sábado

Viajero

Ni aquí,
ni allá,
nunca dos veces
en el mismo lugar.
La nave deja una estela,
marcando el paso por cada puerto
de la costa que recorre.
No pertenecer a ningún sitio,
páramos, pantanos, pinos y viento
lo reciben mientras siente
la incertidumbre crecer,
no hay lugar al que llamar hogar.
Sólo la nave de una vela
cortando el mar,
avanzando de un extremo al otro
sin nada que lo retenga ahora.

De paso

Es una noche fría, observo el andén de la estación de ómnibus de San Bernardo del Tuyú. Es increíble como las personas tienden a ir y a venir en nuestras vidas. Recuerdo varios detalles de la adolescencia allá al sur de los Tres Arroyos.

Sin embargo hay rostros que no veo hace tiempo, los que espero actualizar algún día. Es como una foto que pasa de color a blanco y negro, tal vez por eso la memoria se vuelve selectiva conservando sólo ciertos momentos.

Una tarde del otoño, una sonrisa, una despedida, el baile de egresados, las terminales que pasan deprisa y henos aquí. Justo en donde la costa se curva hacia el interior de la provincia.

Un poco más de soga

Soto vino del otro lado del océano y ya no se fue de ese lugar en el que creció,
llegó en el cincuenta y cuatro en un viejo barco que tenía nombre de mujer.

El mismo nombre de la persona a la que amó y con la que tuvo a su única hija.

Con unos ahorros comenzaron un pequeño corralón de materiales, que luego tuvo una enorme ferretería delante de la antigua estructura.

Proveyó a su comercio de todo lo necesario, en la medida que los años pasaban y él se hacía más conocedor de eso que lo mantenía ocupado.

Cuando su esposa partió, el siguió al frente de ese local ocupándose de cada pequeño detalle
y manteniendo el musculo más importante constantemente ejercitado.

Una tarde su hija lo sorprendió  con la noticia de que iba a ser abuelo, así que ahí descubrió cuánta verdad había en lo que le dijo una vez a un cliente: “uno siempre necesita un poco más de soga”.

De nuevo en camino

Mañana será el día en el que dejemos
la paz de éste lugar para ir de nuevo
hacia esa costa crispada.
El tiempo se ha ido,
lento e implacable,
ya siento la vela hincharse
al recibir el aire del oeste
que nos empuja lejos de Océano.
Y de tus brazos,
el calor de tus caricias
en la mañana cuando sabíamos
que no había otra cosa que 
la burbuja en la que morábamos
lejos de todas esas cuestiones mundanas.

De junio a julio

Tantas cosas perdimos en el mes del invierno
que sólo nos quedan vacíos porque no hay
forma de llenarlos con nada
y sin embargo ahí está esa vuelta
como si fuera una ironía.
Los santos yacen ausentes,
es el 2 de Julio y no puedo evitar
que se vengan las lágrimas cuando
la pelota infla la red, algo demasiado
grande me ha sido arrebatado
mientras Brasil es tierra Genovesa.
Y por si fuera poco otro 9 de Julio
todo se ha vuelto azul finalmente,
preludio de la vida que viene
un día después, para cambiar por
completo el mundo de unos cuantos.
Lo que te ha sido quitado en Junio
te será recompensado en Julio,
que otra cosas podías esperar con un 
nombre como ese, mientras las batallas 
parecen tenerlo como sinónimo 
y blasón insigne.

viernes

Danza

Puedo sentir la oscuridad cobrar forma,
es aterrador, ominoso y frío el momento
pero tras ese instante todo parece calmarse.

Sobre todo cuando te empujo para que corras
escaleras abajo, alejándote de la luz que empieza
a surgir lentamente de entre los dedos.

Puede sentir como se revela,
al final del pasillo la oscuridad crece
como las desilusiones que vivimos.

Seguida de la esperanza,
un rayo luminoso atraviesa el corredor
mandando de vuelta a ese ser perverso.

Luz y oscuridad chocan,
una se alimenta de otra pero
sin que desaparezcan del todo.

Luz y oscuridad,
las sombras danzan en la casa
antes de partir hacia 
el Nido de Serpientes.

