I).
En un comienzo anterior
al mundo conocido
se despertó y vio el vacío
por donde se desplazaban
los hijos del fuego y del hielo.
Se desperezó contemplando
por una eternidad aquel oscuro
lugar del universo y entonces
sintió el poder emanando
desde más allá de aquel
profundo y virgen abismo.
Se contempló a sí mismo
y estuvo buscando la respuesta
que nunca parecía llegarle
hasta que de súbito los gigantes
lo atacaron, unidos hielo y fuego.
La batalla se prolongó
lo que para él era una eternidad,
pero era difícil poder saberlo
ya que aquel lugar ¿acaso tenía tiempo?.
Cuando sus enemigos se replegaron
ocultándose en la nada comenzó
a percibir que aquello
no tendría fin o ¿tal vez sí?.
II).
Descubrió que no estaba solo
o al menos eso le pareció
y entonces dos seres aparecieron
a su lado, iguales a él pensó
pero algo era distinto.
Eran como él pero parte de sí mismo
y entonces los contempló como semejantes,
hermanos de sangre y tomó el nombre
de aquello que sus dos visitantes
tenían de sí y que en adelante
los demás seres poseerían.
Se llamó Alma que en la lengua
de los que aún no habían sido creados
sería conocido como Odín.
Exhaló y sonrío a la vez que
preparaban la carga contra los vástagos
del fuego y el hielo.
III).
Cruzando el abismo los tres hermanos
se encontraron con el guardián,
fuego, hielo y oscuridad en un solo ser
vigilando el paso hacia la fortaleza
de nieve y olvido.
Combatieron con él y en la batalla
Odín hirió con su espada
de muerte al gigante que se precipitó hacia
el vacío que rodeaba al helado mundo,
más allá del océano de lava
donde moraban los hijos del fuego.
El universo se partió en ese momento
en un millar de fragmentos,
elevándose una enorme nube,
anunciándole a los gigantes
la llegada de los Aser.
Descendieron a través del mar de magma
enfrentándose a los ejércitos
que hasta entonces no habían tenido enemigo alguno
y la batalla eterna estalló en todo su esplendor
cuando los tres quebraron a los defensores
golpeando a las puertas de aquel palacio de hielo.
Sin embargo supieron que no era posible
erradicar a los gigantes ya que aquel
equilibrio no podía romperse así que los tres
se sentaron en las puertas de ese lugar
y durante una eternidad deliberaron
sobre qué hacer hasta que Odín
contempló la oscuridad que se había
quebrado más allá del vacío
y descendieron hacia el sepulcro
del gigantesco guardián.
Sus enemigos iniciaron el contraataque
decididos a detener a los invasores
pero sus armas resultaron inútiles
para frenar a los tres y oleada
tras oleada fueron rechazados
en un abrir y cerrar de ojos
hasta que decidieron replegarse
hacia su morada sabiendo que
aquel lugar sería el único que
los invasores no podrían traspasar.
Entonces en aquel cese del fuego
los tres destrozaron el cuerpo
del gigante y crearon el mundo.
Sus huesos se convirtieron en montañas,
su sangre en el océano, sus venas en los ríos
que llevarían las corrientes hacia el mar,
su cráneo en la bóveda celeste que poblaron
de estrellas y finalmente sus ojos en el sol
y la luna para completar la labor.
En lo alto de aquella bóveda estrellada
llamada Gimli erigieron su tierra sagrada
y en el centro de ella el palacio del acero,
el trueno y el relámpago, morada de Wotan
y al que solo los Dioses podían acceder
hasta que el destino permitiera
la entrada de los hijos de Odín.
De metal es el reino y
de metal será el alma de los hombres
quienes le servirán más allá
de sus existencias para la misión que
Wyrd revelaría en el futuro.
Ahora era el tiempo de reposar
para los tres mientras se aprestaban
para el siguiente paso en aquella
existencia en el medio del cielo
y por encima del vacío del fuego y el hielo.
IV).
La forja fue creada del trueno y el relámpago
resplandeciendo entre las nubes
y con ella surgió su hijo al que llamaron Donnar
dándole el martillo de las tempestades, el poder
sobre el viento y la lluvia.
