Descansa recostada
en la losa fría
blanda y babosa
como cuando vivía
inmóvil, rencorosa
reposa sin esfuerzo
tan nerviosa
y despectiva
muerta como viva.
Descansa recostada
blanda y ojerosa
quejándose, mohínosa
del aire que respira.
Con ademanes finos
a los demás denigra
se siente así mejor
y simula una sonrisa.
Descansa, pero cada tanto la mano estira
buscando la copa de la que bebe el esfuerzo
de los demás, incluso de aquel al que dice amar.
Descansa, sueña que es enorme y que su luz,
disfrazada por la oscuridad, se extiende
a todos los rincones haciendo que su
nombre sea conocido más allá de una vidriera.
Descansa, grita, golpea la mesa haciendo
que ruede la copa cuando finalmente se ha dado
cuenta que a su alrededor sólo hay silencio,
profundo espacio del olvido y la miseria.
en la losa fría
blanda y babosa
como cuando vivía
inmóvil, rencorosa
reposa sin esfuerzo
tan nerviosa
y despectiva
muerta como viva.
Descansa recostada
blanda y ojerosa
quejándose, mohínosa
del aire que respira.
Con ademanes finos
a los demás denigra
se siente así mejor
y simula una sonrisa.
Descansa, pero cada tanto la mano estira
buscando la copa de la que bebe el esfuerzo
de los demás, incluso de aquel al que dice amar.
Descansa, sueña que es enorme y que su luz,
disfrazada por la oscuridad, se extiende
a todos los rincones haciendo que su
nombre sea conocido más allá de una vidriera.
Descansa, grita, golpea la mesa haciendo
que ruede la copa cuando finalmente se ha dado
cuenta que a su alrededor sólo hay silencio,
profundo espacio del olvido y la miseria.
Romero y Fiori, 2019.
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