I) Marajense.
Amanece, algo tan simple como esto
y el mar que es el más sabio de nosotros
besa las playas de Ajó lavando las heridas
que el humano le ha causado.
Su compañero, el viento, corre raudo
por la avenida tocando su canción favorita
que en esta época ya se asemeja a una ventisca.
El tercer tenor emerge triunfal
cuando el telón azul se levanta,
acariciándote suavemente el rostro
mientras te dispones a recorrer
una mañana más las calles
de tu Mar de Ajó.
II) Marco.
Éramos pequeños,
juntábamos monedas de nuestros viejos
y abuelos para comprar la caja entera
de chocolates, con la esperanza
de encontrar la figurita que faltaba.
Vos ya sabías que eso no era posible
pero nos mirabas alejarnos hacia
el otro lado de la calle, esperando
paciente en la vereda vecina.
Nunca me percaté de ello hasta
el día en el que te alejaste,
sos la figurita difícil de esta historia
pero por eso la que más valoro.
III) Santos Vega.
Suena su guitarra en esas cañadas,
suena en un fogón amigo al lado
de la poesía de José.
Suena Santos Vega
y la lluvia no apaga ese fuego eterno
cada vez que un gaucho recita
una estrofa de tu himno, payador.
IV) Otoño.
La humedad es una postal de éste lugar,
sin embargo ayer mientras recorría esas calles
rumbo a lo desconocido el sol se deshizo
de ella dándole un poco de su tibieza
a esta tierra noble y borrando las sombras
de la noche que aún rondaban cerca.
Así es como se ve la esperanza.
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