Hartazgo
Estoy harto, del ninguneo y de las conversaciones de dos que recaen en
uno solo.
Estoy harto, de no sentir absolutamente nada excepto las ganas de estar
en la completa soledad.
De que las tres de la tarde se tornen el comienzo de los rostros
enojados y de la ausencia de contacto alguno.
Que el buen día se haya ido hace mucho tiempo, curiosamente por la misma
puerta de la última década y media.
Del abismo en medio del lecho que implica prácticamente un duelo dado
que ya no hay caricias sino espaldas que no dialogan entre ellas.
El amor parece haberse ido un día de los tantos que tuvimos, quedando
una cáscara vacía y la verdad eso tampoco me contenta.
¡Estoy harto!
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