Forjó un carro y cuando estuvo listo
su Padre le dio dos carneros
que lo llevaban a través de los cielos
rodeado por las nubes de batalla,
negros navíos preludio de la contienda
y el movimiento de la nave de Thor
creando relámpago y el trueno,
respondiéndole para completar la sinfonía.
Los gigantes se alarmaron y enviaron
sus huestes contra el para descubrir como
su martillo los precipitaba hacia el Inframundo.
Entonces aquel al que los Jotuns
llamaban Señor decidió volar hacia el
y la batalla comenzó.
El trueno y el relámpago estallaron
contra el poder de la llama,
igualados astucia y fuerza
se contemplaron un instante
y entonces Thor rió ya que
había encontrado alguien que igualaba
su fuerza con artimañas y evasivas sembrando
la discordia en el campo de batalla.
Su nombre era Loki al que los gigantes
denominaban la llama y le fue concedido
un lugar entre los muros que protegían
la morada de los Dioses.
La paz entre los dos bandos reinó
por un tiempo mientras Odín descendía
en busca de la fuente de la sabiduría
que le permitiera ver más allá
que sus hermanos y preparar
el inevitable quiebre en ese
delgado momento de equilibrio.
V).
Encontró la fuente y a su guardián,
pagó con un ojo por un trago
de esa sabiduría oculta a todos
y luego se dirigió hacia el árbol
del mundo ofreciéndose
en sacrificio para alcanzar el poder absoluto
sobre la vida y la muerte.
Durante nueve días colgó del enorme árbol
muriendo y renaciendo cada amanecer,
viéndolo todo, lo que fue hecho y
lo que debería ser formado aún.
Vio la llanura del destino y a los ejércitos
alineándose frente a frente,
vio la sombra del lobo cubriéndolo
y le arranco un grito que hizo estremecer
a Ydrassil hasta lo más profundo
donde el dragón se despertó de su letargo.
Vio la traición tomar forma y el final
de uno de sus vástagos sepultado
por el muérdago, llorado en vano
por todos menos por uno que le era familiar.
La lluvia lavó sus heridas y despertó viéndolo
todo claro, no escapando nada ahora a su visión,
los cuervos sobrevolaron el árbol del mundo
mientras el aullido de los lobos acompañaba
el batir de sus alas negras en el amanecer.
Gritó y el trueno sonó a lo lejos
quebrándose sus ataduras, liberándose
de la prisión que se infligió.
Agotado descendió hasta la fuente
donde Mimir lo observó, haciéndole
la referencia al Padre de Todos.
Cortó con su espada una rama del enorme árbol
y con ella forjó la lanza de los héroes.
Gungnir iría por siempre consigo
señalando a los caídos en la contienda
para que le sirvieran en la muerte,
volviéndolos héroes en la batalla
y depositándolos en los salones de
acero del Valhalla.
Cuando regresó recibió de la llama
un corcel de ocho patas, hermano
del dragón que despertó en ese amanecer
y con el descendieron hacia la tierra deshabitada
que se encontraba entre Asgard y el mundo
de los gigantes del fuego y la escarcha.
VI).
Loki encontró a los seres inanimados
en un bosque petrificado.
Odín les concedió el alma y la llama
les obsequio el fuego, sangre en sus cuerpos
para completar la obra.
Y en el océano hecho con la sangre del gigante
engendró el Dios del Fuego a la serpiente
hermana del corcel y el dragón del Averno
donde regía la hija de Loki,
el hombre pobló ese mundo denominado Midgard
Los hombres se expandieron como una plaga
venerando al trueno, al relámpago y llevando
en la sangre el deseo de la batalla,
escondida la traición tras maquinaciones
frutos de la esencia de la misma llama.
Invadieron el mar con sus barcas dragón
que simbolizaban al durmiente que Odín despertó,
fabricaron espadas de acero y construyeron
fortalezas con la ayuda de los enanos
que veneraban al Herrero de todos los Dioses.
