sábado

Renacimiento

Has venido y esto no es un sueño,
nuestras espadas dejaban un rastro rojo,
una escena repetida de otra época.

Todo se ha vuelto negro,
la lluvia viene a lavar las heridas
y los relámpagos son escalofríos
por cosas que es mejor dejar atrás.

Pero en esta noche
cuando el océano rojo se desate
no podré evitar recordar lo que vi
en la mañana cuando combatíamos.

Llamas y desolación sembradas,
un pequeño huía de la devastación
siendo protegido por el mazo
invisible que le arrancó un grito de
agonía al gigante mientras el carro
corría chirriando por el cielo.

El trueno fue una advertencia,
pero la destrucción ya había comenzado
cayendo sobre ellos como el lobo desatado
y dejando gruesas venas blancas
en el horizonte mientras la nave
regresaba hacia el reino del acero.

...

Corre,
los relámpagos te protegen,
los lobos abren paso
hacia ese lugar lejos
de éste conflicto eterno.

La nieve roja es,
ya la nave atracó,
el corcel cabalga,
los ejércitos van tras el
bajando el carro a enfrentar
a la serpiente, mientras
el océano se sacude.

La tierra se parte,
el sol y la luna
borrados de un manotazo
del firmamento, mientras
el dragón cae hacia el fuego
retumbando el trueno,
anunciando el fin.

Entonces descubres que no estás solo,
aquí ella aguarda temerosa tu llegada
como el mundo reconstruido verá
la salida del nuevo sol,
iluminando la noche
una luna nueva.

Y en lo alto el trueno estalla
mientras su portador
hace correr el carro
herencia de su padre.

...

Tomó el sombrero de ala ancha, 
exhaló una bocanada de humo
y contempló al nuevo mundo.
La luna joven, hija de la que el lobo engulló, comenzó
a surcar los cielos y los seres de la noche se soltaron.
Leyó la inscripción en el Martillo, aventándolo
hacia el manto oscuro y viendo como un relámpago
anunciaba el regreso a su portador.
Cuando el amanecer llegó
decidió ir a explorar esta tierra renacida,
tal vez aún quedara algo de la antigua magia
de la era de los Aser.

Diario de viaje

He dejado el lecho caliente viendo en la pantalla lejana las fotos de Creta bajo la nieve. Sin pensarlo un segundo tomé el viejo cayado y me dirigí hacia el patio de la casa, en donde la loba se negó a salir por la helada matinal.

Vi hacia el suroeste, invocando el viejo poder que dormía igual que el resto del mundo y todo alrededor cambió súbitamente.  La nieve crujió debajo de mis pies, descubriendo como la arena aparecía y se mezclaba como una crema helada.

El sol de la mañana comenzaba a calentar mientras corría por los médanos de mi infancia, el mar lentamente lamía el manto blanco y su espuma se fusionaba con los restos de aquella tormenta.

Incluso llegué a ver a alguien que tomaba fotos, perpetuando el recuerdo, sin embargo la capa gris me protegía de miradas indiscretas. Así estuve aspirando el viento helado del sur, hasta que fue necesario que volviera a casa y para ser precisos con la transportación regresé al mismo lugar al que había ido a parar inicialmente.

La loba estaba recostada en el patio, tras el almuerzo, disfrutando del sol del mediodía y por la puerta trasera se filtraba el olor de la salsa que acompañaría la pasta dominical.

24 de Agosto de 2013: ha nevado en Balneario Reta y me lo he perdido.

Oda

Beber es humano,
así que bebamos
y alcemos las copas
rebosantes de Malbec.

Entonemos un himno de batalla,
para que su eco sea un susurro
en la noche previa a la contienda.

Al amanecer los jinetes cabalgarán
como reyes de metal,
incluso la doncella irá 
montando un corcel de hierro.

Y el acero, guardián ciego,
traerá una sonata fría
como la ventisca del sur.

Hasta ese sacerdote pagano,
que anoche cantó con nosotros,
vendrá a lavar sus pecados
en esta última carga
hacia la gloria.

Grunt

En éste momento, cuando la primavera
finalmente se adueña de noviembre
he asumido lo que soy.
Un gruñón consumado que contrasta
con tu eterna calma, en el discurrir de
todas las tardes que ahora nos pertenecen.

G.F.

He soñado con un horizonte escarlata
en el que toda la paz se ha ido concentrando,
así que en éste amanecer, cuando ella ha
partido nuevamente, tu imagen ha vuelto a mí.
Desde otro tiempo, en esa casa cuya puerta
tiene su llave afuera, te recuestas sobre la silla
dejando vacía la que está a tu izquierda y sonríes.
Esos cabellos siguen cenicientos igual que la barba 
de unos días, ocupando tu enorme presencia 
todo aquel rincón, esperando el paso de las estaciones.

Costa

Sumergió sus rocosas manos en el enorme estanque
sintiendo el frío que emanaba de éste y los rayos
del sol lo cegaron por un instante.
Luego sopló suavemente sobre los barcos de papel
que se dirigieron presurosos a cruzar el horizonte,
dejando su mundo para ir al encuentro de aquel
que se extendía más allá de la estrella dorada.
Cada barca reflejaba los sueños de los pequeños
que moraban al otro lado, los que habrían de 
convertirse en realidad mientras el comenzaba
a sumirse en el letargo del otoño.



He nacido donde los Arroyos se juntan,
creciendo entre el rugido del Mar
y la serenidad del Pueblo vecino.
Me adoptó una Costa de Plata
pero una gran parte de mi corazón
le pertenece a alguien que mora
cerca del Quequén.
Así me he vuelto un vagabundo
deslizándome a través de la costa
que bordea el sur y el este,
sabiendo que siempre habrá
un faro que marque el camino
de regreso a casa.

Flor del tiempo

Y allí estaba, viendo una imagen que no debería,
pero cuando la nostalgia invade no hay nada que hacer,
los vidrios de la casa se han tornado opacos
demasiado humo acompaña el lento paso de las horas.
Sentía que había algo, pero como siempre decidió no
explorar más allá de lo que estaba a la vista,
apenas una sonrisa cada vez que se cruzaban.
Recordaba lo hermosa que era,
tanto tiempo había pasado
pero esa era una flor que no se marchitaba
y entonces recordó que ya no tenía veinte años.
El viento del sur le golpeó el rostro,
no sea cosa que se detuviera olvidando
que las barcas estaban por volver.

Deshilachando la pelota de trapo

Tenía diez años y pegaba mi oído a la radio, la señal llegaba desde la lejana Italia. El gol de Alemania me llenó de tristeza, tal vez ha sido una de las cosas que más sufrí en mi vida (al menos en el plano deportivo).

El triunfo germano fue una muestra de la victoria del capitalismo sobre el comunismo, de cómo el muro cae y el comercio termina manchando la pelota.

Cuatro años más tarde un jugador colombiano convertía un fatídico tanto en contra de su propio arco y sellaba su destino.

Colombia no podía ganarle a la selección anfitriona, era impensada una victoria en los territorios del Tío Sam.

Otros cuatro años más, ya sabíamos de antemano quien sería el campeón, hasta ese momento no conocía el nombre de Platini.

El sparring en la final sería el tetracampeón del mundo, un perfecto montaje para que el gallo cante victoria.

Un viaje por Asía, cuatro años más tarde, había que devolver las cosas a su lugar. Una falta simulada contra Turquía, los goles anulados a Bélgica, Italia y el arquero coreano que por poco no se va hasta el borde del aérea en los penales contra España.

La figura invitada de la final fue Alemania, el delantero brasilero no estaba tan gordo.

Apuestas, escándalos, hay que acallar a la prensa. Nada mejor que un campeonato para la azzurra, de esa forma se manda al descenso a los de Torino y se salva del fuego al equipo de Silvio.

Los jueces no se equivocan, al que le cobró un penal inexistente en contra a los australianos lo premiaron con un lugar en la final.

Y la frutilla del postre, un elefante rojo encima de un árbol. ¿Quién miraría una liga que solo tiene dos equipos jugando entre sí a lo largo de treinta y picos de fechas?.

A los alemanes, actores principales de éste relato, les faltó cabecear en contra de su propio arco. Pero para eso estaba Carles, con sombrero, levita y capa, metiendo un soberbio cabezazo que deposito al elefante rojo en la final contra el Fútbol Club Máxima.

Ahora sí, todos a mirar la mierda de la liga auspiciada por un banco. El mismo que le puso cuatro letras enormes a Boca y a River, parte de un conjunto de instituciones que en los momentos difíciles se han quedado con fondos ajenos.

Hay cosas que no tienen precio, para todo lo demás está la Federación Internacional de Fraude Asociado montando el espectáculo y digitando al campeón.

Varios dígitos, método democrático por excelencia.

