sábado

Mariana

No necesita demostraciones
qué ironía en esta letra,
el lazo es invisible
resistente al frío, a la vanidad
y a las decepciones del camino
que nos separa pero nos une.
El tiempo no logra que envejezca,
la vuelve más joven,
la revitaliza cada vez
que la palabra escrita o dicha,
corta la distancia sabiendo
que estás ahí del otro lado.
Que tu día ha sido diferente
al mío, pero que en ese punto
compartimos lo que nos unió
volviendo atrás cuando éramos
más pequeños, pero siendo
como me dijiste,
los amigos de esta época
son los mejores.
O mejor dicho,
es en esta época que me hiciste
descubrir que es la amistad,
un libro en blanco,
una historia por escribir,
momentos hermosos,
una manta para los días difíciles.
Algunos pasan su tiempo
con la vista hacia lo alto,
lo que buscamos yace acá,
tan inocente como esos deditos
cerrándose en torno a tu pulgar,
diciéndote acá estoy mamá.
Este ha sido un día frío,
algunas gotas del roció
se me cuelan de los ojos,
la noche helada las convierte
en pequeños diamantes
golpeando contra la mesa
sobre la que dibujo estas líneas.
Gracias,
no hay otra palabra,
por estar ahí siempre
en los buenos momentos,
sobre los peldaños de la torre
viendo el humo elevarse al cielo.
Por las veces en las que volvía vencido,
humanos pisándote con una calificación,
y encontraba palabras de aliento.
Por el abrazo de una parte tuya,
una noche de mayo, que cada día que pasa
de estos años crece a semejanza de vos
mientras pelea con un enano
que ahora se reparte nuestra atención.

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