viernes

Naufragando

Naufragando en el océano
entre los despojos del mundo 
tu barco me ha encontrado
mientras iba hacia el poniente.
Nos hemos detenido a saciarnos
con el agua de nuestros besos
y así juntos, la luna ha venido
envidiosa a reflejarse en 
éste gigantesco espejo.

Creando

Mis líneas son como un martillo sobre un muro,
a veces opto por la vieja tinta y el papel
sobre todo si tengo una copa cerca,
un fuego crepitando en la noche
y algunas ideas que surgen de pronto.
Eso es lo bello de escribir,
es darle forma a algo que está flotando
entre nosotros a la espera que
alguien lo termine captando.
Es dibujar sobre el teclado
una parte de uno mismo,
poniendo el alma en ello.

Vibraciones

Todo estaba preparado,
sus compañeros se guarnecían
del posible resultado de la detonación.
El simplemente esperaba que le dieran
la orden de culminar con el plan
de semanas de trabajo.
Su viejo jefe le dio una palmadita
en el hombro y esa fue la indicación,
sintió las vibraciones mientras
los rascacielos se derrumbaban 
frente a sus ojos.
Luego, dejando a las cuadrillas
que se ocuparían de la limpieza
se dirigió hacia el mar.
Las olas le acariciaron los pies,
notando como éste movimiento
se asemejaba al que había 
sentido anteriormente.

Contienda

El alma se resistió
aun cuando el cuerpo 
no quiso más, ella siguió
batallando contra los demonios.
Cuando las sotanas vinieron,
pensando en limitarla
con castigo eterno y flagelos terrenales,
ella siguió dando pelea.
Tal fue el enfrentamiento
que ni toda esa ciudad estado,
con tantos rituales vanidosos,
pudo construir un monumento
que eclipsara el fuego 
que arde en cada ser humano.
Si por ellos fuera
el mundo seguiría en sombras,
convertidos los pensamientos en cenizas
y la voluntad amarrada en una celda oscura,
mientras invocan tu nombre
para sumirnos en la ignorancia.

Victorioso

Contempla el sol asomar entre un cielo gris,
los cañones han cesado su golpeteo mortal
y ahora la tierra muestra los restos de la batalla.
Profundas heridas cavadas por los hombres
guardan la sangre de los miles que han caído,
impregnando el lugar en donde antes
crecían las vides para regocijos de otros tantos.
Has vencido,
ahora queda reclamar tu macabro trofeo
de despojos y construir ese pequeño sueño
que tanto anhelas, cruzando victorioso los
surcos que pronto serán cubiertos 
para que el mundo vuelva a repetir
los horrores de otra guerra sin sentido.

Contando

Contabas las monedas para poder comprar un sándwich,
yo las junto en una lata para poder pagar el viaje al trabajo.
Parece ser que esa maldición nos persigue entre las generaciones
en tanto buscamos una salida a éste laberinto que han armado
los que controlan todo el circo disfrazado de igualdad.
Ayer llovía cantaros, pero eso no detuvo la maquinaria
electoral aunque hacían faltas las obras que evitarán
las inundaciones sobraban los engranajes del aparato
estatal para seguir diciendo que hacen y sólo administran
nuestra desgraciada pobreza.

Viejo espíritu

La noche yace fría, el mar ruge de fondo
y cientos de estrellas alumbran el cielo
como faros lejanos.
Soy inmensamente feliz sintiendo la brisa
en mi rostro, viendo el rastro de la vía
láctea y al mar avanzar sobre la playa
cuando la marea alcanza su cenit.
Al calor de las llamas hemos bebido
compartiendo momentos que atesoraremos
cuando el tiempo pase y ese espíritu
es el que le dará sonido a nuestra música,
agitando las cuerdas levemente al compás
de esas lágrimas rojas, vertidas en las copas.

Congelado

Hola dice, pero es tu vos la que suena
y a tu madre le parece una broma
cuando se lo cuento.
Caminando a través de la calle desierta
encuentro a un viejo amigo,
de pronto la casa está repleta
de voces del pasado, algo le ha parecido
gracioso y nos lo hace saber.
Trato de darle un nombre al felino
que intenta escapar del embalaje vacío,
supongo que será el de aquel
que también se ha instalado
silencioso en los recuerdos que
los sueños traen.
Congelados como esta mañana
previa al otoño.

Viviendo

Un trazo rojo,
un mar igual detrás 
de la escena
pintada por el acero,
un océano agitado
quebrando sobre los paganos,
consumidas sus maldiciones
por el ruido del oleaje.
Una copa alzada al caer el sol
por los que se fueron hace tanto,
una eternidad cada momento sin ellos.
Miles de faroles en la fría noche de verano
soplando suavemente el viento sobre las dunas,
levantando la espuma que atraca en la orilla
de la desolada playa.
Tanta paz lejos de la gris ciudad,
el camino cuesta arriba,
la voluntad el escudo para recorrerlo
y nuestra alma la espada implacable
en esta batalla llamada existencia.

Cayendo

Corrió el gigante a refugiarse en la caverna,
su vergüenza fue con él y su egocentrismo también.
Oyó al relámpago,
el carro venía por el cielo anunciándose,
trueno y metal unidos en la sinfonía de la tormenta,
el viento un latigazo al cobarde jotun.
En la roca estaría seguro
como en una ciudadela alta,
nadie jamás había logrado vencerlo allí.
La tierra se sacudió
pequeñas piedras cayeron,
ese lugar sería su tumba.
Todo se derrumbó mientras los cuervos
giraban sobre la entrada,
una nube de polvo lo cegó
y cayó hacia el fuego.
Cuando reacción estaba en el inframundo
siendo observado por el gigantesco dragón
que no salía de su asombro,
como alguien con un trasero tan grande
había atravesado las puertas que separaban los mundos.
Se formó en la fila de los que sufrieron el mismo destino
y al llegar al enorme trono la Reina lo observó
con una sonrisa, que era una mueca atroz.
Bienvenido le dijo, mientras lanzaba una bocanada al aire.