Vámonos

No espero más,
ya estoy grande para esto
así que por una vez en la vida
me arriesgaré un poco.
Tan solo eso,
nada de esperar a que
todo se acomode para poder
sentir que el paso es firme.
De última
me levantaré si doy
por tierra con mis cosas,
pero habrá valido la pena
cada segundo de ese viaje.

Culpables

Culpable yo por no ver la realidad.
Culpable tu por conformarte con sobrevivir
haciendo lo que sea necesario.
Culpables ella y él, por dejarse llevar
hacia un abismo profundo llamado codicia.
Culpables nosotros como nación, por no
poder exigir justicia y ver a nuestros hijos
morir uno detrás de otro, mientras sólo
recordamos hasta que el tiempo lo desgasta.
Culpables ellos, que han inventado esta puesta
en escena y han tomado cualquier medio
para asegurarse la impunidad.
Culpables, todos culpables
pero nadie se ha enterado
ya que solo el tiempo los juzgará,
el mismo con el que olvidaremos
las faltas cometidas.
La larga marcha del desgaste,
de las velas encendidas por los que perdimos
y por aquellos que nos quitaron.
Culpables, solamente eso, culpables
pero sin condena alguna excepto la
de la historia. 
Una verdadera mierda que no me 
sirve de nada, un conformismo estúpido
y vacío, como toda esa hipocresía
de la libertad, la igualdad y la fraternidad.

Cuándo

De tantas cosas que uno pierde a veces
la ausencia de ciertas personas que te han
dejado una huella imborrable, es una
sensación de vacío que no tiene igual.
Cuántos momentos hemos pasado
en la orilla del mar de nuestra vida
pensando que sería así para siempre
y entonces como un manotazo
simplemente somos náufragos de
una tormenta que no vimos venir.
Y en ese instante cuando sólo queda
la añoranza de lo que se nos fue,
al calor de la fogata que nos
da un pequeño resquicio ante el cruel
invierno, es cuándo finalmente te he
vuelto a encontrar Amiga.

Viajeros

Naufragando en el océano
entre los despojos del mundo 
tu barco me ha encontrado
mientras iba hacia el poniente.
Nos hemos detenido a saciarnos
con el agua de nuestros besos
y así juntos, la luna ha venido
envidiosa a reflejarse en 
éste gigantesco espejo.

Naufragando

Naufragando en el océano
entre los despojos del mundo 
tu barco me ha encontrado
mientras iba hacia el poniente.
Nos hemos detenido a saciarnos
con el agua de nuestros besos
y así juntos, la luna ha venido
envidiosa a reflejarse en 
éste gigantesco espejo.

Creando

Mis líneas son como un martillo sobre un muro,
a veces opto por la vieja tinta y el papel
sobre todo si tengo una copa cerca,
un fuego crepitando en la noche
y algunas ideas que surgen de pronto.
Eso es lo bello de escribir,
es darle forma a algo que está flotando
entre nosotros a la espera que
alguien lo termine captando.
Es dibujar sobre el teclado
una parte de uno mismo,
poniendo el alma en ello.

Vibraciones

Todo estaba preparado,
sus compañeros se guarnecían
del posible resultado de la detonación.
El simplemente esperaba que le dieran
la orden de culminar con el plan
de semanas de trabajo.
Su viejo jefe le dio una palmadita
en el hombro y esa fue la indicación,
sintió las vibraciones mientras
los rascacielos se derrumbaban 
frente a sus ojos.
Luego, dejando a las cuadrillas
que se ocuparían de la limpieza
se dirigió hacia el mar.
Las olas le acariciaron los pies,
notando como éste movimiento
se asemejaba al que había 
sentido anteriormente.

Contienda

El alma se resistió
aun cuando el cuerpo 
no quiso más, ella siguió
batallando contra los demonios.
Cuando las sotanas vinieron,
pensando en limitarla
con castigo eterno y flagelos terrenales,
ella siguió dando pelea.
Tal fue el enfrentamiento
que ni toda esa ciudad estado,
con tantos rituales vanidosos,
pudo construir un monumento
que eclipsara el fuego 
que arde en cada ser humano.
Si por ellos fuera
el mundo seguiría en sombras,
convertidos los pensamientos en cenizas
y la voluntad amarrada en una celda oscura,
mientras invocan tu nombre
para sumirnos en la ignorancia.

