Evadiendo situaciones
una buena estrategia la mía
y sin embargo día a día
maldigo no haber confrontado
el momento.
Después de todo podría
haber escrito una oda
tras el frenesí,
saciando la sed
de tanto desierto existencial
y guardando la moral
para otro momento.
Es que hay tanto señorío
con prontuario de antropófago
sexual que por lo visto una
cosa no quita la otra.
Aunque reiteradas veces
he encontrado esa doble moral
de aparentar lo que no es
para salirse con la suya.
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