Pese a la distancia, los años, los golpes,
aciertos y errores
uno siempre vuelve al pago.
Y en este lugar a diferencia de otros
se respira paz, algo que parecería ser
bastante complejo con lo ajetreada
que es la vida de una persona
en estos tiempos.
Pero es simplemente el hecho de
disfrutar lo qué ocurre alrededor,
un cielo despejado,
el mar que va y viene,
las calles tranquilas,
el viento, los grillos, las ranas.
Eso, tomarse un instante
para cosas que son pequeñas,
para uno mismo,
para reencontrase con uno mismo.
Es simplemente eso,
lo demás carece de sentido
se pierde en la inmensidad
del océano.
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