sábado

M.D.Q. otra vez

14/02/2017. 

Todo sigue su curso, la niebla y la lluvia cubren mi ciudad. Te elegí o nos elegimos el año en que nació una persona extraordinaria. Henos aquí, seguimos siendo los mismos niños traviesos.

Tú con las trampas que encierran recuerdos y yo por caer en ellas una vez más. Sin duda no será la última vez. Hace un rato desembarqué y recorrí tus calles, arterias por donde bombean las vidas de esos extraños que no saben lo afortunados que son.

Me salía del cuerpo contando los pasos desde el ascensor a la escalera de entrada, la lluvia golpeaba la ciudad pero no le di importancia. Me gusta que llueva y que juguemos a que nos escondemos tras la niebla.

Me gusta eso y beberme un café contigo en una esquina cualquiera, lo has hecho de nuevo y acá declaro que he caído en tus redes Mar del Plata.

                                           

En Luro y San Juan, Azúcar.

lunes

Kurumada

Vuela,
enciende tu cosmos hasta el infinito
para poblar el jardín de rosas
rojas, negras y blancas.
Un dulce aroma envuelve el camino
cubierto de pétalos
pero es sólo la trampa a las bestias
y los incautos que han llegado
sin ser invitados a esta casa.

La espada aguarda afilada
para rajar los cielos
y agrietar la tierra
cuando el mal la amenace,
el final es el mismo para todos.
No hay escudo ni arma que los proteja
del acero de la justicia,
que como ella no distingue
de las posesiones sino de las intenciones.

Un poco antes todo se ha congelado,
excepto los latidos del guerrero
venido de los hielos.
Un poco antes te he mostrado el secreto,
la esencia del cero absoluto
y el tiempo se ha detenido
en éste páramo helado.

Un poco antes
la aurora ha sido ejecutada.

domingo

El opio de la masas

El fútbol argentino es una muestra de lo que somos como sociedad, sobre todo a la hora de sacar ventaja a cualquier costo.

El otro, nuestro ocasional oponente, es un enemigo al que hay que vencer cueste lo que cueste.

No importa si es familiar nuestro, si no lleva los colores de esa trituradora de carne que son los clubes hay que destrozarlo.

Incluso si está en el piso seguimos pateándolo, no sea cosa que se levante y de la tribuna nos traten de blanditos.

En tanto se mantiene entretenida a las personas con el opio que supone éste espectáculo circense, la clase dirigente del fútbol que es una prolongación de la política se disputa los espacios de lavado de dinero.

El fútbol tapa todo incluso una mala decisión económica, semejante a ciertos anuncios relacionados con fechas históricas que sirven para distraernos de los problemas reales.

Es como mirar el balón con el cerebro obnubilado por el narcótico que supone el balompié, mientras la bola va corriendo y el tiempo también.

Lamentablemente.

miércoles

Hotel Océano

El viento sobre los viejos médanos acuna tu descanso,
el mismo que te recibía cada mañana cuando abrías
ese lugar desde donde veías el mundo ir y venir.
En este día el mar llora con sus lágrimas que vueltas
granos de arena golpean el cartel en el que antes
decía Hotel Playa y luego escribiste el nombre
con el que te conocimos desde pequeños.
Ese mismo mar que escuchabas en las noches heladas
del invierno es él que ahora viene con la sudestada
a despedirte reclamando tu recuerdo que guardará
en ese cofre azul que yace en lo profundo.
                       
                                                                           A nuestra Rusa.

lunes

Don Horacio

Un mano sujeta el recipiente que guarda el secreto de la madera y la vendimia,
vendimia, nos has dado tu preciado fruto que se derrama como lágrimas,
lágrimas de un rocío que se vuelve un océano de color escarlata,
escarlata intenso como las emociones que dejan una atmosfera roja,
roja, rojo es el secreto que ahora yace desvelado sobre esa copa,
copa que acompaña al fuego que en esa noche arde intenso como las estrellas,
estrellas en donde Horacio compone una copla eterna.

