Quinto cuaderno

Revisó el cuaderno dos veces y el libro por si acaso, ya que no usaba el dispositivo móvil en plena clase dado que pretendía no dejarse arrastrar por la corriente de modernidad que obnubilaba el juicio de los demás. A veces, en ciertas ocasiones, buscaba algún término dentro de aquel universo y recibía el reclamo de permisividad de alguno de los que estaban a la derecha. Cualquier excusa les venía bien para ser contestatarios, agarrándose del primer atisbo de anomia justificando así su proceder, si el otro lo hace por qué yo no. Pues bien, en efecto estaba la palabra propósito mal tildada y Giuliana le soltó la explicación respecto a agudas, graves y esdrújulas. Lo grave, pensaba él, era que había repetido el error y encima lo publicó enfrente de todo el curso. Aunque, la única que se dio cuenta observaba entusiasmada que el sujeto que la corregía en forma reiterada metía la pata también. El asunto, sin embargo, distó mucho de quedarse en el tintero y siguiendo con idéntico derrotero esta vez lo que escribió mal fue el nombre de un hecho histórico. Se trataba de la Segunda Guerra Mundial, de repente sintió que el capítulo tres de dicho evento estaba por ocurrir dado que nuevamente se escuchó la voz gélida y una risita en sorna:

—¿Segunda Guerra Mundial no va en mayúscula?

—¡Nunca te vi equivocarte tanto!

Aquella tarde, revisó los trabajos prácticos y se encontró con ciertas tildes ausentes aunque debía darle el crédito a su estudiante por prestarle atención dado que estaba acostumbrado a pasar desapercibido. 

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