martes

Antihéroe

Ni la capa, ni la máscara
la nuestra no es una historia
de héroes con final feliz.
Nada parece seguro,
no hay explosiones
ni grandiosas entradas.
Sólo patear día a día
la calle en busca de lograr
algo mientras otros
se benefician de nuestro sudor.
Ahí vamos, sin marcas ni músculos
tallados en un gimnasio
con esperanzas y sueños
que muchas veces se vuelven bofetadas.
Nada de escalar un acantilado
sólo exploramos continentes
con nuestra infinita paciencia
y las suelas gastadas dan muestra
de esto, la del anónimo que no
figura en ninguna pantalla
pero está en todas partes.

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