Día
51: aunque llevamos cincuenta días dentro del bunker
sin salir fuera del pago, ese asado quedó lejos, el disco guardado y no hay música
que permita celebrar la ocasión, la última postal de los estudiantes
deambulando se tornó blanco y negro. Las horas se volvieron un montón de
bloques que se apilaron, lo que vivíamos únicamente los sábados y domingos se
ha venido a instalar en el resto de la semana alterando las costumbres como es
el hecho de que haya olor a pan recién hecho. Una mano trabajosa le da forma a
nuevos cuencos, las grietas le marcan la necesidad de perfeccionar ese arte y
no cesar en su intento de no perder la cordura al ver que alguien se robó otra
hoja del calendario, aunque pronto notará que es su otra mano la que arrojó el
pequeño rectángulo en una bolsa a la que se destinan todos esos materiales
combustibles. La estela de la horneada de ese sábado allá por marzo le viene a
la mente, tanto calor en torno al horno de barro y un grito desaforado
anunciando que la pelota besaba la red en otra imagen que ha quedado como de una
época lejana. Los chistes en mitad de la semana, los viajes repetidos pero que
ahora son algo increíble de imaginar siendo que la mayoría de esos hábitos
deberán ser cambiados a juzgar por las circunstancias que envuelven al mundo
entero. Aunque decir mundo es hablar de un todo en este momento en el que la
igualdad que tanto se reclamó en los últimos setenta y cinco años viene bajo la
forma de una calamidad, que no distingue entre norteños y sureños u oriente y
occidente. Homogeneiza en el espanto y el vacío, puertas adentro la vida sigue
intentando volver alguna buena mañana a que el sol te acaricie el rostro aunque
el invierno venga incluido en el paquete. Ya se anuncia, descuenta los días
rápido y empieza a calentar pidiendo pista aunque suene contradictorio,
anunciada su presencia por esos mensajes que en esquelas se lleva el temporal
dejando desprotegidos a los árboles.
Esta obra está licenciada bajo la Licencia Creative Commons Atribución 2.5 Argentina conforme se describe en la página intitulada "Creative Commons". "No hay nada como escribir. Todo lo que haces es sentarte frente a la máquina de escribir y sangrar" (Ernest Hemingway).
viernes
Día 51 (Búnker)
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