El habitante de la ciudad es un ser extraño
capaz de las proezas más grandes,
viajando apretado en la hora pico
viviendo aún más comprimido
en pequeños contenedores de personas
llamados departamentos
y corriendo de aquí para allá
en busca de una meta difusa.
Cuando llega el verano
comienza el éxodo hacía otras partes,
pero siempre en conjunto
llevando sus costumbres
sobre todo la de hacer fila.
…
En medio de la jungla asfaltada,
urbe caótica y siniestra,
han chocado nuestros aceros.
A un lado de la ribera,
entre esos vagones oxidados,
no nos damos respiro.
Pensando que el otro es
nuestro enemigo,
no el hermano perdido
hace tanto y otro tanto
continúa esta pelea,
sin vencedor que se anuncie
llegando a la dársena.
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