Salieron a pacificar los sitios que querían poseer
y depredaron todo, incluso la sangre de esa tierra.
Por el agua, por el oro negro o por cualquier otra cosa,
siempre la excusa es buena.
Insurgente el que se resiste,
rebelde aquel que ve a los suyos
despedazados por barras y estrellas.
Lo demás es una cinta repetida en una caja boba,
tergiversándolo todo para justificar
el genocidio al que nos someten.
Esta obra está licenciada bajo la Licencia Creative Commons Atribución 2.5 Argentina conforme se describe en la página intitulada "Creative Commons". "No hay nada como escribir. Todo lo que haces es sentarte frente a la máquina de escribir y sangrar" (Ernest Hemingway).
jueves
Humanos
Por accidente encontró el fuego
y desde ese momento le negó
un lugar a quien hasta entonces
había compartido con el éste viaje,
por el mundo que descubrían día a día.
Aprendió a fundir los metales
y los bosques en los que corría libre
fueron talados y cercados,
negándole el paso a los demás.
Levantó enormes edificios,
monumentos a su soberbia
y sólo los que pueden pagar viven en ellos.
Descubrió como curar enfermedades
pero si tienes suficiente metal,
sino que te consuma y tus restos
podrán ser usados para los que
puedan pagar el tratamiento.
Y al final lo único que queda libre
es el mar, eterno y memorioso,
viendo hundirse en la mediocridad
a quienes salieron de él.
Las flores nos maravillan
pero las cortamos, una tras otra,
y a los pájaros que eran libres cuando
pusimos un pie en la tierra
los metemos en las jaulas
del metal que aprendimos a manipular.
Una tras otra generación
engendra demonios que persiguen
sueños materiales, porque la paz
con uno mismo no tiene forma física
ni valor alguno.
Al menos para los que han nacido
en una sociedad de plástico
y de desinterés, por lo que no tiene
trascendencia dentro de esa caja boba
a la que muchos han hipotecado
una gran parte de su vida.
y desde ese momento le negó
un lugar a quien hasta entonces
había compartido con el éste viaje,
por el mundo que descubrían día a día.
Aprendió a fundir los metales
y los bosques en los que corría libre
fueron talados y cercados,
negándole el paso a los demás.
Levantó enormes edificios,
monumentos a su soberbia
y sólo los que pueden pagar viven en ellos.
Descubrió como curar enfermedades
pero si tienes suficiente metal,
sino que te consuma y tus restos
podrán ser usados para los que
puedan pagar el tratamiento.
Y al final lo único que queda libre
es el mar, eterno y memorioso,
viendo hundirse en la mediocridad
a quienes salieron de él.
Las flores nos maravillan
pero las cortamos, una tras otra,
y a los pájaros que eran libres cuando
pusimos un pie en la tierra
los metemos en las jaulas
del metal que aprendimos a manipular.
Una tras otra generación
engendra demonios que persiguen
sueños materiales, porque la paz
con uno mismo no tiene forma física
ni valor alguno.
Al menos para los que han nacido
en una sociedad de plástico
y de desinterés, por lo que no tiene
trascendencia dentro de esa caja boba
a la que muchos han hipotecado
una gran parte de su vida.
Sangra amor, sangra
Amar
solo ese debería bastar,
pero aquí estamos
en éste momento de indecisiones.
Buscando una excusa en cualquier parte
como si tanto gruñidos resolvieran algo
de todo esto que nos pasa.
Nuestro amor sangra
clamando seguir vivo
mientras nos enfrascamos en discusiones
sin sentido que nos hacen perder
la vista de aquello que
es lo único que importa.
Nosotros.Amar
solo ese debería bastar,
pero aquí estamos
en éste momento de indecisiones.
Buscando una excusa en cualquier parte
como si tanto gruñidos resolvieran algo
de todo esto que nos pasa.
