I) Milo.
Otra vez bajo el mismo sol
pero parece que no se nota,
ya he acabado con la copa
el desmonte fue rápido
esta vuelta.
El año discurre hacia el abismo
de diciembre en donde habremos
de compartir la mesa con los
otros viajeros extraviados.
Algunas nubes sobre el tejado
dejan entrever que el invierno
no quiere irse, pese a que octubre
estalla con la revolución primaveral
deberemos esperar hasta el mes
del escorpión.
Entonces todo será escarlata.
II) Ro.
El mensajero llegó a alumbrar
la vida nueva en medio de la tormenta
que bañaba un viernes de octubre.
Las pequeñas gotas que descendían
del tejado de la casa susurraron
un nombre cuyo eco aún puede oírse
entre esos muros.
El viejo soldado recibió la invitación
así que pensó era hora de descorchar
ese rojo a la salud de la vida que llegaba,
antes de iniciar la conquista de las estrellas.
III) Motorhead (Cabeza quemada).
Mi mente está a punto de explotar
fundido con los inyectores de la bestia de metal,
un estribillo para recordar que quemo el caucho
sobre una línea blanca.
La polvareda se levanta sobre el viejo camino
a un costado de la herrería me detengo a tomar aliento,
soy la bestia de acero
un inadaptado disfrazado de ciudadano
hasta que le aúllo a la luna
y la bocanada se confunde con los gases
de éste crucero de batalla amarillo
con el que recorro viejos lugares
hasta dar con la casa derrumbada.
Ahí encenderé la fogata esta noche,
el techo es el cielo para los que vivimos
al borde del abismo, entre la genialidad
y la locura.
IV) Quince (15).
Escribo
no sé hacer otra cosa
para matar las penas.
Siento
un poco de frío
refugiado al lado de la chimenea,
contemplando
al fuego besar suavemente
los leños que se deshacen.
La lluvia
se detendrá, partiremos otra vez
por esa ruta escondida
pero no olvidaremos.
Puede
que no nos demos cuenta
de cómo se va el tiempo
pero es igual a la leña que se consume.
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