jueves

La rosa blanca

Me voy siguiendo al sol,
dejando atrás la costa
que me ha visto crecer,
del otro lado el pueblo
está apacible, mientras
los médanos lo guardan.
Un grano de arena por
cada uno de nosotros,
el faro de la mañana se ve
distante pero es un aviso
para saber cuándo volver aquí.
Una rosa blanca nos fue dada
por alguien a quien 
no se le hizo justicia,
los colores de Boedo
la recubrían mientras nos 
enseñaba a buscar a Carmen,
corriendo por Persia
entre escenas anaranjadas, 
blancas y negras.
De algún lado saqué
la idea cuando pasé 
la antorcha, aunque
no supieron cuidar su fuego
y todo vuelve a mí una vez más
esperando que el amanecer 
me diga donde debo llevarla,
para transmitir por fin 
esa carga y legado.

A Zulma Callegari, Profesora de Informática
del I.S.A., Copetonas, Tres Arroyos.
Gracias por la inspiración.

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