lunes

Don Horacio

Un mano sujeta el recipiente que guarda el secreto de la madera y la vendimia,
vendimia, nos has dado tu preciado fruto que se derrama como lágrimas,
lágrimas de un rocío que se vuelve un océano de color escarlata,
escarlata intenso como las emociones que dejan una atmosfera roja,
roja, rojo es el secreto que ahora yace desvelado sobre esa copa,
copa que acompaña al fuego que en esa noche arde intenso como las estrellas,
estrellas en donde Horacio compone una copla eterna.

Agua

Un poco más, el asado estará listo. Una copa de vino, los comensales ya estaban por llegar. 

Afuera no volaba una mosca, el otoño había llegado sin aviso previo, lejos quedaba el fragor del verano.

Todo dispuesto, ocho platos, ocho vasos, igual juego de cubiertos. Una ensalada, nada demasiado complicado, sal y aceite.

La casa se llenó de ruidos, sus invitados estaban ya sentados. Cargó un poco del agua que almacenaba de la lluvia.

Disparos. 

Gritos. 

Corridas. 

Luego silencio.

La radio que había dejado prendida desde la mañana anunciaba la catástrofe. El agua escaseaba, no existían tratados que frenarán el comienzo de una nueva guerra.

Faltaba sólo declarar reserva mundial al suelo bajo nuestros pies, para justificar la invasión.

Reforma

Los pasos de Pluvio resonaron sobre los adoquines, todas las mañanas se tomaba el trabajo de recorrer el casco viejo de la ciudad eterna añorando un tiempo que los bárbaros se habían llevado. Encontró los baños antiguos al cruzar una arcada que databa de la fundación de la ciudad, allí una enorme escalera descendía hacia lo profundo como una serpiente de granito.
Su viejo amigo Lucio lo esperaba, la charla duró apenas unos instantes y las palabras del sacerdote lo acompañaban de regreso a su villa.

—Podemos reemplazarlos a todos, es cuestión de cinceles y de martillos.
—Sustituiremos los nombres viejos con otros de nuestros más ilustres héroes.
— Le agregaremos previo al nombre algún título honorifico o tal vez una de esas palabras que usan en el vulgo: Santos.
— Alzaremos los templos en lugar de los antiguos recintos y eso será todo.
— ¿Y qué haremos con la plebe?
— Nada, la recompensa será un lugar junto a los Dioses. A cambio de eso deberán soportar ciertas pruebas, servirnos en lugar de ser esclavos.
—¿Acaso hay alguna diferencia entre ser esclavo y ser sirviente?
—Los sirvientes tributarán y se podrán convertir en ciudadanos luego de diez años de tareas. También votarán delegados que responderán a una terna elegida por nosotros. 

Estaba hecho, las viejas estatuas serían reemplazadas por otras y así el rebaño seguiría esa nueva guía.

Tren de consecuencias

La vía atraviesa el desierto, es todo lo que ha quedado junto con el mar, los dos se disputan cada palmo de la playa en una lucha titánica. Las antiguas líneas férreas sobreviven gracias al trabajo de los androides, seres sin ningún tipo de gracia y condenados a perecer al final de la vida de sus baterías, entre las arenas.

El paso de las horas quedó reflejado en el enorme charco que se creó en el centro de la derruida estación, cada gota de lluvia agregó un poco más de agua a la causa de las horas perdidas. Los dos viajeros se contentaron con esperar.

El tren llega sin previo aviso, no hay quien lo reciba y mucho menos alguien que vea ascender o descender a los pasajeros. Sólo se puede abordar por el último vagón, luego la marcha se reanuda.

Con ella van las últimas dos almas, debiendo atravesar en cada uno de esos vagones cosas que han quedado guardadas en la oscuridad por demasiado tiempo y ahora reptan hacia la superficie.

El sol ha quedado atrás, escondido tras la puerta del carro que muestra un oasis en medio de las arenas del tiempo. Pero sólo es una ilusión, los golpes de la espada dejan el tendal de demonios que se arrastran a los tapetes que pueblan las paredes.

La extensión física del vagón no se compara con la dimensión a la que han accedido tras cerrar la puerta. 

Una explosión, el arma de Marko abre un agujero en ese lugar sin tiempo ni espacio. Suficiente para engullirlo todo como un maelstrom. 

Todo excepto a los últimos dos viajeros que han de enfrentarse con el primer vagón.

