Al final no nos queda nada,
no sirve hablar en plural
cuando la culpa es sólo de uno.
Yendo juntos a lo largo de la costa
de nuestras vidas, perdiéndote un
poco en cada gota de la bruma
que hoy se ha ido y únicamente el viento
del sur viene a golpearme
recordándome que ya no tengo
el calor de tus besos.
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