Agua

Un poco más, el asado estará listo. Una copa de vino, los comensales ya estaban por llegar. 

Afuera no volaba una mosca, el otoño había llegado sin aviso previo, lejos quedaba el fragor del verano.

Todo dispuesto, ocho platos, ocho vasos, igual juego de cubiertos. Una ensalada, nada demasiado complicado, sal y aceite.

La casa se llenó de ruidos, sus invitados estaban ya sentados. Cargó un poco del agua que almacenaba de la lluvia.

Disparos. 

Gritos. 

Corridas. 

Luego silencio.

La radio que había dejado prendida desde la mañana anunciaba la catástrofe. El agua escaseaba, no existían tratados que frenarán el comienzo de una nueva guerra.

Faltaba sólo declarar reserva mundial al suelo bajo nuestros pies, para justificar la invasión.

Reforma

Los pasos de Pluvio resonaron sobre los adoquines, todas las mañanas se tomaba el trabajo de recorrer el casco viejo de la ciudad eterna añorando un tiempo que los bárbaros se habían llevado. Encontró los baños antiguos al cruzar una arcada que databa de la fundación de la ciudad, allí una enorme escalera descendía hacia lo profundo como una serpiente de granito.
Su viejo amigo Lucio lo esperaba, la charla duró apenas unos instantes y las palabras del sacerdote lo acompañaban de regreso a su villa.

—Podemos reemplazarlos a todos, es cuestión de cinceles y de martillos.
—Sustituiremos los nombres viejos con otros de nuestros más ilustres héroes.
— Le agregaremos previo al nombre algún título honorifico o tal vez una de esas palabras que usan en el vulgo: Santos.
— Alzaremos los templos en lugar de los antiguos recintos y eso será todo.
— ¿Y qué haremos con la plebe?
— Nada, la recompensa será un lugar junto a los Dioses. A cambio de eso deberán soportar ciertas pruebas, servirnos en lugar de ser esclavos.
—¿Acaso hay alguna diferencia entre ser esclavo y ser sirviente?
—Los sirvientes tributarán y se podrán convertir en ciudadanos luego de diez años de tareas. También votarán delegados que responderán a una terna elegida por nosotros. 

Estaba hecho, las viejas estatuas serían reemplazadas por otras y así el rebaño seguiría esa nueva guía.

Tren de consecuencias

La vía atraviesa el desierto, es todo lo que ha quedado junto con el mar, los dos se disputan cada palmo de la playa en una lucha titánica. Las antiguas líneas férreas sobreviven gracias al trabajo de los androides, seres sin ningún tipo de gracia y condenados a perecer al final de la vida de sus baterías, entre las arenas.

El paso de las horas quedó reflejado en el enorme charco que se creó en el centro de la derruida estación, cada gota de lluvia agregó un poco más de agua a la causa de las horas perdidas. Los dos viajeros se contentaron con esperar.

El tren llega sin previo aviso, no hay quien lo reciba y mucho menos alguien que vea ascender o descender a los pasajeros. Sólo se puede abordar por el último vagón, luego la marcha se reanuda.

Con ella van las últimas dos almas, debiendo atravesar en cada uno de esos vagones cosas que han quedado guardadas en la oscuridad por demasiado tiempo y ahora reptan hacia la superficie.

El sol ha quedado atrás, escondido tras la puerta del carro que muestra un oasis en medio de las arenas del tiempo. Pero sólo es una ilusión, los golpes de la espada dejan el tendal de demonios que se arrastran a los tapetes que pueblan las paredes.

La extensión física del vagón no se compara con la dimensión a la que han accedido tras cerrar la puerta. 

Una explosión, el arma de Marko abre un agujero en ese lugar sin tiempo ni espacio. Suficiente para engullirlo todo como un maelstrom. 

Todo excepto a los últimos dos viajeros que han de enfrentarse con el primer vagón.

