Un paso más, debo seguir hacia
adelante, los errores son simplemente formas de aprender, no es que lo de antes
no sea importante pero esta es una constante evolución mutando la escritura con
el paso de los años hasta transformarla en una obra definitivamente concluida. Así
que no veré hacia atrás, lejos yacen los días bajo los álamos en los que
garabateaba formas sobre una libreta de almacenero y en espacios vacíos en las
márgenes de los folletos que se convirtieron en basura, luego llegaría el fuego
purificando esos borradores pero también la lluvia hasta que el hábito de
deambular bajo ella se ha vuelto una costumbre. No entiendo la razón por la que
los demás huyen presurosos, ayer encontré de nuevo esa maravilla que es
pedalear bajo una llovizna en tanto las pequeñas partículas de tierra se
adhieren al cuadro y terminan por completar la escena, pintando el negro con
manchas blancas semejantes a las estrellas en la fría noche del verano. Las
líneas de gris se recubren de azul, el lenguaje comunica aunque a ciertos
ágrafos se les haya ocurrido lo contrario e intenten imponer términos que
carecen de sentido, tratan en vano de conseguir igualdad mediante imposiciones
tornándose victimarios tras haber sido víctimas y cosificándolo todo para así
justificar su modelo bastardo. En tanto la tinta tiñe las hojas de azul,
dejando la sangre y el sudor en cada pequeña creación, más difícil que destruir
dado lo qué implica sacar a la luz ideas nuevas lanzándolas al espacio en donde
nuestras existencias se desarrollan, pese a que ciertos sectores se dedican únicamente
a tratar de doblegar escudados en un argumento barato adquirido en una tienda
de rebajas.
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