sábado

Guerra

Las trincheras surcaban la tierra
como venas, cubriéndose poco a poco
de la sangre de los hermanos.
Traídos del continente negro,
muriendo al pie de las armas
incandescentes, unidos en ese final
los de un lado y los del otro.
Las municiones que dejan de llegar
para detener la marea que se lanza
sobre las líneas de defensas,
haciendo a un lado a quien
en esa mañana esperaba junto a ti.
Sentados a lo lejos, viéndolo
desde un lugar seguro ellos
esperan que el humo que cubre
el campo de batalla se disipe,
para poder ver realizados
sus anhelos de poder,
mientras un barco con 
nombre de mujer
parte hacia otro lado,
lejos de la devastación.

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