El año se va, en realidad no es más que un espejismo, es una continuación. Uno se lo puede tomar bien o mal, desear que llegue ese punto para marcar una especie de quiebre.
Pero en realidad el quiebre se puede hacer antes si la situación viene mala, el tema es convencerse de eso, buscar el espacio para poder desarrollar algo que realmente lo reconforte a uno y no quedarse simplemente atrapado en la rutina, que lamentablemente la rutina no es vivir.
Vivir es absolutamente experimentar, es exactamente lo contrario, la rutina no es más que una repetición de hábitos bien o mal aprendidos, a los cuales uno de pronto empieza con ese cansancio, el hastío, y es necesario intentar otra cosa.
Pero realmente uno puede encontrar las formas distintas de encarar determinados asuntos, simplemente viéndose frente al espejo, o sea la respuesta está en uno, no hay otra cosa.
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