Esta obra está licenciada bajo la Licencia Creative Commons Atribución 2.5 Argentina conforme se describe en la página intitulada "Creative Commons". "No hay nada como escribir. Todo lo que haces es sentarte frente a la máquina de escribir y sangrar" (Ernest Hemingway).
sábado
Mojados
nada cambia sólo las cosas que puedes comprar para mostrarle
al mundo tu vida desde esa pantalla tonta.
El residente no quiere competencia, así que le cierra la puerta
a su hermano y finge no reconocerlo.
Donde la puerta yace trabada y vigilada por los perros del imperio
otras tantas se abren al sur, en donde somos todos Mojados.
Bloguero
parte melancólico, parte iracundo,
pero noble como pocos
y sin ese título que solicitaste.
Un rejunte de historias que vienen en la noche a despertarme
y que seguro se verían mejor si tomara nota,
pero difícil abandonar ese estado
de media muerte llamado dormir.
Así que salen como son o como pueden,
en cualquier parte en la que pueda
tomarme un instante para escribir.
M.D.Q. otra vez
lunes
Kurumada
domingo
El opio de la masas
miércoles
Hotel Océano
lunes
Don Horacio
Agua
Reforma
Tren de consecuencias
Tecno Gaucho
Piedra
Pese a que estos salones han sido convertidos en un museo, ustedes aún vigilan. ¡Basta ya de esta mentira! Abandona esa forma y enfréntame.
La montaña rugió, Thorval dejó la forma de piedra que sus ancestros le habían enseñado y portando el martillo enfrentó a aquel que lo amenazaba.
De pronto el lugar cambió, se encontraron flotando en el aire, las nubes corrían como un río debajo. Thorval lanzó una bocanada.
Aquel cuya voz había escuchado abandonó el traje oscuro y se presentó ante él.
_ No hacen falta las formalidades dijo Thorval y levantó el martillo.
_ Tú ya no tienes la ventaja de la roca murmuró el mago.
_ No importa, me basta con tener esto.
Alzó el enorme mazo al cielo, como respuesta nubes negras lo recubrieron. El mago no se intimidó, hasta que de pronto sintió un súbito escalofrío.
Un enorme carro tirado por dos carneros gigantes se abalanzó sobre él y lo pulverizó. Lo único que quedó flotando en el aire fue el cayado del hechicero, lo tomó y formando un círculo rúnico regresó a la vieja montaña.
Tal vez era hora de despertar a sus hermanos pensó, pero no, mejor sería buscar a los magos. Acto seguido como si el martillo entendiera esto fue transportado a un lugar lejano, al otro lado del río se levantaba la torre.
En su cima giraba una esfera de diversos colores, intercambiando entre azul, púrpura, negro y rojo. Thorval encontró a los cuatro magos sentados en torno a una fogata.
_ Al fin has regresado dijo Púrpura.
_Todo alrededor parece haber cambiado.
_ No todo replicó el mago azul, éste tonto de Púrpura detuvo el tiempo. Así que todo ha quedado como en la vieja época.
_ ¡Qué bueno! Les he traído un regalo.
Acto seguido arrojó el cayado, los cuatro magos se miraron sorprendidos. Reconocían las inscripciones en el báculo y ello generó una disputa que terminó con los cuatro desparramados en el piso al chocar sus poderes.
Thorval levantó una silla, se sentó y lanzando una bocanada al aire dijo:
_ Bueno, podríamos comer unos ravioles.
Viejo y nuevo
Al final de un año intenso, la mejor decisión que he tomado ha sido haberme ido de una buena vez y recorrer esas calles polvorientas a lo largo del invierno. El calor de diciembre se hace sentir, incluso el vaivén del océano sobre Creta apenas lo contiene.
Calor, habita en nuestros corazones y en el de esa bestia como la noche sin luna. Apenas nos da tiempo a refrescarnos, apenas para que luego ataque con toda su magnitud mientras buscamos con que contenerlo.
Pero sin éxito.
II)
Emprendí éste viaje a través de terrenos desconocidos una tarde noviembre, pese a que ahora estoy más tiempo en un lugar aún sigo yendo de acá para allá como si una mano invisible me obligara para no perder la membresía en el club de los nómadas.
Si la vida te parece ajetreada deberías ver la de los otros.
III)
Nada más triste que un lápiz abandonado sobre un tejado ardiente, tomemos la escalera escondida en la sala de educación física y vayamos a su rescate.
Al ser trasladado junto con los otros náufragos de la mina, los que hemos salvado del abandono al que sometieron, parece que recobra el conocimiento y liberado sólo quiere escribir sobre esa hoja que también alguien dejó.
IV)
Flotando un poco, para escapar de éste mundo que nos atormenta con rutina y cansancio.
Huyendo lejos de la ruta que conduce hacia esos claustros en los que se acumulan expedientes con nuestros nombres.
La paz no está allí, tampoco esa sombra oscura que se asoma al borde del estanque y pide que le devolvamos la rama que yace abandonada en la otra punta de nuestro refugio.
Mirando las estrellas en un cielo oscuro, lo demás se ve distante y así es como lo dejaremos.
Memoria y tiempo
sin embargo van de la mano,
la metáfora del tiempo es un televisor
de perilla que produce un ruido
semejante a una estática al ser encendido.
Al ir cambiando gradualmente de canal
nos encontramos con diferentes escenas
que hacen a la vida de una persona,
su nacimiento, el jardín de infantes,
las corridas por las calles del barrio,
la adolescencia, el grupo de amigos,
un viaje hacia un lugar desconocido,
el desarraigo al tener que emigrar para estudiar
teniendo la posibilidad de hacerlo,
conocer a alguien,
echar raíces dirían antiguamente
y una nueva vida que viene al mundo.
O tal vez no, nada de todo eso,
sino simplemente la vida de una persona
que corre libre por las calles
y que mantiene esto a lo largo de toda su vida
sin nada de lo anterior.
Sin embargo en todos los casos iríamos
cambiando de canal hasta llegar a la última opción,
entonces esa existencia sería un retrato
al costado del sillón en donde el tiempo
encarnado se echaría a dormir
para luego rejuvenecido contemplar
la historia nueva de los que nos suceden.
En realidad la misma historia,
para el tiempo sería todo lo mismo,
lo que ocurriría es que cambiarían los personajes,
es decir los más pequeños cobrarían protagonismo
en tanto los adultos pasarían a formar parte del retrato.
Pero presentes.
domingo
Los leones insurrectos
Lo sé
pero el espíritu sigue intacto
incluso he tenido que tomar
los lápices que abandonaron
sobre el tejado de metal.
La lluvia, el sol y el viento
clamaban por ello,
así que debí conseguir una escalera
en la hora más calurosa
trepando hacia lo alto
para al fin atesorarte.
Tal vez no haya logrado mi objetivo,
tal vez siga habiendo errores
pero sé que lo intenté.
Y eso es suficiente.
Tecnología
Sufragio (Naufragio)
Poder
El humano entró en conflicto con el resto del mundo tras haberse parado sobre sus dos miembros y darse cuenta de que era diferente, garrote en mano inventó la excusa perfecta. ¡Quiero lo que vos tenés! Y así, en esa forma primitiva de poder, nació todo esto que vemos hoy en día. Aquel que lo detenta tiende a imponerlo, sea por la fuerza o bien por el uso de otro defecto de los seres humanos, la codicia.
La
codicia es la que hace que una persona, si se puede llamar así a alguien
corrupto y arrogante, desee cada vez más y más; ningún precio es demasiado alto
para alcanzar el objetivo. Es entonces en que la codicia se vuelve un móvil,
para él que tiene el poder y para quien se deja corromper.
Si
esto falla está la fuerza en sus distintas versiones, todas ellas justificadas:
armas de destrucción masiva, justicia infinita, agresiones fabricadas, etc. ¿Qué
son las vidas de unos miles al lado de poseer las reservas de recursos para los
próximos cincuenta años?
La
historia no es sino una repetición de eventos, siempre ha habido un bastardo
con una excusa en la mano o un hacha. De allí la noción de seguridad (segur en
mano) y su contrapartida, tan de moda hoy en día. Se recurre al viejo caballo
de batalla cuando no se tiene otro telón, como el balón rodando o las
manifestaciones reclamando lo que se nos niega.
Otro
elemento vinculado al poder es la hipocresía, ella se presenta a diario y en
circunstancias históricas diversas: así, los amerindios necesitaban ser
guiados, obedecer al conquistador, servirles y asistir sin protestar al saqueo
de sus tierras, la violación de sus familias y el asesinato masivo. Claro que
ello no implicaba delito alguno, ya que eran unos bárbaros y aquel que ejercía
el poder no solo tenía la razón y la fuerza, sino las sotanas y las cruces de
su lado.
Es
curioso cómo se ha llamado bárbaro a quien no forma parte de la cultura
imperante, he de suponer que estos no veían con buenos ojos que invadieran sus
tierras, diciéndoles que hacer y a que Dios adorar (de paso le cobramos
tributos también por el hecho de ser infieles). El hereje no era un ser humano,
había que someterlo y quemarlo en la hoguera o torturarlo hasta confesara sus
pecados. La idea de arrojar a alguien atado al río para que si se ahogaba
significara que no era un adorador del demonio, me ha llevado a la siguiente
conclusión: en lugar de preguntarnos si estamos solos en el universo,
deberíamos resolver otra cuestión. ¿Por qué estamos solos?
La hipocresía humana es tal que mientras todas las calamidades que vemos a diario en la noticia le toquen a otro no hay problema. Todo ello sirve para preparar el feudo, la herencia de otro bastardo que seguirá con la misma política y el uso del poder en su elemento más primitivo: una garrote al que piense, hable o dé una idea distinta que no sea una bajada de línea, un garrote al que tenga demasiadas voces para que sólo haya una voz imperante y todos salten al compás de la vieja canción.
¡Qué
grande es mi país!