contenidos. Siempre hay una salida para los réprobos, una justa causa que invocar cuando se trata de aplicarle un trato salvaje a tu ocasional vecino.
Seguro debe haber hecho algo, será un peligro para la paz mundial aunque a una parte del mundo no le interese ir a la guerra y a la otra sólo ver qué videojuego comprar esta temporada.
En cualquiera de los dos casos se genera una conciencia de que estamos en peligro no sea cosa de que alguno se dé cuenta de que este es el mismo mensaje gastado pero con un envase diferente. Y cuantos más bots trolleros lo repliquen, mucho mejor.  

IV)

Volvimos por la misma ruta con el sol de frente, tras la lluvia del sábado nos refugiamos en nuestro hogar. No existe nada como ese pequeño rincón al que escaparnos aunque parezca que es sólo la rutina que nos lleva de vuelta a casa, pero en realidad tiene algo de mágico y es en el hecho de que estamos ahí juntándonos cada atardecer para reponernos del viento que sopla afuera.
Así que funciona como un faro que nos atrae, el mantenimiento del mismo corre por nuestra cuenta.  

V)

Cae la noche sobre el pago, la loba descansa en su cubil bajo una luz artificial y escucha atenta a los sonidos de una casa silenciosa. El oso que Julio olvidó en su periplo se traslada por entre las paredes y en las noches frías llega hasta la canaleta, pegándole al rocío que se acumula en el metal para ver como raudo se desliza hacia el piso.
Entonces olvidando su origen le aúlla a la luna, mientras abajo el huargo se pregunta hasta cuándo durará esta locura. 

jueves

Cuchara

Y sí, tengo una voz aunque ahora no lo parezca
mientras sorbo los restos de las esperanzas
con el instrumento menos pensado.

Por ahí escucho una risita de cierta Maga con
la que hacemos catarsis, en este océano de letras
nos hemos puesto a hacer un sopa.

Huyendo del bestiario en el que las palabras
son convertidas en mutaciones que derivan
en neologismos y en el que bizarro pasa
de valiente (gallardo) a raro.

Pues en eso nos hemos transformado,
en unos extraños que tratan de evitar el derrumbe
aunque vivamos entre las ruinas
y nuestra única arma sea esta cuchara.

Supernova

Me cubrí de excusas y me volví uno más en este viaje
a través de los mares literarios me perdí,
buscando el universo de Crugg
me encontré con un magiar
que trataba de sobrevivir en un mundo
lleno de incomprensiones
y principios que se echaban a la basura.

Encontré la desazón en un viaje a Bariloche,
tal vez por no comprender las diferencias
generacionales usé una metáfora
para que Melany se indignara
y falté al último adiós de personas
a las que no puedo reemplazar.

Ahora lo único que queda son sus nombres
en los muros de un lugar al que quiero,
pero que no será lo mismo sin uno de ellos
porque incluso el krakén se ha vuelto
parte de la leyenda, al huir con el príncipe
hacia los reinos de Mariel.

Es eso y un par de enredos
que quedan tras la última apuesta
a alguien que sigue a un técnico Bizarro
y las aulas vacías por aquellos
que parten hacia Demacia.

Al 6° que se fue.

Delirio marino

Y sí mi buen Kraspo, uno no puede andar por ahí saltando entre las olas porque su fortuna ha cambiado. Aunque es entendible la necesidad acuciante que nos invade cuando el calendario anda cerca del final del mes.

Pero incluso con eso uno no se puede poner a cantar como si nada importara, dado que nunca sabemos quién puede estar mirando y volviéndonos una instantánea que nosotros ignoramos.

La única certeza de ser víctima de un ojo eléctrico es cruzarnos con un rostro conocido en la escalera, que no duda en soltar una risita a nuestro paso.

Nefelibata


Ausentes y ocupados
todo transcurre en una pecera
especie de vidriera en la que mostramos
una eterna felicidad, nada de grises
todo a color, no hay fracasos sino
eternas victorias ignorando el resto.
Selección arbitraria de momentos,
gustos compartidos para que nos
vendan como portada de una red social
en la que todos somos amigos.
Anonimato digital desprovisto del dolor,
retoques a recuerdos que olvidamos
detrás de otra instantánea y un me gusta
infinito, colados en la realidad del otro
en tanto no vivimos la propia.

¡Qué vida! La auténtica vida está ausente. No estamos en el mundo. 
Quelle vie! La vrai vie est absente. Nous ne sommes pas au monde. 
Jean Nicolas Arthur Rimbaud
 

Qué


Qué es esto sino un rejunte de historias que se unen un primero de abril
y se separan cada mañana cuando te vas rauda por esa serpiente azul
que es la interbalnearia, pese a que nos volveremos a ver cuando caiga el sol.

Qué son los últimos ocho años sino un par de minutos llenos de alegrías
compartidas y silencios profundos que siguen a mi pérdida de paciencia,
una especie de trueno en medio de un día de treinta y tantos grados.

Qué fue de eso llamado soledad que a veces trata de volver cuando no estás
para que la perra le muerda las faldas y tenga que largarse a otra parte,
en tanto espero que las calles que nos separan momentáneamente nos reencuentren.

Qué hermoso ha sido descubrir que nos amamos pese a que muchas veces
no coincidimos en nada y la paz que te rodea contrasta con el peor de los días
cuando el domingo termina sin goles o algo que estaba entero termina rompiéndose.

Te amo y en esas dos palabras se resume todo.

viernes

Balneario Reta


Reta, Balneario Reta, Océano o Balneario Océano se encuentra ubicado en el sur del Municipio de Tres Arroyos, Provincia de Buenos Aires. Es una pequeña población costera que mantiene aún la vieja cadena de médanos, una cosa bastante rara en la región dado que la mayoría de las playas han sufrido las acciones del ser humano que se traducen en quita de arena para poder construir.

Ello genera que el mar no tenga contención alguna a la hora de avanzar, socavando los cimientos de las construcciones aledañas a la línea de marea o bien dejando poco o nada de playa en las horas de pleamar.

Tal vez las únicas excepciones a este cuadro las constituyen las playas de Necochea, Valeria del Mar y el sur de Villa Gesell, en las que existen lugares en los que todavía parte de las dunas existen. Aunque paulatinamente el avance urbano les va ganando lugar.
Reta posee una población estable entre 750 y 1000 habitantes, las principales actividades se relacionan con el turismo, construcción, pesca artesanal, mantenimiento de redes eléctricas o empleo público.

Sus calles son de tosca, el asfalto llega hasta la entrada de la localidad desde el año 2012, el centro de salud primaria abrió en el año 2013, la secundaria en el 2010. Pequeñas mejoras para un lugar que crece pero que incluso hoy mantiene mucho de su pasado intacto.

La conservación de las playas y médanos siempre ha sido una obligación de quienes viven allí y los que vamos cada tanto.