Un dejo de tristeza,
es lo único que siento ahora
y lo que queda de lo
que tuvimos alguna vez.
Una fracción de segundo,
el roció evaporándose
con el sol pleno
y aun así daría lo que fuera
por volver a sentir algo de aquello.
Atrás quedan los mates,
las escaleras en las que fumábamos
y las tardes del otoño.
Atrás, adelante la incertidumbre
incluso pese a recostarnos
sobre una montaña de oro.
Adelante, ayer se ha quedado
en el recuerdo y esos dos ojos azules
queman como dos soles de verano.
Ayer, ahora, y mañana,
siempre habrá algo que traiga
tu nombre de vuelta
pero solo a mí,
el único de los dos que amaba
sin importar nada.
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