Victorioso

Contempla el sol asomar entre un cielo gris,
los cañones han cesado su golpeteo mortal
y ahora la tierra muestra los restos de la batalla.
Profundas heridas cavadas por los hombres
guardan la sangre de los miles que han caído,
impregnando el lugar en donde antes
crecían las vides para regocijos de otros tantos.
Has vencido,
ahora queda reclamar tu macabro trofeo
de despojos y construir ese pequeño sueño
que tanto anhelas, cruzando victorioso los
surcos que pronto serán cubiertos 
para que el mundo vuelva a repetir
los horrores de otra guerra sin sentido.

Contando

Contabas las monedas para poder comprar un sándwich,
yo las junto en una lata para poder pagar el viaje al trabajo.
Parece ser que esa maldición nos persigue entre las generaciones
en tanto buscamos una salida a éste laberinto que han armado
los que controlan todo el circo disfrazado de igualdad.
Ayer llovía cantaros, pero eso no detuvo la maquinaria
electoral aunque hacían faltas las obras que evitarán
las inundaciones sobraban los engranajes del aparato
estatal para seguir diciendo que hacen y sólo administran
nuestra desgraciada pobreza.

Viejo espíritu

La noche yace fría, el mar ruge de fondo
y cientos de estrellas alumbran el cielo
como faros lejanos.
Soy inmensamente feliz sintiendo la brisa
en mi rostro, viendo el rastro de la vía
láctea y al mar avanzar sobre la playa
cuando la marea alcanza su cenit.
Al calor de las llamas hemos bebido
compartiendo momentos que atesoraremos
cuando el tiempo pase y ese espíritu
es el que le dará sonido a nuestra música,
agitando las cuerdas levemente al compás
de esas lágrimas rojas, vertidas en las copas.

Congelado

Hola dice, pero es tu vos la que suena
y a tu madre le parece una broma
cuando se lo cuento.
Caminando a través de la calle desierta
encuentro a un viejo amigo,
de pronto la casa está repleta
de voces del pasado, algo le ha parecido
gracioso y nos lo hace saber.
Trato de darle un nombre al felino
que intenta escapar del embalaje vacío,
supongo que será el de aquel
que también se ha instalado
silencioso en los recuerdos que
los sueños traen.
Congelados como esta mañana
previa al otoño.

Viviendo

Un trazo rojo,
un mar igual detrás 
de la escena
pintada por el acero,
un océano agitado
quebrando sobre los paganos,
consumidas sus maldiciones
por el ruido del oleaje.
Una copa alzada al caer el sol
por los que se fueron hace tanto,
una eternidad cada momento sin ellos.
Miles de faroles en la fría noche de verano
soplando suavemente el viento sobre las dunas,
levantando la espuma que atraca en la orilla
de la desolada playa.
Tanta paz lejos de la gris ciudad,
el camino cuesta arriba,
la voluntad el escudo para recorrerlo
y nuestra alma la espada implacable
en esta batalla llamada existencia.

Cayendo

Corrió el gigante a refugiarse en la caverna,
su vergüenza fue con él y su egocentrismo también.
Oyó al relámpago,
el carro venía por el cielo anunciándose,
trueno y metal unidos en la sinfonía de la tormenta,
el viento un latigazo al cobarde jotun.
En la roca estaría seguro
como en una ciudadela alta,
nadie jamás había logrado vencerlo allí.
La tierra se sacudió
pequeñas piedras cayeron,
ese lugar sería su tumba.
Todo se derrumbó mientras los cuervos
giraban sobre la entrada,
una nube de polvo lo cegó
y cayó hacia el fuego.
Cuando reacción estaba en el inframundo
siendo observado por el gigantesco dragón
que no salía de su asombro,
como alguien con un trasero tan grande
había atravesado las puertas que separaban los mundos.
Se formó en la fila de los que sufrieron el mismo destino
y al llegar al enorme trono la Reina lo observó
con una sonrisa, que era una mueca atroz.
Bienvenido le dijo, mientras lanzaba una bocanada al aire.