Océano

El pueblo se queda atrás pero presente en cada paso,
la casa, Shu y los recuerdos de mi infancia
guardados en el cofre de éste hermoso lugar.
Los lazos de sangre son los que hacen 
que la distancia muchas veces se vuelva
un trago amargo o un dulce momento cuando el
viento sople desde el este en La Costa,
la misma brisa que agitó al árbol que duerme
cerca de la Cueva del Tigre, vigilante de nuestros 
pasos sobre el Quequén Salado.
Reta se ve tan pequeño y tan inmenso en el corazón,
como si se hubiera tomado el trabajo de enredarse
en lo más profundo del alma, para que nunca jamás
podamos liberarnos del hechizo que vertió
sobre cada uno de los que hemos y aún amamos 
éste pequeño lugar llamado Océano.



Si olvidara de dónde vengo
condenaría a mi alma a naufragar,
dejando atrás las calles de tosca
y la brisa sobre los médanos
que le susurra al mar,
agitando los tamariscos 
sobre la inmensa paz de Océano.

Vid

Levantemos las copas
que el vino viene desde el cielo,
en forma de lluvia ha de humedecer
las gargantas de más de un testeador
de la vid, que nos ha de sumergir en 
más de un sueño aunque algunos
somos moradores asiduos de ese mundo.

Vid que es vida, purpura, violeta,
tormentosa y pasional como pocas,
tanto como el corazón de una mujer
que ama de la única forma posible:
sin ningún límite, aún con riesgo
de ser tachada de loca.

Vid, musa de todas mis pasiones
que hoy se han de desencadenar
como todas las veces una vez al año.

O varias veces.

Cristales

Los ojos nuevos ven el mundo
con la curiosidad de su dueño,
una hazaña trepar hasta los hombros
de quién vela por ti.
Las manos pequeñas descansan
entre los dedos gigantes,
cualquier hora es buena para jugar 
y dejar escapar los sueños.
La brisa que se cuela por la ventana
sacude la maraña de cabellos,
viendo divertida como a tu madre
la despeina una mano invisible.

Vlad

Vladimir sale de noche,
negocios oscuros
requieren un velo igual.

Vlad para los amigos,
frecuenta las partes bajas
de la ciudad pero vive
en lo más alto.

Espera paciente en las tinieblas
escondido detrás de un montón
de matones y armas,
a que su víctima incauta
caiga en sus manos.

Entonces Vlad sonríe cómplice,
otra alma más para agregar
y esta piensa como todas las 
otras que vale su peso en oro.

Una reina deslumbrada por la nieve,
procurando atarse al poder
para mantener un estatus 
que consiguió porque alguien más
se ensució las manos.

Propiedad

La cultura, como conjunto de conocimientos y expresiones de cualquier tipo en la enorme extensión de éste planeta, no ha sido concebida como accesible a todo el mundo.

La necesidad de limitar dicha posibilidad viene de la mano de una antiguo concepto, el conocimiento es poder y al poder como tal le interesa que seamos lo más ignorantes posibles.

Ignorantes equivale a incultos y por ende fáciles de adiestrar, si esto no da resultado en razón de que recibimos suficiente alimento durante nuestra niñez es necesario que paguemos por el derecho a la cultura. Es un derecho, pero se encuentra garantizado por el elemento igualitario por excelencia: el poder adquisitivo. El poder nuevamente es el factor determinante.

De ahí que al que detenta el poder, traducido en la posibilidad de hacer lo que se le cante y burlar cualquier ley (existen normas para todo el mundo, pero no se aplican igual a todos), pueda imponer las reglas de mercado para que acceda al conocimiento quien tenga dinero para pagarlo.

O acceda a cualquier forma de expresión, desde Seiya de Pegaso hasta el Libertango de Piazzola, pasando por un programa que desfragmenta el rígido hasta uno que detecta expresiones faciales, todos inevitablemente debemos pagar. Pagar, igual que al barquero para que nos ayude a cruzar el río (la entrada al cielo tiene un canon, la cultura no podría ser la excepción a ello).

De esta forma, aquellos que generan un programa de ordenador (léase software) pretenden cobrar por el mismo y ahí está la diferencia, si lo pago puedo acceder a cierto conocimiento o ventajas que no tendría si sigo en la era del ábaco. Dicha restricción es un intento de un sistema vetusto, obsoleto, decadente y mal humorado de intentar vallar o alambrar a la cultura misma.

Y el ámbito más característico de esto es la Red Mundial o Internet. Como un enorme ejercito de hormigas yendo a buscar material para construir su hormiguero, en las tres “w” se puede encontrar de todo. Desde una versión del Quijote hasta un programa para descargar libros, he ahí el pecado que debe ser combatido y erradicado. Para ello, usando un eufemismo, llamarón pirata a quien trata de conseguir un programa o un artículo cualquiera sin pagar el canon exigido por un bodrio de civilización denominado propiedad intelectual. 