Tecno Gaucho

Gaucho, montando a caballo con un celular en la mano y una remera de Maiden. La boina y las alpargatas me recuerdan que soy un ícono de mi provincia, primero matrero luego héroe de la campaña al desierto.

Antes despreciado por guacho, lo peor del mestizaje y sometido a cuidar los fortines para que el citadino pueda vivir en paz. De un lado la sangre del viejo continente me niega, del otro el indio, hermano de sangre, viene por mi vida y tengo que elegir seguir conservándola. 

A un lado me han hecho, en las fiestas cívicas me exhibían como a un personaje pintoresco pero luego me mandaban en primera fila a la guerra. Sin tierra ni paga, los vencedores repartieron todo hasta donde llegaba la extensión del ojo.

Así me he ido amoldando a esta vida paria, invadido por un bodrio posmoderno que reemplaza las costumbres con calabazas y cervezas en honor a un santo que no es Vega. 

Piedra

_ Sé que puedes oírme, sé que pese a esa forma de estatua tú y tus hermanos siguen vigilando éste mundo. Cada tanto la abandonas para poder ver lo que ocurre alrededor, el humo de tu pipa se siente por aquí.

Pese a que estos salones han sido convertidos en un museo, ustedes aún vigilan. ¡Basta ya de esta mentira! Abandona esa forma y enfréntame.

La montaña rugió, Thorval dejó la forma de piedra que sus ancestros le habían enseñado y portando el martillo enfrentó a aquel que lo amenazaba. 

De pronto el lugar cambió, se encontraron flotando en el aire, las nubes corrían como un río debajo. Thorval lanzó una bocanada.

Aquel cuya voz había escuchado abandonó el traje oscuro y se presentó ante él.

_ No hacen falta las formalidades dijo Thorval y levantó el martillo.

_ Tú ya no tienes la ventaja de la roca murmuró el mago.

_ No importa, me basta con tener esto. 

Alzó el enorme mazo al cielo, como respuesta nubes negras lo recubrieron. El mago no se intimidó, hasta que de pronto sintió un súbito escalofrío.

Un enorme carro tirado por dos carneros gigantes se abalanzó sobre él y lo pulverizó. Lo único que quedó flotando en el aire fue el cayado del hechicero, lo tomó y formando un círculo rúnico regresó a la vieja montaña.

Tal vez era hora de despertar a sus hermanos pensó, pero no, mejor sería buscar a los magos. Acto seguido como si el martillo entendiera esto fue transportado a un lugar lejano, al otro lado del río se levantaba la torre.

En su cima giraba una esfera de diversos colores, intercambiando entre azul, púrpura, negro y rojo. Thorval encontró a los cuatro magos sentados en torno a una fogata.

_ Al fin has regresado dijo Púrpura. 

_Todo alrededor parece haber cambiado.

_ No todo replicó el mago azul, éste tonto de Púrpura detuvo el tiempo. Así que todo ha quedado como en la vieja época. 

_ ¡Qué bueno! Les he traído un regalo. 

Acto seguido arrojó el cayado, los cuatro magos se miraron sorprendidos. Reconocían las inscripciones en el báculo y ello generó una disputa que terminó con los cuatro desparramados en el piso al chocar sus poderes.

Thorval levantó una silla, se sentó y lanzando una bocanada al aire dijo:

_ Bueno, podríamos comer unos ravioles.

Viejo y nuevo

I)

Al final de un año intenso, la mejor decisión que he tomado ha sido haberme ido de una buena vez y recorrer esas calles polvorientas a lo largo del invierno. El calor de diciembre se hace sentir, incluso el vaivén del océano sobre Creta apenas lo contiene.

Calor, habita en nuestros corazones y en el de esa bestia como la noche sin luna. Apenas nos da tiempo a refrescarnos, apenas para que luego ataque con toda su magnitud mientras buscamos con que contenerlo. 

Pero sin éxito.

II)

Emprendí éste viaje a través de terrenos desconocidos una tarde noviembre, pese a que ahora estoy más tiempo en un lugar aún sigo yendo de acá para allá como si una mano invisible me obligara para no perder la membresía en el club de los nómadas.

Si la vida te parece ajetreada deberías ver la de los otros.

III)

Nada más triste que un lápiz abandonado sobre un tejado ardiente, tomemos la escalera escondida en la sala de educación física y vayamos a su rescate.

Al ser trasladado junto con los otros náufragos de la mina, los que hemos salvado del abandono al que sometieron, parece que recobra el conocimiento y liberado sólo quiere escribir sobre esa hoja que también alguien dejó.

