Cachito barre los despojos,
un hincha llora solo en la tribuna colmada,
un amigo llama a alguien que no está.
Los rostros del naufragio son varios
los responsables se excusan,
Amadeo sufre en silencio
mientras el otro Carrizo se funde con el llanto.
Si hay un infierno existe un cielo,
con garra, corazón y esfuerzo
han puesto a nuestro fútbol en lo más alto.
En los libros sólo figuran las estadísticas
lo humano parece ajeno,
pero ahí está una parte de Génova
flameando en lo alto de Sudamérica.
Salud.
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