Tecno Gaucho

Gaucho, montando a caballo con un celular en la mano y una remera de Maiden. La boina y las alpargatas me recuerdan que soy un ícono de mi provincia, primero matrero luego héroe de la campaña al desierto.

Antes despreciado por guacho, lo peor del mestizaje y sometido a cuidar los fortines para que el citadino pueda vivir en paz. De un lado la sangre del viejo continente me niega, del otro el indio, hermano de sangre, viene por mi vida y tengo que elegir seguir conservándola. 

A un lado me han hecho, en las fiestas cívicas me exhibían como a un personaje pintoresco pero luego me mandaban en primera fila a la guerra. Sin tierra ni paga, los vencedores repartieron todo hasta donde llegaba la extensión del ojo.

Así me he ido amoldando a esta vida paria, invadido por un bodrio posmoderno que reemplaza las costumbres con calabazas y cervezas en honor a un santo que no es Vega. 

Piedra

_ Sé que puedes oírme, sé que pese a esa forma de estatua tú y tus hermanos siguen vigilando éste mundo. Cada tanto la abandonas para poder ver lo que ocurre alrededor, el humo de tu pipa se siente por aquí.

Pese a que estos salones han sido convertidos en un museo, ustedes aún vigilan. ¡Basta ya de esta mentira! Abandona esa forma y enfréntame.

La montaña rugió, Thorval dejó la forma de piedra que sus ancestros le habían enseñado y portando el martillo enfrentó a aquel que lo amenazaba. 

De pronto el lugar cambió, se encontraron flotando en el aire, las nubes corrían como un río debajo. Thorval lanzó una bocanada.

Aquel cuya voz había escuchado abandonó el traje oscuro y se presentó ante él.

_ No hacen falta las formalidades dijo Thorval y levantó el martillo.

_ Tú ya no tienes la ventaja de la roca murmuró el mago.

_ No importa, me basta con tener esto. 

Alzó el enorme mazo al cielo, como respuesta nubes negras lo recubrieron. El mago no se intimidó, hasta que de pronto sintió un súbito escalofrío.

Un enorme carro tirado por dos carneros gigantes se abalanzó sobre él y lo pulverizó. Lo único que quedó flotando en el aire fue el cayado del hechicero, lo tomó y formando un círculo rúnico regresó a la vieja montaña.

Tal vez era hora de despertar a sus hermanos pensó, pero no, mejor sería buscar a los magos. Acto seguido como si el martillo entendiera esto fue transportado a un lugar lejano, al otro lado del río se levantaba la torre.

En su cima giraba una esfera de diversos colores, intercambiando entre azul, púrpura, negro y rojo. Thorval encontró a los cuatro magos sentados en torno a una fogata.

_ Al fin has regresado dijo Púrpura. 

_Todo alrededor parece haber cambiado.

_ No todo replicó el mago azul, éste tonto de Púrpura detuvo el tiempo. Así que todo ha quedado como en la vieja época. 

_ ¡Qué bueno! Les he traído un regalo. 

Acto seguido arrojó el cayado, los cuatro magos se miraron sorprendidos. Reconocían las inscripciones en el báculo y ello generó una disputa que terminó con los cuatro desparramados en el piso al chocar sus poderes.

Thorval levantó una silla, se sentó y lanzando una bocanada al aire dijo:

_ Bueno, podríamos comer unos ravioles.

Viejo y nuevo

I)

Al final de un año intenso, la mejor decisión que he tomado ha sido haberme ido de una buena vez y recorrer esas calles polvorientas a lo largo del invierno. El calor de diciembre se hace sentir, incluso el vaivén del océano sobre Creta apenas lo contiene.

Calor, habita en nuestros corazones y en el de esa bestia como la noche sin luna. Apenas nos da tiempo a refrescarnos, apenas para que luego ataque con toda su magnitud mientras buscamos con que contenerlo. 

Pero sin éxito.