IV)

Flotando un poco, para escapar de éste mundo que nos atormenta con rutina y cansancio.

Huyendo lejos de la ruta que conduce hacia esos claustros en los que se acumulan expedientes con nuestros nombres.

La paz no está allí, tampoco esa sombra oscura que se asoma al borde del estanque y pide que le devolvamos la rama que yace abandonada en la otra punta de nuestro refugio.

Mirando las estrellas en un cielo oscuro, lo demás se ve distante y así es como lo dejaremos.

Memoria y tiempo

I) Donnar.

Es un segundo, el colmillo de la bestia se quiebra
y lo utilizo para rematarla, para así liberar el mazo
que yace aprisionado entre sus fauces.
Es un segundo, el veneno corre a través de mis venas,
siento que todo a mi alrededor se detiene.
Todo excepto una cosa,
la sombra del lobo gigante abalanzándose
sobre mi Padre.
Es un segundo, logro destrabar el martillo
y mientras la bestia da los últimos coletazos
lo envío en esa dirección.
Es otro segundo, la sombra del lobo ha desaparecido
y pese a que he caído en batalla
nuestro Padre ha sobrevivido.
Con él nuestro linaje también.

II) Memoria (Munin).

Puedo recordar el primer día de clase en la primaria
dado que en esa época no había jardín de infantes,
estoy hablando de 1986 concretamente.
También recuerdo haberme dado un golpe
en la rodilla con uno de los tirantes que luego
se utilizó en la ampliación de la Escuela Nº 34.
Recuerdo haber ido a buscar un banco al salón contiguo
en el primer día de clase de la secundaria,
obviamente también me viene a la mente el baile de egresados
sobre todo porque recientemente presencié el de alguien
a quien estimo mucho.
Salvando las distancias diría que es lo mismo.
También recuerdo el día en el que llegué a la pensión de Luz y Fuerza
allá por el año ’99 o el gol de Tévez al Santos en Brasil,
es decir todo tiene que ver con las emociones.
Lo que se arraiga es emocional
todo lo demás se va descartando,
son como capas de pintura sobre un mismo cuadro.
Una reemplaza a la otra,
pero existen ciertas marcas que quedan
y de eso se trata la memoria.
Particularmente que quede algo.

III) La metáfora del tiempo.

Tiempo y vida no son sinónimos
sin embargo van de la mano,
la metáfora del tiempo es un televisor
de perilla que produce un ruido
semejante a una estática al ser encendido.
Al ir cambiando gradualmente de canal
nos encontramos con diferentes escenas
que hacen a la vida de una persona,
su nacimiento, el jardín de infantes,
las corridas por las calles del barrio,
la adolescencia, el grupo de amigos,
un viaje hacia un lugar desconocido,
el desarraigo al tener que emigrar para estudiar
teniendo la posibilidad de hacerlo,
conocer a alguien,
echar raíces dirían antiguamente 
y una nueva vida que viene al mundo.
O tal vez no, nada de todo eso,
sino simplemente la vida de una persona
que corre libre por las calles 
y que mantiene esto a lo largo de toda su vida
sin nada de lo anterior.
Sin embargo en todos los casos iríamos
cambiando de canal hasta llegar a la última opción,
entonces esa existencia sería un retrato
al costado del sillón en donde el tiempo
encarnado se echaría a dormir
para luego rejuvenecido contemplar
la historia nueva de los que nos suceden.
En realidad la misma historia,
para el tiempo sería todo lo mismo,
lo que ocurriría es que cambiarían los personajes,
es decir los más pequeños cobrarían protagonismo
en tanto los adultos pasarían a formar parte del retrato.
Pero presentes.

IV) Niebla y tiempo.

Hay niebla en la ciudad, en cierta forma el tiempo se asemeja a la niebla ya que va borrando las cosas de a poco y cuando finalmente se disipa todo ha cambiado.
La ciudad sigue siendo la misma que antes pero los que cambiamos somos nosotros, los personajes de la historia cambian, se renuevan y en algunos casos vemos como la historia se  repite pero con otras caras.
Es poner en escena algo que conocemos pero que tomamos como nuevo, en realidad es algo que ya hemos vivido. Así en el día de mañana la niebla no estará, la ciudad seguirá siendo la misma pero sus moradores son otros. Eso es lo que hace interesante la historia.

Sin embargo si pudiéramos trazar un paralelo veríamos que hay cosas que se repiten cotidianamente.