lunes

Azul

I) Descubriéndome (Azul).

Justo al borde del precipicio
se alza esta roca,
a ella ha vuelto su dueño
viendo el verde valle
extenderse debajo.
Contempla al águila parda
descender sobre la presa
que se mueve en la pradera.
El viento clama aquí,
un rey eterno sobre
la montaña de nieve inamovible.
Un recuerdo,
algo se quiebra,
se ha ido, 
ya no volverá
partiendo al cielo
en el invierno lejano,
en la isla distante
tras esta cortina
la niebla del tiempo la cubre.
Otra ráfaga
trae el sonido de los cascos,
los cuatro cabalgan de nuevo
el azul va entre ellos
llevando una pena 
estampada en el blasón.
Una insignia recubierta de marcas
una por cada enemigo abatido,
una promesa de reencontrarse
detrás de los muros de acero.
Otro golpe de viento,
la imagen de la rosa
acariciada por el roció de la noche
seducida por el sol de la mañana.
Sólo el más viejo,
padre de los dioses,
sabe que la cosa más hermosa
yace en la que quedó atrás.
Traiciones, artimañas para cubrir las huellas,
todo revelado al fin
quedándose con las manos vacías
una vez más.
Los leños ardiendo 
buscando refugio en la guarida,
temiendo dejarla,
temiendo amar,
ser amado.
La lluvia viniendo,
el trueno quebrando el manto,
la espada recién forjada,
el alma del herrero,
todo unido en una gran marca
en el escudo que porto.
La montura espera
éste lugar ha traído
tantos recuerdos.
La torre sigue inalterable
como la paz que ostentas
en medio del infierno
que creaste para satisfacerte.
Estamos en lados opuestos
de la estigia, nuestros senderos 
se separaron, la estrella de mis ancestros
yace marcándome el camino
a casa como siempre,
lo único cierto en todo esto
nada de ver hacia atrás.
Los que amas están contigo,
lo demás es el polvo del camino
levantándose cuando 
el jinete azul lo desanda.
Recuperó su identidad
en la roca que creyó 
era para esperar el final,
un nuevo punto de comienzo
rumbo al norte entonces.
Y ella crece día a día,
la fortaleza de uno
la calidez del otro.

II) Figurita.

Un nacimiento sin complicaciones,
un primer diente que viene
y unas cuantas sonrisas.
Todo fotografiado, congelado
a través de imágenes
que vuelven a una figurita
en el personaje principal.
Un amor temprano, otros
que los reemplazan con
el correr del celuloide.
La adolescencia que pasa
en segundos, dando lugar
a la mujer madura
cortejada por cientos de miradas.
Ello hasta que la primer arruga
cubre tu rostro, entonces
comienzas a desvanecerte
en ese mundo de hipocresías,
donde lo que vales es un instante
frente a un ojo curioso.

III) Renacer.

El viento de la noche
ya no se siente tan frío,
el invierno se va lentamente
mientras veo las horas correr
marcadas por esos faros blancos
que cubren el cielo de la costa.
Sobre el muro ha reverdecido,
la naturaleza no conoce de barreras
y deja todo en su lugar
de la misma forma en que la vida
terminará poniéndonos 
en igualdad de condiciones.

IV) Quizás.

Tal vez nos volvamos a ver
sin recordar quienes fuimos
un minuto atrás,
que no es más que una década
pero no lo parece.
Después de todo nos volvimos extraños
que comparten un viaje hacia
un horizonte infinito.
Cuántos atardeceres perdimos
viendo para otro lado
mientras todo cambiaba
a nuestro alrededor.

V) Solitaria.

La estrella emergió entre las nubes de la noche,
las que eran llevadas por el viento del sur hacia
otras costas, evitando la nuestra como naves que
responden a una señal distante al pie de los arrecifes.
Y así nosotros viajeros del Atlántico vimos alejarse
la tempestad de nuestro viejo Océano, aunque 
sólo durara unas cuantas horas.

Balneario Reta, 03/03/2013.

VI) Gris, colorido gris.

Hace calor 
y como un heraldo 
anuncia a la lluvia,
incluso ahora le encuentro
una veta de color
a esta ciudad gris.
Parece ser que 
una niebla la cubriera,
el tiempo aquí 
no tiene forma de pasar
y mientras seguimos sumidos
en una marcha cotidiana
por terrenos de batalla.
El papel amarillento
se acumula en esos estantes
conteniendo deseos y frustraciones
mientras el tiempo que parecía
no correr se acorta apretujándonos.

VII) La tinta.

La tinta no se agota,
siempre hay algo que escribir
mientras veas al mundo 
desde tus ojos de espectador incansable.
Así es como el tiempo te toma,
observando el vaivén del mar
al ir y venir.
Igual a ti.

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