24/11/2017,
8:26
El
paisaje se ve nublado, sin embargo eso no le quita la belleza que parece
sobrarle. Tengo recuerdos del viaje de los diecisiete años que parecen piezas
de un rompecabezas, al que cada minuto aquí le devuelve los colores y las
formas ocultas.
Es como
si el lago los tuviera aprisionados y esperara al sueño de la noche para
devolverlos a su legítimo dueño.
Anoche
encontré en el oasis un poco del líquido negro, el combustible que alimenta a
la bestia y eso permitió seguir un rato más.
Luego
todo fue silencio, perdido quedó el último acto de C. en medio de una
construcción y un traje negro.
Cosas de
los sueños hasta que el reloj sonó.
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