Nuestro amor sangra
clamando seguir vivo
mientras nos enfrascamos en discusiones
sin sentido que nos hacen perder
la vista de aquello que
es lo único que importa.
Nosotros.
solo ese debería bastar,
pero aquí estamos
en éste momento de indecisiones.
Buscando una excusa en cualquier parte
como si tanto gruñidos resolvieran algo
de todo esto que nos pasa.
Nuestro amor sangra
clamando seguir vivo
mientras nos enfrascamos en discusiones
sin sentido que nos hacen perder
la vista de aquello que
es lo único que importa.
Nosotros.Amar
solo ese debería bastar,
pero aquí estamos
en éste momento de indecisiones.
Buscando una excusa en cualquier parte
como si tanto gruñidos resolvieran algo
de todo esto que nos pasa.
Nuestro amor sangra
clamando seguir vivo
mientras nos enfrascamos en discusiones
sin sentido que nos hacen perder
la vista de aquello que
es lo único que importa.
Nosotros.
Huellas
Puedo borrar tu número,
las notas sobre el refrigerador,
las fotos que ahora son digitales
como la vida de algunos.
Aun así las lágrimas vertidas perdurarán
al igual que las caricias, las risas
y los besos que me obsequiaste.
las notas sobre el refrigerador,
las fotos que ahora son digitales
como la vida de algunos.
Aun así las lágrimas vertidas perdurarán
al igual que las caricias, las risas
y los besos que me obsequiaste.
Sangre
El viento trae los gritos de
la victoria en una marea azul
mezclada con la dorada gloria,
mientras cada movimiento
de los guerreros los acerca
más y más a la estocada final.
Permanecen en éste campo de batalla,
el griterío incesante se ha
transformado en un cuerno de batalla
y la sangre explota al sonar de él.
Ella los ha guiado hasta aquí
venida desde el otro lado del océano,
a través de cientos de barcos
que escaparon de la devastación.
Ahora duerme en cada uno de nosotros,
el estandarte al viento
la muestra tal como ha sido
derramada en ese manto blanco
sobre las montañas recubiertas de pinos,
mientras su portador la transfería a otro.
Y ahora mezclándose con esta marea
al otro lado del mar, lejos
de la península pero tan cerca,
cuando otro día glorioso comienza
y esa sangre late con más fuerza
aun en la adversidad para
alcanzar la gloria.
la victoria en una marea azul
mezclada con la dorada gloria,
mientras cada movimiento
de los guerreros los acerca
más y más a la estocada final.
Permanecen en éste campo de batalla,
el griterío incesante se ha
transformado en un cuerno de batalla
y la sangre explota al sonar de él.
Ella los ha guiado hasta aquí
venida desde el otro lado del océano,
a través de cientos de barcos
que escaparon de la devastación.
Ahora duerme en cada uno de nosotros,
el estandarte al viento
la muestra tal como ha sido
derramada en ese manto blanco
sobre las montañas recubiertas de pinos,
mientras su portador la transfería a otro.
Y ahora mezclándose con esta marea
al otro lado del mar, lejos
de la península pero tan cerca,
cuando otro día glorioso comienza
y esa sangre late con más fuerza
aun en la adversidad para
alcanzar la gloria.
Hermanos
Se detuvieron en la llanura,
la lluvia los cubría
como una manta protectora,
no sentían el frío
el llanto se les había secado
de tanto andar batallando.
Los escudos golpeaban enemigos,
las espadas dejaban un lago rojo
formándose sobre la planicie.
El martillo era implacable,
manejado por la mano experta
del guerrero recubierto de cicatrices
que la larga barba cubría.
Un reflejo azul a su derecha
le indicó que su hermano se movía
segador entre los rivales,
su existencia y su espada
eran un resplandor en el medio de
la batalla que los reunía.