La guerra estalló entre los mortales
y los campos se llenaron de lamentos,
cantos de gloria precedían a las valquirias
quienes cumplían con el encargo del Padre
llevando a los einheriars a través del Puente
del Arcoíris, aumentando las filas
de Odín para batallar en el destino
de los Dioses contra los gigantes.
Aquel al que los humanos veneraron
en una época primitiva como Dios de
la Guerra, desplazado por la presencia de
Odín fue llevado a Asgard
y recibió su lugar entre los Aser,
las espadas forjadas para la batalla final
llevarían una runa blanca y la marca de Tyr.
VII).
Golpeó al gigante precipitándolo
y con su fuerza arrojó a otro lejos,
apartándolos de los hombres.
Los demás rieron cuando lo vieron desarmado
pero sus nudillos apretados acompañados
por el centellar de sus ojos los alarmó.
El martillo volvió a la mano de Thor
estallando el trueno en todo su esplendor
y el relámpago los masacró.
Los gigantes del hielo eran muertos
por el calor que emanaba del hijo de Odín
mientras la lluvia azotaba al mundo
para reconstruir la vida, estación tras estación
y el continuaba surcando
el cielo montado en su carro.
Solo Sleipnir superaba en velocidad
el andar de los dos carneros mientras la nave
volvía a Asgard y vadeaba el Puente del Arcoíris
para no destruirlo con el calor que emanaba de aquel ser.
Abajo en el mundo de los mortales se reflejaba
esa esencia en una cálida lluvia y el arcoíris
surgió marcando el camino hacia la morada suprema.
Una senda de gloria y fuego por la que los
guerreros llegaban portados por las valquirias,
en las alas del viento mientras el lamento
de sus seres queridos acompañaba
el andar de las doncellas.
El galope y el brillo de las armaduras forjadas
por Donnar producía un resplandor de luces
que se veía en la helada noche sobre el norte,
era la señal del andar de las valquirias
buscando en el campo de batalla a los elegidos
que morarían en los salones del Valhalla,
cruzando el Puente donde el Bardo compondría
una sinfonía sobre sus hazañas y
los conduciría por una de las quinientas cuarenta
puertas hacia el enorme trono de metal
donde los dos lobos vigilaban.
Salones majestuosos, muros cubiertos de lanzas
y techos hechos de escudos, señales de la contienda
que llegaría sin que los Aser pudieran
alterar el curso de las cosas.
VIII).
La larga procesión deja atrás los salones del acero
cruzando Bifrost hacia el mar de Midgard,
Baldo ha muerto víctima del traidor
que se valió de la oscuridad de su propia sangre,
llevando la muerte bajo la forma del muérdago
y calló cuando las lágrimas debían venir
para traer de regreso a aquel que gobernaría a los Aser.
La barca esperaba escoltada por un grupo de einheriars
quienes alzaron sus espadas al viento
clamando venganza, como un cuerno de batalla
sonando lejano en la llanura del destino.
El cuerpo inerte yace sobre la pira
flotando la nave de una vela hacia el ocaso
llevada por el viento de su hermano,
mientras la tormenta se aproxima
señal de la revancha que pronto tendrán.
Los rayos caen y encienden la sepultura
de Baldo mientras Odín contempla
como el mar se lleva el cuerpo de su hijo.
Los cuervos vuelven trayéndole
la ubicación del traidor quien se refugia
en una sala de miedo con cuatro entradas,
salidas todas ellas vanas para escapar
del ojo del Padre, mientras Sleipnir
relincha emprendiendo el galope
superando al carro de Thor,
volando en el viento, llevando a Odín,
en tanto la tormenta y los rayos acompañan
la búsqueda de Loki cayendo sobre el
y atándolo a una roca en Midgard,
esperando atormentado el día en
el que guiara el barco de los muertos.
La tregua se ha roto cayendo la destrucción
sobre los gigantes del hielo y el fuego,
arrojándolos hacia el Inframundo
en medio de una descarga mortal
pasando como el viento el carro de su amo.
Un nuevo guardián custodia la puerta a la fortaleza
plantándole batalla a Thor en medio de una
sinfonía de acero y trueno, quebrando la tierra,
escuchándose la confrontación en lo más profundo
del abismo donde mora el Nidhogg.
El guardián perece cayendo en la batalla
sobre el cuerpo de Donnar que yace atrapado,
mas Magni, heredero del trueno, el viento
y la lluvia, emerge de la nave principal para quitar
aquella masa inerte del cuerpo de su padre
retornando juntos hacia Asgard.
Al final alguien sobrevivirá y blandirá el martillo,
cabalgando por los cielos entre la tormenta.
IX). Epílogo: Los Dioses van a la guerra. El Ragnarok ha llegado.
Embravecido tras una eternidad de prisión en la roca,
unido por una cadena que parecía inquebrantable
finalmente Loki se soltó gritando aún por la agonía
y como respuesta también se liberó Fenris, el lobo,
atado gracias al sacrificio de Tyr.
A esto lo siguió la embestida desde el Inframundo
de Garm, su guardián, quien acompaño el andar
del Nidhogg hacia la llanura de la batalla.
Salido del reino de Hela surgió la nave
de los caídos capitaneada por Loki
uniéndose a ella la serpiente de Midgard
y surgiendo de la fortaleza los gigantes.
Entonces Heimdall vio venir la confrontación
desde Bifrost y tomando el cuerno
emitió un potente sonido que despertó a
los Aser y preparó a los einheriars para la batalla final.
Al mismo tiempo los lobos engulleron al sol
y a la luna desatándose el invierno de los tres años,
matándose los hermanos entre si mientras
la traición se propagaba por el mundo de los hombres.
El barco llego a la llanura de Viligrif
alineándose las fuerzas del Inframundo,
esperando la respuesta de Asgard.
Sufur padre de los gigantes de la escarcha
cabalgó a través de Bifrost, quebrándose
el puente finalmente mientras Heimdall
corría hacia el encuentro de la contienda.
Los Jotun quebraron el sepulcral silencio
con un grito que heló la sangre de los mortales
y como respuesta el trueno estallo
mientras los relámpagos acompañaban la llegada
de Thor, quien dejando su carro cayó blandiendo
el Mjolrni frente a Loki.
La serpiente de Midgard emergió entonces
de entre los centenares de enemigos
y la batalla comenzó, descargando sin cesar
la maza sobre el cuerpo de la hija del traidor.
Entonces dos lobos llegaron, precedidos por dos cuervos,
emergiendo el corcel de ocho patas
llevando a Odín hacia su destino, seguido
de millares de einheriars quienes se lanzaron
en medio de un cuerno de batalla
a una feroz tormenta de acero y gloria sobre los gigantes.
Un aullido se hizo oír de entre las filas
de los Jotuns mientras Fenris se abría camino
enfrentándose al Padre de Todos.
Garm se dirigió al encuentro de Tyr
enfrascándose los dos en una lucha sin cuartel
mientras el Dios de la Guerra blandía su acero
con la única mano que le quedaba.
El Nidhogg se precipitaba sobre las filas
de einheriars quienes caían y se levantaban
no dando cuartel a los Jotuns.
Entonces una sombra gigante cruzo el cielo gris
y los enemigos ancestrales chocaron, retrocediendo
el Nidhogg antes los embates de la enorme águila.
Loki se abría paso blandiendo una pesada hacha
hasta que se topó con Heimdall quien
de un terrible golpe lo echó por tierra
iniciando así la confrontación.
Los einheriars instados por Woden no daban
un paso hacia atrás, mientas las valquirias
atormentaban a los trolls quienes con torpes
movimientos se herían los unos a los otros.
Tyr herido de muerte hundió su espada
en el cuerpo de Garm quien cayó bramando
junto al Dios de la Guerra.
La espada se clavó en el suelo señalando
el lugar donde yacía el antiguo Señor de la contienda,
mientras Fenris devoraba al Odín sembrando
el descontrol en la heroica masa de einheriars,
inclinándose la balanza en favor de los gigantes.
De la nada, silencioso y taciturno
emergió Villar, la venganza encarnada
y saltando sobre el lobo le arrancó la mandíbula
desprendiéndose las suelas de sus botas
al matar al hijo de Loki.
Tomando la espada de su Padre guío a los einheriars
hacia adelante, matando a los gigantes
en una arremetida plagada de plata y venganza
mientras el grito de guerra de los héroes
asolaba las fuerzas del Averno.
Thor dio el golpe de muerte a la serpiente
cayendo sobre el pesado cuerpo
de su oponente, mientras la tormenta explotaba
en el cielo y el carro descendía comandado
por Magni quien blandiendo el Mjolrni,
que yacía en el campo de batalla,
arremetió contra los gigantes en medio
del trueno y el relámpago matándolos
mientras se abría paso entre los cadáveres.
Entonces Loki feneció a manos de Heimdall
quien cayó en ese final llevándose consigo
a la semilla de la traición mientras Sufur
quemaba todo a su alrededor pereciendo
los héroes, las valquirias, los gigantes y el
padre de todos ellos, mientras los pocos
Aser que sobrevivieron se refugiaban
del calor de las llamas.
Precipitándose hacia el océano de fuego
llevado en la caída por un águila gigante
el Nidhogg murió dando fin al invierno.
Baldo emergió del Inframundo guiando
a su hermano ciego hacia Idavellir donde
se encontraba alguna vez Asgard.
Reconstruyeron el Reino de Acero
colocando un trono en el salón central
donde Villar colgó la lanza Gungnir
y la espada Balmung, convirtiéndose
en regente de los Dioses llevando consigo
el cetro dorado y el anillo Draupnir.
Magni agitó su martillo, estallando
el trueno en la tempestad mientras
el carro corría por los cielos
acompañado del batir de las alas
de Huginn y Muninn.
Baldo ocupó su lugar nuevamente
entre los Dioses al igual que el
sol y la luna, nacidos antes de la muerte
de sus antecesores mientras el mundo
de los hombres resurgía de los dos seres
que sobrevivieron a la última gran batalla.
Un trueno retumba acompañando
la labor del herrero quien forja
una espada, que llevara la runa de
un poderoso guerrero llamado Thor.
El mal se quemó junto a Asgard
pagando el precio los Aser y los héroes
llevándose consigo a todos los Jotuns.
En la tierra renacida un lobo corre
a través del bosque en la noche,
trayendo recuerdos de leyendas
que hablan de una batalla en la que
Dioses y hombres se unieron para
liberar todo mal existente,
perdurando en los descendientes de unos
y otros un mismo vínculo llamado Alma
que antiguamente se conocía como Odín,
Señor de los Dioses y Padre de Todos.
Dioses, Monstruos y Hombres.
Las Eddas Poéticas constituyen el relato de los nórdicos sobre la creación, destrucción y creación nuevamente del mundo. La historia es cíclica en su concepción y el destino (Wyrd) inevitable.
Éste relato está basado en los fragmentos de las eddas poéticas que he encontrado complementado por mi fanatismo hacia Manowar.
Odín: en la creencia de los nórdicos (Suecia, Noruega, Dinamarca y Alemania) regente de los Aser (Dioses). Dios del Trueno, la Guerra, la Magia, la Poseía y la Sabiduría. Confundido con Alvater el Dios supremo de los germanos que creó desde la nada silenciosa y bostezante al mundo y al ser (de ahí deriva el término Allfather o Padre de Todos con el que se lo conoció a Odín).
Wodan o Wotan como también se lo conoce creó el mundo junto a sus dos hermanos del primer gigante que mataron (los huesos formaron las montañas, la carne la tierra, la sangre el mar y el cerebro la bóveda celeste llamada Gimli donde colocaron las estrellas).
Sacrificó un ojo para poder beber de la Fuente de Mimir adquiriendo la sabiduría suprema y ofreciéndose en sacrificio colgó durante nueve días de Ydrassil,el fresno del mundo, muriendo y renaciendo, obteniendo así el poder de traer de la muerte a los guerreros que conformarían el ejército de einheriars en el Ragnarok.
