La correntada todo se lo llevó
incluso el barro del que estaban
hechas las paredes de los hogares
a la orilla del río.
La fuente de vida trajo la destrucción
ahogando los sueños al segar vidas,
la esperanza quedó como una isla
en medio de los despojos de sangre y carne.
Ahí fueron a parar las notas de
mi cuaderno, las correcciones que no
devolví y un poema anónimo en un
banco lleno de inscripciones de su morador.
Todo ahogado, nada a salvo
de la corriente impiadosa
salvo que lo veas desde arriba
sin acordarte de las promesas vacías.
El agua todo lo alisa
borrando la memoria de los que
estuvimos ahí, pero cuya existencia
se niega siendo muchas veces
una nota en un archivo húmedo.
Será por eso que esta nota
habrá de terminar convertida
en un barquito que navegue
en medio de la vorágine.
El barro del olvido se parece
a las cenizas, tras las llamas
que todo lo purgan.
“La inundación”
15/07/2016
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