Pero
no hay lugar para todos por más canciones que compongamos, aunque eso poco
debería importarme mientras la radio me devuelve una mina de oro por dos líneas
que se repiten una y otra vez, el sueño anglo absorbe al latino que había en
mí.
Lo
convierte en un hibrido, en parte español, en otro tanto ese lenguaje comercial
y todo se reduce a opinar lo mal que viven los demás en tanto a nosotros se nos
pone en un altar de letras vacías e intentos de parecer que somos parte de esa
cultura.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario