Al final no te odio, pensaba que tal vez un poco,
pero tampoco es que anhele tu presencia
y sin embargo sigo soñando contigo,
irónicamente en todas las vueltas
te estás riendo de algo aunque sé que no es de mí.
Así estamos, el lustro finalmente se cumplirá
así que beberé mi copa a la espera de que
nunca dejemos esa prisión, fría y solitaria,
llamada olvido con la que nos hemos recubierto.
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