II)

Emprendí éste viaje a través de terrenos desconocidos una tarde noviembre, pese a que ahora estoy más tiempo en un lugar aún sigo yendo de acá para allá como si una mano invisible me obligara para no perder la membresía en el club de los nómadas.

Si la vida te parece ajetreada deberías ver la de los otros.

III)

Nada más triste que un lápiz abandonado sobre un tejado ardiente, tomemos la escalera escondida en la sala de educación física y vayamos a su rescate.

Al ser trasladado junto con los otros náufragos de la mina, los que hemos salvado del abandono al que sometieron, parece que recobra el conocimiento y liberado sólo quiere escribir sobre esa hoja que también alguien dejó.

IV)

Flotando un poco, para escapar de éste mundo que nos atormenta con rutina y cansancio.

Huyendo lejos de la ruta que conduce hacia esos claustros en los que se acumulan expedientes con nuestros nombres.

La paz no está allí, tampoco esa sombra oscura que se asoma al borde del estanque y pide que le devolvamos la rama que yace abandonada en la otra punta de nuestro refugio.

Mirando las estrellas en un cielo oscuro, lo demás se ve distante y así es como lo dejaremos.

Memoria y tiempo

I) Donnar.

Es un segundo, el colmillo de la bestia se quiebra
y lo utilizo para rematarla, para así liberar el mazo
que yace aprisionado entre sus fauces.
Es un segundo, el veneno corre a través de mis venas,
siento que todo a mi alrededor se detiene.
Todo excepto una cosa,
la sombra del lobo gigante abalanzándose
sobre mi Padre.
Es un segundo, logro destrabar el martillo
y mientras la bestia da los últimos coletazos
lo envío en esa dirección.
Es otro segundo, la sombra del lobo ha desaparecido
y pese a que he caído en batalla
nuestro Padre ha sobrevivido.
Con él nuestro linaje también.

II) Memoria (Munin).

Puedo recordar el primer día de clase en la primaria
dado que en esa época no había jardín de infantes,
estoy hablando de 1986 concretamente.
También recuerdo haberme dado un golpe
en la rodilla con uno de los tirantes que luego
se utilizó en la ampliación de la Escuela Nº 34.
Recuerdo haber ido a buscar un banco al salón contiguo
en el primer día de clase de la secundaria,
obviamente también me viene a la mente el baile de egresados
sobre todo porque recientemente presencié el de alguien
a quien estimo mucho.
Salvando las distancias diría que es lo mismo.
También recuerdo el día en el que llegué a la pensión de Luz y Fuerza
allá por el año ’99 o el gol de Tévez al Santos en Brasil,
es decir todo tiene que ver con las emociones.
Lo que se arraiga es emocional
todo lo demás se va descartando,
son como capas de pintura sobre un mismo cuadro.
Una reemplaza a la otra,
pero existen ciertas marcas que quedan
y de eso se trata la memoria.
Particularmente que quede algo.

III) La metáfora del tiempo.

Tiempo y vida no son sinónimos
sin embargo van de la mano,
la metáfora del tiempo es un televisor
de perilla que produce un ruido
semejante a una estática al ser encendido.
Al ir cambiando gradualmente de canal
nos encontramos con diferentes escenas
que hacen a la vida de una persona,
su nacimiento, el jardín de infantes,
las corridas por las calles del barrio,
la adolescencia, el grupo de amigos,
un viaje hacia un lugar desconocido,
el desarraigo al tener que emigrar para estudiar
teniendo la posibilidad de hacerlo,
conocer a alguien,
echar raíces dirían antiguamente 
y una nueva vida que viene al mundo.
O tal vez no, nada de todo eso,
sino simplemente la vida de una persona
que corre libre por las calles 
y que mantiene esto a lo largo de toda su vida
sin nada de lo anterior.
Sin embargo en todos los casos iríamos
cambiando de canal hasta llegar a la última opción,
entonces esa existencia sería un retrato
al costado del sillón en donde el tiempo
encarnado se echaría a dormir
para luego rejuvenecido contemplar
la historia nueva de los que nos suceden.
En realidad la misma historia,
para el tiempo sería todo lo mismo,
lo que ocurriría es que cambiarían los personajes,
es decir los más pequeños cobrarían protagonismo
en tanto los adultos pasarían a formar parte del retrato.
Pero presentes.