Digo eufemismo dado que bien nos podrían tildar de ladrones, cuando por alguna receta mágica solo un puñado de personas en éste mundo son los que cortan el pescado gracias a un montón de negocios que rigen los destinos de naciones enteras (siempre habrá mercaderes y cipayos dispuestos). 

Entonces, con la Red el viejo concepto de propiedad intelectual encontró un problema. ¿Cómo le cobramos al que no está frente a la góndola o el mostrador para pagar por algo que no viene en un formato físico?.

Cartas

I)

La escena era un verdadero desastre, botellas rotas, cartas desparramadas, cuatro hombres muertos y ropa abandonada.
No le pagaban lo suficiente y encima ahora había un asesino suelto en aquel pequeño pueblo marítimo, para terminar de complicarle la vida.

Parecía que alguien había llegado al lugar e iniciado el infierno aunque no estaba seguro si las víctimas se habían dado cuenta de algo, ya que encontró demasiadas botellas esparcidas.

Lo mejor sería dejar que los de la ciudad se hicieran cargo pensó, mientras se dirigía a su unidad y prendía un cigarrillo.
El aroma a tabaco fue arrastrado rápidamente por el fuerte viento que soplaba del sur mientras el amanecer venía.

II)

Lo pagarían, ésa noche todo terminaría pensó ella mientras el auto se movía a través del camino de tosca.

La decisión estaba tomada, harta de tanto maltrato y de noches sin dormir mientras esperaba que el volviera, para tener que soportar su ausencia en el día mientras descansaba bajo los efectos del alcohol.

La luz de aquel lugar era poca así que dejó el auto a un lado del camino y tomando la escopeta de dos caños se dirigió a buscar a su esposo y su grupo de juerga.

III)

Llegó tarde a la reunión y sus compañeros se enojaron, tendrían que iniciar de nuevo la partida.
A su derecha alguien que no le había caído nunca simpático lo miró de mala manera y el ignoró por completo la situación.

Al cabo de unas manos los demás estaban casi pelados y su inquisidor compañero comenzó a insinuar que alguien hacia trampa.
Dada la cantidad de alcohol que había tomado para ése momento de la madrugada se quitó la ropa quedándose desnudo mientras los demás miraban y estallaban de risa; de ésa manera no podrían acusarlo de esconder cartas.

Esa fue una de las últimas cosas que recordaba mientras huía por la playa y el viento lo acompañaba, la primera descarga le dio a quien tenía enfrente; la segunda lo hizo saltar de aquella silla y correr por entre los tamariscos mientras a su espalda se escuchaban más detonaciones.

IV)

Ella vino para terminar con la vida de aquel a quien había seguido por veinte años y se encontró con toda la pandilla reunida, simplemente jaló del gatillo y alguien cayó sobre las cartas.
Los demás lo siguieron en el tiempo que tardó en recargar, demasiada bebida impidió cualquier reacción.

Luego volvió por donde había llegado hasta su vehículo y encendió un cigarrillo mientras se alejaba por el camino hacia la ciudad, dejando atrás su pasado.

Vergüenza

Antes de Carlitos no éramos nada, tan solo un montón de fanáticos que veían ir y venir jugadores.
Pese a todo lo logrado por Bianchi, no pudo sobrevivir a la vorágine de tener que ganar siempre.
Sin embargo sigo convencido de que hay varios jugadores que en ese 0 – 3 con Estudiantes en La Plata, simplemente fueron para atrás.

Y el viejo se fue.

Al año siguiente, el 14 de Mayo aparecía marcado en el calendario como el día que definiría el horizonte futbolístico. 
Pero de fútbol ni hablar, un imbécil decidió dar la nota y agredir a los jugadores de River.

Ahí se vio la desorganización e improvisación en su máxima expresión. No sólo por no saber qué hacer, sino porque durante demasiado tiempo los jugadores visitantes fueron rehenes de un conjunto de idiotas que llevaban los colores de Boca.

A eso sumémosle la falta de humanidad y tacto de los jugadores Xeneizes, ni siquiera un poco de solidaridad a la hora de salir evitando que los afectados por la agresión pudieran recibir atención.

Eso sí, había que mostrar que tenían las pelotas puestas (de nuevo: de jugar bien ni hablar) queriendo disputar los 45 minutos restantes a como diera lugar.
Y cuando era sabido que eso no ocurriría, saludaron a esos hijos de puta que se hacen llamar barras.

El barra es una enfermedad, un mercenario, un sicario, un pedazo de mierda que sirve al mejor postor. El Panadero Napolitano, señalado por las cámaras como el que causó la agresión a los jugadores Millonarios, parecía un angelito en sus declaraciones.

El presidente de Boca, que se traga la “S” cada vez que habla y ahora también las heces, le termina echando el fardo a River. Acto seguido, Arruabarrena hace los mismo.

Los dos se olvidan que el local era Boca, que el público era sólo azul y oro, que el partido se suspende por culpa de alguien que lleva los colores de Boca. Es más fácil echarle la culpa al otro que asumir la responsabilidad propia.

El barra es lo que es porque alguien se lo permite, porque forma parte de la enfermedad de una sociedad que asume como normal que alguien así pueda hacer lo que quiera y salir impune.

La falta de valores, solidaridad, humanidad se ve reflejada en los jugadores de Boca. Orión, el Cata Díaz, Gago, tipos de peso preocupados más por la billetera que por la humanidad del otro.

Angelici, un presidente que trae jugadores lesionados que juegan rato y luego de volverse a romper regresan a sus clubes. Parece ser que pagar caro y no usarlo es una constante en “se traga la S y las heces”, ¿o es otra cosa?.

En fin muchachos, lejos quedan las tardes gloriosas del ‘98 al 2008, lejos los huevos, la garra, el meter un poco para que los otros no se la lleven de arriba. 

Quejas y excusas.

R.P. (19 años después)

Cachito barre los despojos,
un hincha llora solo en la tribuna colmada,
un amigo llama a alguien que no está.
Los rostros del naufragio son varios
los responsables se excusan,
Amadeo sufre en silencio
mientras el otro Carrizo se funde con el llanto.

Si hay un infierno existe un cielo,
con garra, corazón y esfuerzo
han puesto a nuestro fútbol en lo más alto.
En los libros sólo figuran las estadísticas
lo humano parece ajeno,
pero ahí está una parte de Génova
flameando en lo alto de Sudamérica.

Salud.

miércoles

Primavera

La más virtuosa de éste hato de chiflados, soportando los embates de estos tiempos con una mueca burlona y media verónica en cada embestida. 
Cruel sociedad en la que el poder controla al vulgo a rajatabla mientras las huellas del saqueo están a la vista pero esperan que olvidemos. 
Extraño paraíso en el que quien más se esfuerza más paga y el que menos hace más les exige. Extraña tierra tan amada llamada Argentina. 
Digan que la esperanza es la única arca que siempre está llena.

...

¿Por qué he de tener el alma blanca si soy mota como el corazón de la noche?.
Lo oscuro es lo inferior según el blanco civilizado, que no es más que un bárbaro con recursos dotado de las leyes que dobla a su favor con tecnicismos y excusas diplomáticas.

sábado

Aquí estamos

Veo las naves partir, los rostros se borran en la estela 
y el viento se ocupa de deshacer ese recuerdo.
Por eso al regresar simplemente seremos otros,
incluso el pueblo costero se verá distinto.
Pero aquí estamos,
 después de todo algo ha sobrevivido 
y mejor será que atesoremos éste momento.
No se repite con frecuencia.

Recuadros

Recuadro, el héroe nace en un callejón,
recuadro, portando un arma enorme
asesina a los asesinos de su familia.
Recuadro, un orco persigue a un aldeano,
recuadro, las llamas inundan la aldea.
Recuadro, un hombre ora en la penumbra,
recuadro, los relámpagos iluminan a su victimario.
Recuadro, una sala atestada de personas discutiendo
sobre la guerra para la paz, 
recuadro, cientos de seres mueren de hambre
en una franja llena de recursos.
Recuadro, los niños corren tras el balón,
recuadro, los acorazados están a las puertas
de nuestros hogares.
Recuadro, cenizas y desolación,
alguien ha decidido que debamos 
dejar de existir.
Recuadros, una historia que sigue
repitiéndose mientras la riqueza
está en manos de unos pocos.

Evadiendo

Evadiendo situaciones
una buena estrategia la mía
y sin embargo día a día
maldigo no haber confrontado
el momento.
Después de todo podría
haber escrito una oda
tras el frenesí,
saciando la sed
de tanto desierto existencial
y guardando la moral
para otro momento.
Es que hay tanto señorío
con prontuario de antropófago
sexual que por lo visto una
cosa no quita la otra.
Aunque reiteradas veces
he encontrado esa doble moral
de aparentar lo que no es
para salirse con la suya.