Al final del noveno día descendió del árbol y cortando una rama forjó a Gungnir la lanza con la que señalaba a los guerreros que irían al Valhalla portados por las valquirias. También obtuvo el conocimiento sobre las runas, la primera forma de escritura conocida por el hombre con las que cubrió a su corcel de ocho patas, Sleipnir hijo de Loki.
Al Valhalla se accede a través de una de las quinientas cuarenta puertas para dar con el salón en cuyo centro se encuentra el trono de Odín, con los lobos Freki y Greki posando a sus pies y los dos cuervos Huginn (Pensamiento) y Muninn (Memoria) quienes les traían las noticias desde Midgard sobre las andanzas de los hombres, enanos y gigantes. Odín posee la lanza Gungnir, la espada Balmung, su anillo Draupnir y un cetro dorado.
Los techos del Reino del Acero están recubiertos de escudos, sus muros de lanzas y hay espacio para todos los elegidos.
Su hijo mayor es Thor el Dios del Trueno, el Viento y la Lluvia, al que los daneses llamaban Donnar. Según la creencia el Trueno era el sonido de su carro mientras corría por los cielos. Donnar es poseedor del Mjolrni, el Martillo matador de gigantes que retorna a sus manos siempre gracias a los guantes de metal que porta. Era el único de los Aser que no podía cruzar el puente de Bifrost o del Arcoíris para no destruirlo con su calor.
Loki es el Dios del Fuego, un Jotun (gigante) que goza de cierta divinidad durante la tregua en la batalla entre los Aser y los Jotuns. Es padre de la Serpiente del océano de Midgard, del Dragón de Nifinheim (Inframundo) o Nidhogg, de Hela la Reina del Inframundo y de Sleipnir el corcel de ocho patas de Odín.
En algunas narraciones es quien les da la sangre a los hombres y Odín el alma, ya que eso es lo que significa su nombre.
En el Ragnarok Loki comanda el Barco de los Muertos, hecho con las uñas de estos y por eso se evitaba enterrarlos con las uñas largas para que no le dieran fuerza a la nave.
En el concepto de los nórdicos el destino es inevitable y aun los Dioses saben que perecerán sin poder evitarlo, sabiendo quien peleará con quien y como terminara la batalla. La muerte de Baldo (el Apolo nórdico) desatará la furia de Odín y Loki será encadenado en Midgard para purgar su crimen al haber ocasionado la muerte del hijo de Wotan destinado a regir a los Dioses, colocando una rama de muérdago en las manos de su hermano ciego cuando Odín trataba de evitar la muerte de Baldo haciéndolo invulnerable a otros elementos.
Vendrá el Firlbunwinter, el invierno de los tres años y los lobos alcanzaran al sol y a la luna devorándolos. Se soltara Fenris el lobo, hijo de Loki, y temblara Ydrassil, el fresno del mundo. Entonces Heimdall, el Guardián del Puente del Arcoíris, sonara el Ghallajhorn llamando a los Dioses a la guerra.
Primero ira Odín con Sleipnir y sus lobos a la llanura de Viligrif (Cruce de Batallas) seguido de los einheriars (los guerreros que reúna para esa última confrontación). Thor dará muerte a la Serpiente de Midgard y morirá por el veneno de esta; Odín perecerá engullido por Fenris y Villar (la Némesis nórdica) el hijo silencioso de Odín, vengara a su padre matando al Lobo.
Tyr (Dios de la Guerra) quien perdió su mano al serle arrancada por Fenris se matara en la pelea con Garm (el Cerberus del Inframundo) y Heimdall caerá junto con Loki, hundiéndose el Nidhogg en el Inframundo, concluyendo el Destino de los Dioses (Ragnarok).
El mundo renacerá ya que sobrevivirán Lif y Lifthrandir (Vida y Esperanza de la Vida) resurgiendo de ellos los seres humanos, habiendo sido depurado el mal del mundo y naciendo un nuevo sol y una nueva luna antes de que sus antecesores fueran devorados.
Villar se convertirá en regente de los Aser, Magni portará el Martillo de su padre Thor y Baldo surgirá del Inframundo junto con su hermano ciego morando los Dioses en Idavellir donde estuvo Asgard.
La batalla en la creencia de los nórdicos es inevitable, como el destino.
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