IV) Niebla y tiempo.

Hay niebla en la ciudad, en cierta forma el tiempo se asemeja a la niebla ya que va borrando las cosas de a poco y cuando finalmente se disipa todo ha cambiado.
La ciudad sigue siendo la misma que antes pero los que cambiamos somos nosotros, los personajes de la historia cambian, se renuevan y en algunos casos vemos como la historia se  repite pero con otras caras.
Es poner en escena algo que conocemos pero que tomamos como nuevo, en realidad es algo que ya hemos vivido. Así en el día de mañana la niebla no estará, la ciudad seguirá siendo la misma pero sus moradores son otros. Eso es lo que hace interesante la historia.

Sin embargo si pudiéramos trazar un paralelo veríamos que hay cosas que se repiten cotidianamente.

domingo

Los leones insurrectos

¡Ejem, cof cof! Vio que yo a veces me olvido un poco las cosas. Jeje, pero según me acuerdo llegaron una tarde tibia y apacible, cuando en la facultad había poca gente. Creo que ese día la explanada y casi todo el edificio estaban vacíos, salvo por los directivos y algún que otro becario. No recuerdo si se trataba de un  paro docente... o por ahí era el día de la primavera, pero muy pocos estudiantes andaban por el complejo. 

Los perros también se habían ido, al principio creí que por la ausencia de los habituales viandantes, pero después fue claro que no era así. Por supuesto que ellos lo sabían, al otro día los estudiantes volvieron... pero los perros no. Y mire que los perros andaban siempre por acá...algunos cuentan que ahora son dueños de una plaza. Que están en el centro, y que ahí despanzurran las bolsas de basura y corren gritando maldiciones caninas a las ruedas de los autos. El perro grandote, el  marrón con un collar verde, el que se comía los cascos que los motociclistas dejaban atados al ras del piso... y su amigo negro, y el perro chiquito y viejo con la cola recta como una flecha, los tres andan por ahí...ellos a su manera avisaron. 

¿Qué le contaba? Ah, sí... ya sé, de la tarde que llegaron le hablaba...me acuerdo de que lo primero que pensé era que habían venido por la comida, vio que cada vez que alguno se recibe queda tirado un montón de basura: huevos, harina, fideos...¡Pero carne no! Bueno, o casi nunca. ¿Qué tonto no? Estaba muy equivocado. ¡Cómo si ellos fueran lauchas! Qué pavo que fui, pero bueno sepa entender que ante semejantes circunstancias no era fácil pensar de un modo razonable. Más de uno habrá dicho pavadas...

Llegaron los tres juntos, y ya la tenían bien pensada eh...no eran ningunos improvisados estos leones. Llegaron ronroneando como gatos grandes y juguetones. Los tres hermanos con las melenas doradas brillando al sol...¡Qué bichos enormes y maravillosos! Poderosos animales, yo me los acuerdo inmaculados entrando por el arco cuadrado pintado de azul, ahí me quedé helado...pero me ignoraron...capaz me confundieron con una parte más del banco de cemento, o no me vieron, o no les importé por que andaban buscando otra cosa. Pasaron por al lado mío, y siguieron de largo caminando despacio por la explanada, después entre los árboles y hasta la escalera de ciencias exactas. 