Al amanecer cesaron,
el sol los cubrió de tibieza
y entonces los dos contemplaron
el renacer del mundo
tras la caída de los demonios.
la lluvia los cubría
como una manta protectora,
no sentían el frío
el llanto se les había secado
de tanto andar batallando.
Los escudos golpeaban enemigos,
las espadas dejaban un lago rojo
formándose sobre la planicie.
El martillo era implacable,
manejado por la mano experta
del guerrero recubierto de cicatrices
que la larga barba cubría.
Un reflejo azul a su derecha
le indicó que su hermano se movía
segador entre los rivales,
su existencia y su espada
eran un resplandor en el medio de
la batalla que los reunía.
Al amanecer cesaron,
el sol los cubrió de tibieza
y entonces los dos contemplaron
el renacer del mundo
tras la caída de los demonios.
Gloria
Las escenas pasan
quedando la gloria
entre tantas postales,
el tiempo no ha empañado
lo que ellos consiguieron
en los campos lejanos
de oriente.
Justo cerca del sol naciente
yace durmiendo el eco
de las batallas que libraron
y que pese a la distancia
que nos separa de esa tierra,
su recuerdo es tan nuestro
que atesora las vitrinas
de ese santuario de la ribera.
quedando la gloria
entre tantas postales,
el tiempo no ha empañado
lo que ellos consiguieron
en los campos lejanos
de oriente.
Justo cerca del sol naciente
yace durmiendo el eco
de las batallas que libraron
y que pese a la distancia
que nos separa de esa tierra,
su recuerdo es tan nuestro
que atesora las vitrinas
de ese santuario de la ribera.
Septiembre
Diez años desde aquel cumpleaños sin vos,
diez estaciones que he atravesado solo
esperando verte en cada una de ellas.
Diez temporadas festejando y padeciendo
junto a los colores que son tu herencia,
la de mi Padre, tu Hijo, tu Nieto.
Diez años que no parecen nada
pero que denotan tu ausencia,
aun cuando me he dado cuenta
de que pese a que no estás aquí
vives en nosotros.
diez estaciones que he atravesado solo
esperando verte en cada una de ellas.
Diez temporadas festejando y padeciendo
junto a los colores que son tu herencia,
la de mi Padre, tu Hijo, tu Nieto.
Diez años que no parecen nada
pero que denotan tu ausencia,
aun cuando me he dado cuenta
de que pese a que no estás aquí
vives en nosotros.
Gesú
Bajo la antigua montaña
justo por encima del fuego del dragón,
moran los maestros de la roca.
Duros cómo granito,
el alma en calma igual a la lluvia
y el corazón delatando al trueno,
mientras siguen forjando
el salón de HammerHand.
Cuando sopla el viento desde el poniente
y la lluvia golpea la ladera ancestral,
ruge el trueno en lo alto de la forja
entonando los enanos una canción
en honor a HammerHand.
Chocan las copas rebosantes de
Cerveza y de Malbec.
¡Dejen entrar a los piel verde
y a los orejas largas!
A todos les daremos la bienvenida
en los salones de roca.
Brindan los orcos de Grokk
y los cara pálida de Carrara,
no añorando ni el páramo ni
el bosque, en el interminable festín
en honor al más grande guerrero
que haya pisado una contienda.
justo por encima del fuego del dragón,
moran los maestros de la roca.
Duros cómo granito,
el alma en calma igual a la lluvia
y el corazón delatando al trueno,
mientras siguen forjando
el salón de HammerHand.
Cuando sopla el viento desde el poniente
y la lluvia golpea la ladera ancestral,
ruge el trueno en lo alto de la forja
entonando los enanos una canción
en honor a HammerHand.
Chocan las copas rebosantes de
Cerveza y de Malbec.
¡Dejen entrar a los piel verde
y a los orejas largas!
A todos les daremos la bienvenida
en los salones de roca.
Brindan los orcos de Grokk
y los cara pálida de Carrara,
no añorando ni el páramo ni
el bosque, en el interminable festín
en honor al más grande guerrero
que haya pisado una contienda.
Séptima
Hombres codiciosos invadieron la ciudad
como un enjambre de carroñeros,
topándose con las defensoras.
La última de siete los enfrentó,
cubierta de plata,
sus aceros se movían
recubriéndose de sangre
hasta que al final sólo quedó ella.
Sintió la tierra temblar,
las brujas negras traían
la plaga de demonios
a través del bosque del sur.
Ahora únicamente quedaba ella
para evitar el final
de la ciudad de los navegantes.
Trepó hasta la torre,
encontró la habitación de cristal,
la luz arcana guiaba a las
naves evitando los acantilados.
Tomó el manuscrito
y comenzó a recitar las palabras
conjurando el hechizo.
La montaña del sur se estremeció,
los antiguos moradores
despertaban al fin de su sueño,
blandiendo martillos,
escudos de acero,
bajando desde la fortaleza de piedra
derribando a los invasores,
invocando al viento y al trueno
purgando a las brujas negras.
Se detuvo cansada,
mientras ella viviera
la ciudad estaría a salvo.
Pronunció el nombre
de un guerrero caído,
le pidió a los dioses que cuidaran
de él por ella, hasta que la senda
de plata se formara en el cielo.
como un enjambre de carroñeros,
topándose con las defensoras.
La última de siete los enfrentó,
cubierta de plata,
sus aceros se movían
recubriéndose de sangre
hasta que al final sólo quedó ella.
Sintió la tierra temblar,
las brujas negras traían
la plaga de demonios
a través del bosque del sur.
Ahora únicamente quedaba ella
para evitar el final
de la ciudad de los navegantes.
Trepó hasta la torre,
encontró la habitación de cristal,
la luz arcana guiaba a las
naves evitando los acantilados.
Tomó el manuscrito
y comenzó a recitar las palabras
conjurando el hechizo.
La montaña del sur se estremeció,
los antiguos moradores
despertaban al fin de su sueño,
blandiendo martillos,
escudos de acero,
bajando desde la fortaleza de piedra
derribando a los invasores,
invocando al viento y al trueno
purgando a las brujas negras.
Se detuvo cansada,
mientras ella viviera
la ciudad estaría a salvo.
Pronunció el nombre
de un guerrero caído,
le pidió a los dioses que cuidaran
de él por ella, hasta que la senda
de plata se formara en el cielo.
Final y principio
La estación se ve rebasada de
personas que van y vienen,
las naves rojas se van llevándoselas,
las horas se han vuelto piedras pesadas
mientras espero que llegue mi turno
en el andén al que he llevado
todos mis sueños y dudas.
Febrero se va,
nuestra amistad parte con él,
la noche es fresca
me voy dejando atrás a la mujer
a la que en otra época amé.
Lo que queda es esta Emperatriz,
sentándose cómoda en un trono vacío
mientras el humo se va hacia el cielo
cubriendo la noche de recuerdos.
Tus paso llamaron mi atención
una noche de marzo,
hace más de una década,
si te propusiste meterte debajo de mi piel
no tuviste que hacer nada para conseguirlo.
La mano se apoyó sobre mi hombro
cuando las cosas se pusieron difíciles
y ésa misma mano se abrió
pretendiendo arrojarme al vacío,
siendo rescatados por los que
no buscaron nunca nada a cambio.
Ahora tu imagen se borra
en medio de la niebla que cubre
el camino por donde vago,
recordando cada día esos
dos ojos azules implacables.
personas que van y vienen,
las naves rojas se van llevándoselas,
las horas se han vuelto piedras pesadas
mientras espero que llegue mi turno
en el andén al que he llevado
todos mis sueños y dudas.
Febrero se va,
nuestra amistad parte con él,
la noche es fresca
me voy dejando atrás a la mujer
a la que en otra época amé.
Lo que queda es esta Emperatriz,
sentándose cómoda en un trono vacío
mientras el humo se va hacia el cielo
cubriendo la noche de recuerdos.
Tus paso llamaron mi atención
una noche de marzo,
hace más de una década,
si te propusiste meterte debajo de mi piel
no tuviste que hacer nada para conseguirlo.
La mano se apoyó sobre mi hombro
cuando las cosas se pusieron difíciles
y ésa misma mano se abrió
pretendiendo arrojarme al vacío,
siendo rescatados por los que
no buscaron nunca nada a cambio.
Ahora tu imagen se borra
en medio de la niebla que cubre
el camino por donde vago,
recordando cada día esos
dos ojos azules implacables.
martes
Será que acaso
Será acaso que esta época hace aflorar todos los sentimientos
y más de algún recuerdo, es como ver la vida a través de un vidrio
sin poder cambiar la escena que pasa ante nuestros ojos,
meros testigos de algo que yace más allá de toda razón.
Así es como tantas cosas se nos hacen presentes,
un beso, una caricia, una palabra de alguien que se ha ido
y la lista parece no tener fin, las lágrimas tampoco.
Tanto que añoramos otras cosas, sin tener muchas veces
algo de todo eso, olvidando que lo más importante
no es amarrocar cosas en una cofre
sino tener aquello necesario e indispensable.
Un amigo, un amor, un motivo para cada día,
lo demás se puede ir al carajo,
yo no lo necesito y no lo quiero.
Fútbol
El único credo que tiene más fieles
que cualquiera de las religiones que existen,
el único que habla todas las lenguas
y que pone en plano de igualdad
al norte y al sur.
El único cuyo himno no está escrito,
que no tiene límites, ni banderas
definidas, pero su nombre está
en todas partes.
A la vuelta de las calles de nuestro barrio,
en La Boca, Núñez y Avellaneda,
en el corazón viola del Artemio Franchi,
en las calles de Génova, Napolés,
Vecchiano, Vicopisano,
sobre los médanos de Océano,
en la Ría de Ajó y Tuyú,
pero por siempre en nuestros corazones.
que cualquiera de las religiones que existen,
el único que habla todas las lenguas
y que pone en plano de igualdad
al norte y al sur.
El único cuyo himno no está escrito,
que no tiene límites, ni banderas
definidas, pero su nombre está
en todas partes.
A la vuelta de las calles de nuestro barrio,
en La Boca, Núñez y Avellaneda,
en el corazón viola del Artemio Franchi,
en las calles de Génova, Napolés,
Vecchiano, Vicopisano,
sobre los médanos de Océano,
en la Ría de Ajó y Tuyú,
pero por siempre en nuestros corazones.
Seudo
Seudodemocracia, deberíamos botarlos a todos ellos
y luego tal vez quede alguno que se pueda votar
sin el temor a que es todo lo mismo.
Un montón de personalismos en pugna
por ver quién se sienta en el sillón
a administrar nuestros ingresos con la excusa
de que la ley los ampara.
Sin un estado que nos proteja
eso no es más que una linda frase,
nuestra Constitución es el rollo con el que
se limpian el trasero contando las ganancias robadas.
Cualquiera de esos gusanos de traje y obsecuencias
se presta para la vuelta, en tanto no haya que poner
el lomo hacen lo que sea con tal de continuar
manteniendo la basura conseguida a costa de otros.
Incluso he visto formas de prostitución en eso de ir
colgados con cualquiera con tal de conseguir una banca,
si Alem resucita caza la recortada y no queda ninguno.
y luego tal vez quede alguno que se pueda votar
sin el temor a que es todo lo mismo.
Un montón de personalismos en pugna
por ver quién se sienta en el sillón
a administrar nuestros ingresos con la excusa
de que la ley los ampara.
Sin un estado que nos proteja
eso no es más que una linda frase,
nuestra Constitución es el rollo con el que
se limpian el trasero contando las ganancias robadas.
