Renovación

En Pehuajó (otra acepción de la palabra “ajó”) la tormenta ha dejado el aire fresco portando lejos el calor que resultaba agobiante para los viajeros que desde la RN226 se llegaron a esta parte luego de varios años. Las veredas se volvieron resbaladizas, los colores más intensos y en la noche los relámpagos fueron los heraldos de la borrasca alejándose. Después el silencio apenas interrumpido por el ladrido de la guardiana que percibió algo que se les escapa a los que transitan por el reino de Morfeo, el fresco que viene del exterior aleja la pesadez que reinó durante la tarde y los dulces sueños aparecen en lugar de los fantasmas. Un llanto en la madrugada despierta a los dos vigías comenzando la danza de las sombras, el agua caliente se mezcla con el contenido de una lata azul que quedará tras la partida del visitante en las penumbras contemplando al perro que deambula en alerta y las gotas que el tejado deja escapar directo al patio en donde la ropa se secará en el nuevo sol a la mañana siguiente.  


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