Y en eso

Y en eso, las puertas de la fortaleza
se abrieron de par en par.
La música se silenció de pronto,
las velas se agitaron hasta casi extinguirse,
la guitarra del trovador emitió un última
nota desafinada.
El hijo de la montaña estaba parado
en la entrada al bastión orco,
los enanos marcan los años con las
trenzas de sus barbas.
Cuanto más largas mayor la edad,
pero alguno no las usan para ello
sino para recordar las ofensas que han de purgar.
Y éste carecía por completo de ella,
la furia que lo consumía era tal que
se la había rasurado antes de entrar en combate.
Los piel verde lo sabían,
los guerreros se apilaban en su camino
recibiendo todo el peso de sus dos martillos.
En ese día no habría escudos intactos,
su blasón eran esas dos mazas que esgrimía
con mortal precisión.
Así, al final todo quedó en silencio
tan solo el viento se colaba en la sala
vacía, mientras el rey desterrado
se perdía en la ventisca que azotaba la noche.

Calma

Te ves tan tranquila,
un mar en calma antes de la tormenta
contrastando con tu paso
como una vorágine que arrastra las horas
volviéndolas magia pura
y dejando un vació cuando la última
marca del remolino desaparece.
Después la espera vuelve el tiempo
una carga insoportable hasta que
despiertas tan llena de vida,
un nuevo amanecer en nuestras existencias.

Besos

Fue una mezcla de limón y de tequila,
algo tan dulce que aún hoy puedo recordarlo.
Nos quedamos solos en un rincón olvidado
besándonos despacio, algo que no habíamos
probado antes de ese día.
Y luego el mar fue testigo de ese vaivén
de labios encontrados, hasta el momento
en que nos separamos en la noche.

Batalla

El lazo y el martillo
juntos una vez más,
para cabalgar hacia la gloria
en medio de la marea roja
que anunciará éste océano
carmesí al calor de las llamas,
mientras el acero se calienta
anunciando la llegada de una
nueva contienda.

Algo se agitaba

Algo se agitaba dentro,
podría sentirlo más que al frío 
de la noche que los cubría.
Sobre ese tronco desgastado
llevaba a cabo el ritual,
observado por un par de ojos
que veían hacia la nada misma.
Moviéndose frenéticamente,
asiendo las cadenas de la carne
una y otra vez , hasta que no fue
más que la espuma del mar
golpeando sobre la arena.
Entonces saciado se alejó
al amanecer, dejando tras de si
un rastro de perdición.

Adiós

10.000 veces 10.000

Diez mil, cuenta hasta allí
tantas veces como sea necesario
pero siempre aparecerá un idiota
a fastidiarlo todo.
En el oasis hallaré paz
pero fuera la arena 
recordará el calor de los conflictos.
Y por más que me apretuje la capa
algo se colará entre mis ojos,
golpeando mi alma una vez más.

1997

Después de esto no nos veremos tan seguido,
tus palabras aún perduran en mi memoria
y es así como nos hemos dispersado en el viento.
Tras los festejos en un lejano diciembre
nuestros caminos se separaron,
en algún punto existe un monolito recordando
ese momento que queda en el tiempo.
Te veo partir cruzando la entrada de Océano
en una tarde calurosa de enero y esa
es la última imagen que tengo de ti.
Lo demás queda inalterable
hasta el día en el que nos volvamos a ver
y le pongamos rostros cansados
a esta escena llamada existencia.

93' 97'

Un día nos encontraremos, será como antes o tal vez nos acerquemos un poco
al momento en el que no éramos más que unos mocosos tratando de pasar
pruebas, pegando las piezas del rompecabezas que nos ha planteado esta vida
con lo que teníamos a mano y sonriendo en cada amanecer.

Después todo se torna una diáspora, un éxodo fríamente ejecutado e incluso
el arriero se ha ido a buscar otras pasturas, dejando al viejo can oteando el horizonte
para saber cuándo podrá perseguir a los que se apartan de la manada.

Puedo recordar los rostros, los nombres, las risas y cada cosa que descubrimos, 
incluso podría buscar en el fondo de mi memoria para extraer alguna anécdota.
Algo más que volcar aquí.

4 Jinetes

La torre tiembla, el portal hacia el otro lado se ha abierto.
Es hora dejar el bastión, los lazos que nos mantenían 
prisioneros se han cortado finalmente.
Afuera la lluvia cae intensa,
la armadura parece estar hecha a medida
y el acero brillante como el primer día.
Cientos de estrellas se han fundido
cuando el blasón dejó la forja,
ahora es tiempo de blandirlo una vez más.
El primero cruza el páramo devastado,
atrás quedan el pantano y el castillo
derruido de una emperatriz tarada.
El segundo viene desde el sur,
sus cascos resuenan sobre los adoquines
de esa ciudad perdida.
Los otros dos cargarán
desde la ciudad del viento,
trayendo una tormenta de martillos
y hierros incandescentes.
Somos los cuatro
nos hemos soltado de cada esquina de éste mundo
para purgarlo definitivamente,
luego beberemos nuestro Malbec.
Tiembla réprobo,
corre a esconderte
dentro de una madriguera
que nuestro fuego no sabe
de muros ni de defensas.
No hay salvación esta noche,
deja que la lluvia lo lave todo
y los cráneos reposen en las picas.