Cualquiera de esos gusanos de traje y obsecuencias
se presta para la vuelta, en tanto no haya que poner
el lomo hacen lo que sea con tal de continuar
manteniendo la basura conseguida a costa de otros.
Incluso he visto formas de prostitución en eso de ir
colgados con cualquiera con tal de conseguir una banca,
si Alem resucita caza la recortada y no queda ninguno.
Foráneo
Llegué en medio de la noche como un usurpador (aunque hay varios que salen de día) y me encontré de pronto en una ciudad desconocida, con un ejército interminable de habitantes que marchaban presurosos en un día cualquiera de febrero de 1999 rumbo a sus trabajos.
Salía del pequeño oasis a la orilla del mar y comenzaba a descubrir el mundo que rodeaba aquella ciudad que la niebla se empeñaba en ocultar de los ojos externos.
Todo hoy me sabe a vos, sobre todo los amigos que he conocido y las cosas que se han ido, ha sido un tiempo maravilloso pero no quiero decir que el mejor que he vivido porque eso sería restarle importancia a todo lo que estoy pasando ahora.
Así que para no olvidarte y como forma de sacar algunos males que se me arraigaron en éste viaje que lleva ya tantos años, inicié éste blog como mi lugar definitivo en el mundo.
A bucear pues.
Si fuera
Si fuera el mar
no llegaría una ola a la orilla,
salvo cuando el viento
agitara tu escote
y me colara como las gotas
para perderme en tus abismos.
Si dejaras la costa
reclamaría el continente,
rugiendo a mi paso
hasta lamer tus pies
y replegarme antes
de que despiertes.
no llegaría una ola a la orilla,
salvo cuando el viento
agitara tu escote
y me colara como las gotas
para perderme en tus abismos.
Si dejaras la costa
reclamaría el continente,
rugiendo a mi paso
hasta lamer tus pies
y replegarme antes
de que despiertes.
Final y comienzo
I)
Hombre de negro, el alma en tinieblas,
cubierto de violencia, sangre y pecados.
Excesos, frecuentando burdeles
sin sentir nada llamado amor,
torturando, matando, segando
todo en nombre de una justa causa.
Dejando una moneda, sólo un pedazo de
metal para que las almas no pudieran
pagarle al barquero el cruce del río.
La historia le ha perdido el rastro,
escondido y envejeciendo en un rincón
a la espera de que el tiempo lo juzgue
con su arma más impiadosa, el silencio
y la soledad que precede a la muerte.
Ahí entonces, todos sus actos cobraron vida
mientras esta lo abandonaba y la bolsa
con las monedas caía en un abismo profundo,
desde donde las almas atrapadas de sus víctimas
quedaron al fin liberadas.
II)
Cuando el otoño estaba por terminar
el iniciaba la recolección de aquellos
troncos que aún no se habían perdido
del todo y los guardaba en su taller.
En el invierno tallaba los juguetes,
un caballo, una calesita y un perro,
los que habría de repartir al final del año
entre las manos pequeñas de su pueblo.
Y guardaba siempre un último juguete,
para el niño que aún dormía en lo profundo
de su ser, el que cuando llegamos a ser adultos
dejamos olvidado en un rincón.
III)
Sus viejos siempre fueron el norte
y como una nave sin su faro
se encontró, ante la ausencia
de cada uno de ellos.
Fue viendo las escenas en una
sucesión de instantáneas,
a las que el tiempo se molestaba
en desgastar mientras a ella
aún le quedaban los recuerdos
en la mente y el corazón.
Así pasó el legado a sus pequeñas,
anhelando que nunca su memoria
se borrara, porque con ella se irían
las de quienes estuvieron antes.
IV)
Todos estos sentimientos afloran ahora,
debe ser la época en la que finalmente
me detengo un rato en medio de la
correntada que no me deja.
¿O acaso es qué no sé cómo detenerme?
Ahí va la tarde del último día del año,
cuando brindemos a la medianoche
una parte de mí estará allá a lo lejos,
en la distancia, justo donde el viento
sopla sobre esos médanos y susurra
tantos nombres que guardo en mi alma.
Ahí donde el barco hundido da testimonio
de otra historia que el mar, como un fiel guardián,
se ocupa de preservar con los años.
Justo ahí, en los pinos de la entrada y en las
calles de tosca, murmurando con el viento
entre las paredes desiertas en las que
alguna vez hemos sido felices.
Ahí, justo ahí, en ese lugar llamado Océano.
V)
Son una columna interminable, son miles
de luces, sonidos y personas que han venido
a curar la locura de la ciudad a las orillas del mar.
Marchan bajo el sol, uno detrás de otro,
como si una fuerza extraña los empujara
a comportarse de esa forma.
Animales de hábitos urbanos,
que invaden éste lugar tan solitario
mientras mi perro y yo aguardamos
que nos regresen la paz que se han llevado.
Hombre de negro, el alma en tinieblas,
cubierto de violencia, sangre y pecados.
Excesos, frecuentando burdeles
sin sentir nada llamado amor,
torturando, matando, segando
todo en nombre de una justa causa.
Dejando una moneda, sólo un pedazo de
metal para que las almas no pudieran
pagarle al barquero el cruce del río.
La historia le ha perdido el rastro,
escondido y envejeciendo en un rincón
a la espera de que el tiempo lo juzgue
con su arma más impiadosa, el silencio
y la soledad que precede a la muerte.
Ahí entonces, todos sus actos cobraron vida
mientras esta lo abandonaba y la bolsa
con las monedas caía en un abismo profundo,
desde donde las almas atrapadas de sus víctimas
quedaron al fin liberadas.
II)
Cuando el otoño estaba por terminar
el iniciaba la recolección de aquellos
troncos que aún no se habían perdido
del todo y los guardaba en su taller.
En el invierno tallaba los juguetes,
un caballo, una calesita y un perro,
los que habría de repartir al final del año
entre las manos pequeñas de su pueblo.
Y guardaba siempre un último juguete,
para el niño que aún dormía en lo profundo
de su ser, el que cuando llegamos a ser adultos
dejamos olvidado en un rincón.
III)
Sus viejos siempre fueron el norte
y como una nave sin su faro
se encontró, ante la ausencia
de cada uno de ellos.
Fue viendo las escenas en una
sucesión de instantáneas,
a las que el tiempo se molestaba
en desgastar mientras a ella
aún le quedaban los recuerdos
en la mente y el corazón.
Así pasó el legado a sus pequeñas,
anhelando que nunca su memoria
se borrara, porque con ella se irían
las de quienes estuvieron antes.
IV)
Todos estos sentimientos afloran ahora,
debe ser la época en la que finalmente
me detengo un rato en medio de la
correntada que no me deja.
¿O acaso es qué no sé cómo detenerme?
Ahí va la tarde del último día del año,
cuando brindemos a la medianoche
una parte de mí estará allá a lo lejos,
en la distancia, justo donde el viento
sopla sobre esos médanos y susurra
tantos nombres que guardo en mi alma.
Ahí donde el barco hundido da testimonio
de otra historia que el mar, como un fiel guardián,
se ocupa de preservar con los años.
Justo ahí, en los pinos de la entrada y en las
calles de tosca, murmurando con el viento
entre las paredes desiertas en las que
alguna vez hemos sido felices.
Ahí, justo ahí, en ese lugar llamado Océano.
V)
Son una columna interminable, son miles
de luces, sonidos y personas que han venido
a curar la locura de la ciudad a las orillas del mar.
Marchan bajo el sol, uno detrás de otro,
como si una fuerza extraña los empujara
a comportarse de esa forma.
Animales de hábitos urbanos,
que invaden éste lugar tan solitario
mientras mi perro y yo aguardamos
que nos regresen la paz que se han llevado.
