I)
No se ve, mi laburo no se ve,
mi trabajo no se ve.
Ya se fue, la carrera ya pasó
y lo único que queda
es el recuerdo en la mente
de cada uno de los sujetos pedagógicos.
Es el rotulo de las instituciones,
al despojado de la libertad
lo llaman recluso,
al estudiante lo tratan de alumno
como si su luz fuera inexistente
y el adolescente es un individuo incompleto.
Estas no son más que formas de castigar
al otro, preparándolo para vivir en sociedad
o en las letrinas de ella.
II)
No todo está en el norte,
hay un mundo profundo afuera
si quieres ver algo más
que esa pantalla en donde
se juntan los sueños
con la imaginación.
Existen otras canciones y lenguajes
así que no creas sólo en las cosas
que ves en esa caja tonta.
Abre tu mente
no somos todos las mismas personas
con un único color.
Viaja
y verás la magia de nuestras tierra.
Pero si no quieres hacer el viaje
usa la tecnología para encontrar
otros puntos de vista.
III)
Quién afrontaría la tormenta
para poder llegar al otro lado
de ese territorio, sin estar
realmente convencido de
que es necesario para poder
corresponderle a los que
dejan de lado un montón de cosas
para venir a estudiar.
Tanta burocracia no refleja nada de esto,
excepto el horario de entrada y de salida
que algunos dibujan exigiéndole
a los demás que lo cumplan al pie de la letra.
Así que al pie de esta letra les digo ¡jódanse!
que yo sólo necesito al viento frío
de esta primavera extraña para salir
de mi casa, nada de andar pidiendo favores.
IV)
Podría decir muchas cosas de usted
y estaría hablando todo el día,
sin pausa a la vista.
Podría pero tendría que recurrir
a la mayoría de los adjetivos
que hay en éste universo
y ninguno baja de excelso.
Podría, pero que mierda,
si me basta decir
que sos mi amigo
cosa de que no te quejes
de que te incómodo.
Paso del usted al vos,
marca patentada por Romero
y conocida desde Puan
hasta la Ría de Ajó.
V) Parece ser.
Parece ser que con administrar la miseria es suficiente,
montando un circo cada tanto para mostrar las lisonjas
acompañado el desfile con el rostro del infeliz de turno.
Pasó el medioevo pero seguimos teniendo feudos,
es como si nunca aprendiéramos que somos más que
simples contribuyentes que llenan las arcas
de una administración que nos hunde cada día un poco.
Pagando nuestro futuro con la hipoteca de los sueños
de aquellos que aún no han nacido.
VI) Aula 11.
Aula fantasma, virtualmente inexistente
aunque de tan etéreo algo ha de surgir
como las flores en el barro.
Siento como que mi trabajo no se nota
así que he decidido dejar una esquela
para que alguien se acuerde de esta división.
A veces el sistema se engulle todo,
cuerpos, almas, voluntad y sacrificio.
Lo único que queda son las burbujas
en la superficie y las letras en el pizarrón
que se borran de a poco.
VII) Epónimo.
Recibió ese nombre por alguien que dio su vida
pero pronto sus habitantes lo olvidaron
y convirtieron aquella tierra de inmigrantes esperanzados
en la una letrina equiparable a una ciénaga.
Pero sin embargo, incluso en la basura crecen las flores
y es así como en un pedazo de papel amarillento
escribo estas líneas para mostrar que sigo peleando.
VIII) Oda a Ganímedes.
Sobre una roca olvidada suena una melodía triste,
abandonada como una rosa en un desierto
crece magnifica tras cada lluvia de estrellas.
Recuerda la batalla ganada a costa del amor perdido,
los viajes interminables buscando un nuevo horizonte
sin saber que lo que necesitas está al alcance de tus manos.
Sobre esa roca que sin rumbo va por el espacio
se desata una tormenta solar, pero la rosa permanece
impasible recibiendo los vientos interminables.
Aquí el viajero compone su oda para que el que llegue allí
tome conciencia de que existen otros que habitan el infinito.
IX) Lontananza.
Salió del bosque tras diez años,
un par de amantes y un hijo
que lo visitaba a fin de año.
Ya la ciudad no era la misma,
apenas podía reconocerse
en esa extensión gris cemento.
Así que decidió aceptar la invitación
de un viejo amigo, alguien a quien
no veía desde mitad de los noventa.
El primer encuentro fue con asado
incluido, brindando a la salud
de todos aquellos que se perdían
en la lontananza.
Recobró junto al mar, en aquel lugar
de médanos bajos y maderos,
al ser que había perdido
en medio de la civilización.
Un buen día se descubrió de nuevo
pintando los primeros rayos del sol
sobre una vereda de Ajó.
X) Eternamente.
Esperó, la tarde era brumosa y el viento lo golpeaba,
de pequeño recordaba haber sentido algo así.
Ahora simplemente el agua del mar lamía sus pies
descalzos, pronto los escalofríos cesaron
y sintió como dos manos suaves lo mecían
acariciándole sus canosos cabellos.
Así se perdió en el eterno mar azul.
XI) Sal.
La sal de un desierto helado,
columpiándome entre sueños y esperanzas
que sangran por mil heridas.
Heridas que el cristal blanco
no deja cicatrizar,
pese a los nuevos intentos
un día atrás de otro.
Sal, lluvia blanca
que quema todo
y me hace añorar el agua.
A eso saben esas promesas y tus besos,
cortantes como una tormenta boreal.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario