Danzando alrededor del árbol de las Hespérides encontró a Dionisio ocupado en correrle una carrera al Tiempo, sólo que este último se había ido a otra parte y dejó a su competidor abandonado. Ares estalló de rabia, más que en cualquier batalla y le quitó al dios beodo la botella que sostenía en sus manos, Baco abandonó la fiesta dirigiéndose a la forja de Hefesto y hurtando el vehículo de carreras que este recién había terminado. A Cronos se le gana sobre ruedas gritó mientras daba una vuelta más al árbol y se encontraba con el iracundo Marte, quien de una patada destrozó el carro, Dionisio siguió corriendo alrededor de aquella planta, Ares le lanzó una maldición y el dios ebrio terminó de la única forma de tratar una mamúa, durmiendo bajo las ramas.
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