Experiencia
Será porque con el tiempo
las cosas se ven con la calma necesaria,
cuando la primavera de los veinte
y la tormenta de los treinta
han quedado lejos.
Los sonidos distantes,
la brisa del mar del este,
la armonía que rodea todo
excepto a quienes viven
acelerados como para apreciarlo.
las cosas se ven con la calma necesaria,
cuando la primavera de los veinte
y la tormenta de los treinta
han quedado lejos.
Los sonidos distantes,
la brisa del mar del este,
la armonía que rodea todo
excepto a quienes viven
acelerados como para apreciarlo.
Sin rumbo
La barca había olvidado el rumbo,
sobre la cubierta los tripulantes
no prestaban atención a esto
ocupados en cuestiones banales
ostentando sus posesiones,
demasiado oro opacando el sol.
La cabina de mando estaba vacía
nadie que se ocupara del destino
que podía tener el navío,
mientras éste se dirigía
hacia el arrecife que el océano ocultaba.
Barría las costas llevándose los recuerdos,
quitando las huellas del hombre
como si nunca hubiera estado ahí.
El océano era lo único constante
en éste mundo en el que sus habitantes
lo ignoraban por completo,
dándole importancia a las alhajas que llevaban.
Nada de pensar en los de abajo
que mantenían funcionando la nave,
recibiendo a cambio los restos de los de arriba.
Entonces el acero encontró las fauces
afiladas de la roca milenaria,
cientos de heridas abiertas
la nave tardaría en hundirse,
pero con el tiempo los esfuerzos
de los de abajo fueron inútiles.
Los primeros en caer pelearon
hasta que las aguas fueron demasiado,
los de arriba trataron de salvarse
escapando en pequeños botes
que el mar engullía como cáscaras de nuez.
Eso fue todo,
apenas unas cuantas burbujas
después la calma anterior,
ni siquiera el oleaje llevó el recuerdo
hacia la playa.
sobre la cubierta los tripulantes
no prestaban atención a esto
ocupados en cuestiones banales
ostentando sus posesiones,
demasiado oro opacando el sol.
La cabina de mando estaba vacía
nadie que se ocupara del destino
que podía tener el navío,
mientras éste se dirigía
hacia el arrecife que el océano ocultaba.
Barría las costas llevándose los recuerdos,
quitando las huellas del hombre
como si nunca hubiera estado ahí.
El océano era lo único constante
en éste mundo en el que sus habitantes
lo ignoraban por completo,
dándole importancia a las alhajas que llevaban.
Nada de pensar en los de abajo
que mantenían funcionando la nave,
recibiendo a cambio los restos de los de arriba.
Entonces el acero encontró las fauces
afiladas de la roca milenaria,
cientos de heridas abiertas
la nave tardaría en hundirse,
pero con el tiempo los esfuerzos
de los de abajo fueron inútiles.
Los primeros en caer pelearon
hasta que las aguas fueron demasiado,
los de arriba trataron de salvarse
escapando en pequeños botes
que el mar engullía como cáscaras de nuez.
Eso fue todo,
apenas unas cuantas burbujas
después la calma anterior,
ni siquiera el oleaje llevó el recuerdo
hacia la playa.
Existe
No corras las cortinas, que ella llega de todas formas
y pasa entre nosotros sin que lo notemos,
tiempo es algo que pensamos que tenemos
de sobra, pero al final no nos sobra nada.
Y ella vendrá a cubrirnos en cualquier momento,
así que no te pongas demasiado cómodo
en ese trono construido vanidosamente.
y pasa entre nosotros sin que lo notemos,
tiempo es algo que pensamos que tenemos
de sobra, pero al final no nos sobra nada.
Y ella vendrá a cubrirnos en cualquier momento,
así que no te pongas demasiado cómodo
en ese trono construido vanidosamente.
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