Atiza el fuego, mientras te cuento lo que he visto antes de que llegaras. De esta forma tú le contarás a los que vengan luego lo que has vivido antes de su nacimiento.
Esta es la ocasión perfecta, estamos para esto y luego simplemente nos perderemos en el sueño eterno. Al viejo Hipnos le agradará que lo evoquemos cuando golpeemos las copas y murmuremos en sueños el nombre de alguien que se ha ido.
Es por ello que el calor del fuego me fascina tanto, el sopor en el que me veo inmerso es la antesala de esas imágenes oníricas en donde todo está bien.
Ahí estamos todos.
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