Cuando hiele cortando la carne
y las estrellas brillen intensas,
se prenderá un pequeño fuego
en ese cielo negro
que eclipse las otras luces.
Tus andanzas han quedado perpetuadas,
el alma del gigante las atesora
y una gota de rocío se le cuela por el rostro.
Viejo amigo que te has ido,
pero nos has dejado tu impronta enorme
pese a tu pequeño tamaño.
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