Entrando al edificio se encontraron al primero, venía bajando las escaleras, desde el primer piso. ¿Ya le dije que fueron sólo por los directivos? ¿No? Bueno, eso...lo vieron y él se puso loco. Empezó a gritar y a gesticular, como hacía cada vez que estaba contrariado y quiso discutir con ellos, ya les estaba tirando a la cara cuantos papers tenía publicados...y bueno, creo que los fastidió. Al principio parecía que los gatos iban a ignorarlo, pero uno de ellos lo miró y gruñó despacio. Después, delicadamente, lo partió al medio. Fue un movimiento suave...de derecha a izquierda, con la garra de la pata delantera derecha.  Así se murió el loco, se apagó chillando cosas inconexas sobre papers y física nueva. Los gatos, ahora sí, lo ignoraron y subieron las escaleras.

Fueron sólo por los directivos y, como dijo el rengo, "los reventaron a todos". Fueron prolijos, mire que los tipos quisieron huir... y algunos hasta trataron de entregar algún becario en su lugar, pero no. La verdad es que subestimaron a los leones, habrán pensado que eran bichos tontos que querían comida nomás...je, para nada, querían la facultad... ¡Vaya a saber por qué! Pero bueno, lo cierto es que ahora es de ellos...y se trabaja mejor que antes.
El único que no salió corriendo fue Gregorio, el director del instituto, que se quedó en la oficina. Yo pensé que no lo querían a él...pero lo fueron a buscar a lo último, y bueno...lo reventaron  vio...ahora esa es la oficina de ellos, sí...y Betti es la secretaria...ella dice que no piden nada raro. Pero bue, eso pregúntele a ella.  Lo cierto es que ahora se labura más tranquilo vio, son leones razonables...Huy mire, justo  ahí viene uno, sí... a esta hora siempre andan revisando éste pasillo, así los biólogos no joden. Venga vamos, vamos a acariciarle un poco el lomo. ¡Pero venga hombre, dele!

HammerHand 2016.

Lo sé

El trabajo está hecho, es arduo y fatiga
pero el espíritu sigue intacto
incluso he tenido que tomar
los lápices que abandonaron
sobre el tejado de metal.

La lluvia, el sol y el viento
clamaban por ello,
así que debí conseguir una escalera
en la hora más calurosa
trepando hacia lo alto
para al fin atesorarte.

Tal vez no haya logrado mi objetivo,
tal vez siga habiendo errores
pero sé que lo intenté.

Y eso es suficiente.


Revisión terminada.

Tecnología

Tanta tecnología en tan poco tiempo nos ha incomunicado, lejos quedan los días en los que nos juntábamos a jugar en la casa de algún compañero de secundaria, ahora todo es virtual, uno puede ver lo que hace el otro aunque esté a miles de kilómetros.

Incluso los gustos personales son lícitamente revelados con pequeñas encuestas a un costado de nuestro navegador, estar en línea parece ser tan necesario como respirar para algunos, la existencia gira en torno a eso y muchas veces nos importa un carajo lo que le pasa al que tenemos al lado.

Otras tantas al terminar la jornada en lugar de tener una conversación con la persona que vive contigo simplemente te metes en la computadora o frente al televisor, así el único momento que compartes es el abrazo al final del día pero ahí solo sueñas (si puedes) y al día siguiente  queda el buen día.

Ni hablar de esa locura que te invade al no poder conectarte, cuando el servicio está lento o inoperante, dado que la formación de tu equipo o tus mascotas virtuales no serán atendidas ese día.

Por suerte aún estoy a tiempo de apagar éste sistema infernal, porque después de todo “sólo es un sueño que nos gusta ver.”

Sufragio (Naufragio)

Y así como tantas otras cosas, el día llega a su fin, debiendo estar conscientes de ello porque precisamente nuestra existencia se compone de horas y de sangre aunque algunos crean que es por siempre, simplemente no se trata de amarrocar para ser el más rico que se ha ido sino dejar nuestra huella en los demás, algo que requiere sólo una cosa: honestidad.

