El texto le pertenece al Negro Fontanarossa, fue publicado en el libro "Los trenes matan a los autos y otros cuentos" del Grupo Editorial Planeta.
La imagen ha sido extraída del sgte. enlace:
https://media.diariopopular.com.ar/ad...
El sonido al final del video pertenece a:
https://www.youtube.com/watch?v=HBHBJ...
La fuente del texto es:
http://triflenew.blogspot.com/2016/06...
Esta obra está licenciada bajo la Licencia Creative Commons Atribución 2.5 Argentina conforme se describe en la página intitulada "Creative Commons". "No hay nada como escribir. Todo lo que haces es sentarte frente a la máquina de escribir y sangrar" (Ernest Hemingway).
viernes
martes
Escritos en un café
En una de las tantas esquinas viene empujando al viento, este se resiste detrás de un colectivo que cruza Callao y se une a la eterna migración. Por momentos se escapa pero el tiempo sabe que lo encontrará más adelante, cuestión de conocer al mundo y a esos dos locos. Uno que sopla en cuanto rincón encuentra, el otro que le besa los pies a la tierra pero detiene el avance cuando esta le da lugar a algo más que llevarse las poesías escritas por algún nostálgico en la arena que se ha secado y la barre la brisa.
Pequeño Lido cercano a la plaza ahí en donde logran que algunas de las vacas sigan las reglas que se sancionan, encerrado entre las avenidas como un puerto al amparo de las tormentas aguardas a que se presenten esos náufragos que buscan el reparo de la tempestad y un poco de la vieja bebida negra. Alguna que otra poesía intenta quedarse en la galería, evitando el bombardeo que la torna un montón de venas azules y luego simplemente papel mojado. Igual a esas normas.
viernes
Doom (12/10 en una escala de malo)
Corriendo por
entre los pasillos oscuros para dejar atrás a las hordas de demonios y los
caídos que ahora levantan sus armas siendo usados como marionetas por la bestia
que se esconde detrás de puertas cuyas llaves están esparcidas. Cada
tanto envía un desafío nuevo intentando detener el avance a base de fuego, las
municiones también yacen abandonadas en cuartos secretos pero al dar con ellas
las esperanzas son renovadas. Una confrontación final aguarda más allá de ese
infierno en el que se mezclan fuego y sangre, por más horrores que desates
escondidos en esas cajas al final sabemos cómo ha de terminar. Porque cuando la
enorme torre se eleve sentiré el viento justiciero golpeándome el rostro, tres
detonaciones bien dirigidas y esa cara se vuelve un montón de explosiones que
sacuden el averno. Ahora finalmente puedo descansar, hasta que a Romero se le
ocurra crear otro wad y entonces la tentación será demasiado grande. Ya que
estaré buscando terminar con cada uno de esos niveles, hasta dar con el arma
grande cuya luz verde sabe a condena para esos demonios.
Basado en toda la experiencia acumulada en el juego Doom de ID Software, creado por las mentes brillantes de John Romero, John Carmack, Adrian Carmack y Tom Hall, para la todopoderosa PCMR. ¡Hail to the King, baby!
El título entre paréntesis proviene del cómic del mismo juego.
Pacífico
Me han dicho que su lecho es rocoso
pero como las piedras son obstinadas
las desaloja cada tanto para que
cuando la marea cambie acogerlas
nuevamente contando las cabezas
y notando que alguien se ha llevado
una de ellas de recuerdo.
domingo
Silencio
Si hubieran querido que me callara, no me habrían enseñado a
leer y escribir. Tampoco tendría ningún valor más allá de los billetes y el
crédito asesino, sería apenas un pedazo de estiércol con los modales de un tipo
preparado pero el buen día ausente. Pues bien, dado que el tiempo todavía no me
calla es que decidí decir que estoy harto de las sectas que representan la nada
misma pero se arrogan el nombre del pueblo dormido. Pueden ponerle el nombre
que quieran, no son más que acólitos de una orden superior con cuentas en redes
sociales y argumentos berretas. Un ejército de zombis de fácil adoctrinamiento,
sin pensamientos propios excepto por la oración repetida hasta convencerse que
son la panacea. Aunque la cura apenas alcanza para unos pocos y sirve para
dejar afuera a la mayoría, criminales por haber nacido diferentes así que mejor
diagnosticar el mal e intentar homogeneizar esas conductas desviadas. Se persigue
al culpable, antes supuestamente inocente, con teas y capuchas por medio de una
red social. Miserables sin vida alguna, despotricando contra todo lo que
represente al género opuesto y olvidando que la mitad de su ser lleva el mismo
estigma. Dedo acusador, mensaje breve sin pensar demasiado en las consecuencias
de cazar brujas. De tanto buscar alguna vez tendrán razón, sin importar las
víctimas colaterales que esto implique. No les importa, lo toman como una
especie de acto de justicia igual al que han cometido otros a lo largo de la
historia y no es más que una acción de cobardes con difusión masiva. Ignoran en
sus delirios que su supuesta igualdad no es otra cosa que dejar afuera a todos
los hombres o tal vez lo saben pero no quieren admitirlo. Por si acaso
cualquier hábito asociado a ellos debe ser tildado de machista, cuando los
justificativos faltan. Y si eso no funciona perseguir con una lluvia divina al
infractor, alcanzándolo con el brazo etéreo del ciberespacio y la prueba de que
no tienen vida propia. Máquinas repetidoras de discursos clase zeta, a las que
el repertorio se les agota enseguida y recurren al insulto, se cosifica al
hombre como recurso extremo sabiendo que no habrá tarjeta roja. No es padre,
hermano, amigo, amante o cualquier otro término que indique vínculo, es una
cosa a la que deben destruir. Imponiendo una guía de la deconstrucción para que
los sobrevivientes a la cacería se muestren cabizbajos y acepten sin chistar
las nuevas reglas. Total las que no nos convienen son retrogradas, parte de un
sistema opresor que debe derrumbarse al igual que los muros de Ilión, empleando
un método parecido al de Nemo. Un sinfín de mensajes dirigidos a las mentes de
personas permeables, jalando los hilos para que la representación cobre vida y
beneficie a las adeptas de la primera hora. La igualdad aparece como una utopía
cuando la víctima se torna victimario, exhibiendo su ser como el único con
derechos y pidiendo la rendición incondicional de los que piensan distinto. Silenciando
las voces diferentes, tortura digital como castigo y el coro de loros repite para no olvidar detalle
alguno. Por si acaso cualquier reclamo va a la misma bolsa, sin importar que
ustedes me pisen en el proceso. Han olvidado que existimos por dos, nunca por
un único individuo.
Cuaderno 2, 6.
viernes
Poder (Sombras)
La luz que existe iluminando a la figura pública presenta
oscuridad alrededor, en ella se mueven los hilos decidiendo sobre un sinfín de
vidas aparte de la del titiritero. Los objetivos son claros, mantener las cosas
en la misma situación y asegurar el bienestar para unos pocos. Doscientos años
de nada, de hipotecas a ser pagadas por los hijos de los hijos de los hijos.
Condenando a los de ahora, mañana y pasado a vivir del crédito aparte de drenar
las migajas de aquellos que la yugan. Creando manadas de conformistas, de
inquisidores envueltos en redes que atrapan fragmentos de las vidas de
desconocidos. Tirando el mensaje sin consecuencia alguna en tanto se suman
adeptos, ignorantes con teclado y pantalla táctil que saben un poco de nada
pero opinan de todo. El logro del que detenta la manija, masas carentes de
conocimiento con conciencia de sus derechos en un extremo pero sin el balance
de las obligaciones. Interjección con disfraz de carita feliz, energía gastada
en intentar un fundamento que termina en una risa. Las sogas cumplieron su
destino, tener a la mayor cantidad de sobras ocupadas en asuntos sin sentido en
tanto se contraen nuevos créditos debitados del tiempo de nuestros esfuerzos.
El líder sale al escenario, una tarima para uno que imparte un mensaje de luz
en tanto en las sombras hacen filas los mismos de siempre. Una partida jugada
hasta el hartazgo por los mismos partícipes en el asalto a las arcas llenas de
monedas. La vida convertida en billetes, sudor y recortes en la existencia para
sobrevivir. El poderoso tendrá más tiempo, decrépitos con fueros para llegar al
final inmunes.
Cuaderno 2, 5.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)