I) Donnar.
Es un segundo, el colmillo de la
bestia se quiebra
y lo utilizo para rematarla, para
así liberar el mazo
que yace aprisionado entre sus
fauces.
Es un segundo, el veneno corre a
través de mis venas,
siento que todo a mi alrededor se
detiene.
Todo excepto una cosa,
la sombra del lobo gigante
abalanzándose
sobre mi Padre.
Es un segundo, logro destrabar el
martillo
y mientras la bestia da los
últimos coletazos
lo envío en esa dirección.
Es otro segundo, la sombra del
lobo ha desaparecido
y pese a que he caído en batalla
nuestro Padre ha sobrevivido.
Con él nuestro linaje también.
II) Memoria (Munin).
Puedo recordar el primer día de
clase en la primaria
dado que en esa época no había
jardín de infantes,
estoy hablando de 1986
concretamente.
También recuerdo haberme dado un
golpe
en la rodilla con uno de los
tirantes que luego
se utilizó en la ampliación de la
Escuela Nº 34.
Recuerdo haber ido a buscar un
banco al salón contiguo
en el primer día de clase de la
secundaria,
obviamente también me viene a la
mente el baile de egresados
sobre todo porque recientemente
presencié el de alguien
a quien estimo mucho.
Salvando las distancias diría que
es lo mismo.
También recuerdo el día en el que
llegué a la pensión de Luz y Fuerza
allá por el año ’99 o el gol de
Tévez al Santos en Brasil,
es decir todo tiene que ver con
las emociones.
Lo que se arraiga es emocional
todo lo demás se va descartando,
son como capas de pintura sobre
un mismo cuadro.
Una reemplaza a la otra,
pero existen ciertas marcas que
quedan
y de eso se trata la memoria.
Particularmente que quede algo.
III) La metáfora del tiempo.
Tiempo y vida no son sinónimos
sin embargo van de la mano,
la metáfora del tiempo es un televisor
de perilla que produce un ruido
semejante a una estática al ser encendido.
Al ir cambiando gradualmente de canal
nos encontramos con diferentes escenas
que hacen a la vida de una persona,
su nacimiento, el jardín de infantes,
las corridas por las calles del barrio,
la adolescencia, el grupo de amigos,
un viaje hacia un lugar desconocido,
el desarraigo al tener que emigrar para estudiar
teniendo la posibilidad de hacerlo,
conocer a alguien,
echar raíces dirían antiguamente
y una nueva vida que viene al mundo.
O tal vez no, nada de todo eso,
sino simplemente la vida de una persona
que corre libre por las calles
y que mantiene esto a lo largo de toda su vida
sin nada de lo anterior.
Sin embargo en todos los casos iríamos
cambiando de canal hasta llegar a la última opción,
entonces esa existencia sería un retrato
al costado del sillón en donde el tiempo
encarnado se echaría a dormir
para luego rejuvenecido contemplar
la historia nueva de los que nos suceden.
En realidad la misma historia,
para el tiempo sería todo lo mismo,
lo que ocurriría es que cambiarían los personajes,
es decir los más pequeños cobrarían protagonismo
en tanto los adultos pasarían a formar parte del retrato.
Pero presentes.
sin embargo van de la mano,
la metáfora del tiempo es un televisor
de perilla que produce un ruido
semejante a una estática al ser encendido.
Al ir cambiando gradualmente de canal
nos encontramos con diferentes escenas
que hacen a la vida de una persona,
su nacimiento, el jardín de infantes,
las corridas por las calles del barrio,
la adolescencia, el grupo de amigos,
un viaje hacia un lugar desconocido,
el desarraigo al tener que emigrar para estudiar
teniendo la posibilidad de hacerlo,
conocer a alguien,
echar raíces dirían antiguamente
y una nueva vida que viene al mundo.
O tal vez no, nada de todo eso,
sino simplemente la vida de una persona
que corre libre por las calles
y que mantiene esto a lo largo de toda su vida
sin nada de lo anterior.
Sin embargo en todos los casos iríamos
cambiando de canal hasta llegar a la última opción,
entonces esa existencia sería un retrato
al costado del sillón en donde el tiempo
encarnado se echaría a dormir
para luego rejuvenecido contemplar
la historia nueva de los que nos suceden.
En realidad la misma historia,
para el tiempo sería todo lo mismo,
lo que ocurriría es que cambiarían los personajes,
es decir los más pequeños cobrarían protagonismo
en tanto los adultos pasarían a formar parte del retrato.
Pero presentes.
IV) Niebla y tiempo.
Hay niebla en la ciudad, en
cierta forma el tiempo se asemeja a la niebla ya que va borrando las cosas de a
poco y cuando finalmente se disipa todo ha cambiado.
La ciudad sigue siendo la misma
que antes pero los que cambiamos somos nosotros, los personajes de la historia
cambian, se renuevan y en algunos casos vemos como la historia se repite pero con otras caras.
Es poner en escena algo que
conocemos pero que tomamos como nuevo, en realidad es algo que ya hemos vivido.
Así en el día de mañana la niebla no estará, la ciudad seguirá siendo la misma
pero sus moradores son otros. Eso es lo que hace interesante la historia.
Sin embargo si pudiéramos trazar
un paralelo veríamos que hay cosas que se repiten cotidianamente.
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