Pero a la vista de las cosas los políticos y otros tantos cipayos han olvidado esto último, en lugar de debatir acerca de cómo se las ingeniaran para jodernos otros dos años más no sería mejor que de una vez por todas se den cuenta de que con “asistencialismo” y “críticas al asistencialismo” no vamos a ninguna parte.

El trabajo dignifica, siempre y cuando estés registrado, tengas obra social, labures ocho horas, goces de descanso semanal, vacaciones pagas, seguro laboral y parece ser que alguien confundió todo esto con “un plan de emergencia social”.

Como te lo da alguien no es una conquista, entonces es fácil meter el voto en la urna cuando en realidad estás decidiendo el futuro de tus descendientes, vecinos, amigos, compañeros de trabajo (y/o beneficiarios de un plan social). Pero parece ser que si vos votas a uno y no a otro no pasa nada, el problema es el millón de votantes que piensa lo mismo.

En lugar de cortar boleta miras la figurita que encabeza la lista, la que tiene bien puesto el nombre de “lista sábana” dado que nos acuestan cada vez más seguido. Así están las cosas, unos por poder y otros porque no pueden, pero todos tratando de perpetuarse mientras cada generación se olvida de los derechos que tiene como persona.

Poder

El humano entró en conflicto con el resto del mundo tras haberse parado sobre sus dos miembros y darse cuenta de que era diferente, garrote en mano inventó la excusa perfecta. ¡Quiero lo que vos tenés! Y así, en esa forma primitiva de poder, nació todo esto que vemos hoy en día. Aquel que lo detenta tiende a imponerlo, sea por la fuerza o bien por el uso de otro defecto de los seres humanos, la codicia.

La codicia es la que hace que una persona, si se puede llamar así a alguien corrupto y arrogante, desee cada vez más y más; ningún precio es demasiado alto para alcanzar el objetivo. Es entonces en que la codicia se vuelve un móvil, para él que tiene el poder y para quien se deja corromper.

Si esto falla está la fuerza en sus distintas versiones, todas ellas justificadas: armas de destrucción masiva, justicia infinita, agresiones fabricadas, etc. ¿Qué son las vidas de unos miles al lado de poseer las reservas de recursos para los próximos cincuenta años?

La historia no es sino una repetición de eventos, siempre ha habido un bastardo con una excusa en la mano o un hacha. De allí la noción de seguridad (segur en mano) y su contrapartida, tan de moda hoy en día. Se recurre al viejo caballo de batalla cuando no se tiene otro telón, como el balón rodando o las manifestaciones reclamando lo que se nos niega.

Otro elemento vinculado al poder es la hipocresía, ella se presenta a diario y en circunstancias históricas diversas: así, los amerindios necesitaban ser guiados, obedecer al conquistador, servirles y asistir sin protestar al saqueo de sus tierras, la violación de sus familias y el asesinato masivo. Claro que ello no implicaba delito alguno, ya que eran unos bárbaros y aquel que ejercía el poder no solo tenía la razón y la fuerza, sino las sotanas y las cruces de su lado.

Es curioso cómo se ha llamado bárbaro a quien no forma parte de la cultura imperante, he de suponer que estos no veían con buenos ojos que invadieran sus tierras, diciéndoles que hacer y a que Dios adorar (de paso le cobramos tributos también por el hecho de ser infieles). El hereje no era un ser humano, había que someterlo y quemarlo en la hoguera o torturarlo hasta confesara sus pecados. La idea de arrojar a alguien atado al río para que si se ahogaba significara que no era un adorador del demonio, me ha llevado a la siguiente conclusión: en lugar de preguntarnos si estamos solos en el universo, deberíamos resolver otra cuestión. ¿Por qué estamos solos?

La hipocresía humana es tal que mientras todas las calamidades que vemos a diario en la noticia le toquen a otro no hay problema. Todo ello sirve para preparar el feudo, la herencia de otro bastardo que seguirá con la misma política y el uso del poder en su elemento más primitivo: una garrote al que piense, hable o dé una idea distinta que no sea una bajada de línea, un garrote al que tenga demasiadas voces para que sólo haya una voz imperante y todos salten al compás de la vieja canción.

¡Qué grande es mi país!

Repetición

La historia más que cíclica parece repetitiva, sobre todo cuando la memoria de los pueblos ha sido borrada para que sólo se recuerde lo que paso hace unos instantes.

Aún peor es la voluntad subyugada, atando los sueños de una persona a una promesa que nunca se cumplirá pero que cada cuatro años será hecha de nuevo.

El pueblo desmemoriado irá cual zombi detrás de su amo, olvidando los padecimientos del ayer y pensando que esta es la única solución posible.

En tanto alrededor el paisaje no cambia, sólo hay miseria y privaciones, pero esa es una realidad a la que las masas se acostumbran mientras una marioneta idiota juega a que está todo bien para no tener que responder a lo que ocurre del otro lado de ese mundo que han inventado, el cual deja afuera a la mayoría (por no decir a todos).

Hemos hipotecado nuestros sueños a una bazofia de conducción, a los caprichos personales y de paso nos endosamos a los bastardos que venían incluidos en el paquete.

Así van las cosas, acá hay solo dos lados y es necesario que tomemos parte de esa secesión de intereses: el que tiene el control de los medios y el que quiere sacárselos para dárselos a quienes sigan instrucciones como un buen oligofrénico.

La obsecuencia viene incluida con la licencia, la que durará lo que la perpetuidad en el cargo permita, si es necesario tiremos a la basura la Carta Magna total nadie se acordará lo que era.

Existencia

Alguien nace, alguien se va y siempre alguien más decide por esa persona. Cuando venimos al mundo no estamos en condiciones de elegir nada, somos una marioneta en manos de otros y con suerte que sean padres bondadosos. 
Sin embargo el siempre presente y sin forma física, sujeto conocido como el Estado, ya ha decidido por nosotros varias cosas. Desde que nos etiqueten, nos den un nombre y una clave de identificación fiscal hasta que nos digan cuándo somos mayores de edad. 
A partir de ese reconocimiento del etéreo sujeto (nos reconoce un derecho alguien que no existe físicamente, vaya paradoja) podemos hacer cuanto queramos y soportar las consecuencias. Como si yo necesitara permiso de un montón de chupasangres para ser, amar, pensar y sentir.
No contento con esto, el de imponernos una marca que nos vuelve ciudadanos, si llegado el caso pasamos a mejor vida (culmina nuestra existencia) el “no físico” Estado establece qué ocurre en dicho caso.
Desde disponer de nuestros órganos si no dijimos nada al respecto hastaborrar las directivas anticipadas para el caso de que no queramos que nos conserven como una planta de lechuga cremosa en un freezer.
Es curioso, pese a que no se lo puede ver, ni tocar, su mano invisible dispone de nosotros en el comienzo y en el final, viendo a quién le va a cobrar impuestos.

Civilización (Bárbaros)

Metáforas, mensajes que se esconden en una aparente “pantalla” de entretenimiento. El poderoso justifica sus procederes, los enemigos son de otro planeta o son de éste, pero se los llama resistencia, insurgentes, fundamentalistas, aquellos que se oponen por las armas a las imposiciones de los de afuera.

Todo sigue girando en torno a ese mar interior, mientras tengan lo necesario para mantener su estatus no les importa que los demás se ahoguen o sean masacrados. Saquearon el continente negro, vaciaron los cerros en la conquista y ahora hablan de derechos, pero para poder gozar de estos es necesario sortear los obstáculos: el mar, un puñado de neonazis y políticas que excluyen a quienes les ha sido quitado todo, para que unos pocos puedan comer caviar.

Por la razón del dinero o por la fuerza de las armas, las que tienen y las que dicen que tenemos, cambiando el circo por el campo de fútbol pero siempre con la misma farsa: un montaje de unos pocos para embaucar a millones.

A eso le llaman ser civilizados.