jueves

20 años


Subimos y caímos, el hielo en la cima nos encandiló dejando una marca interna,
un hilo invisible que une a un montón más de personajes pero se pierde entre
las rocas eternas convirtiéndose debajo en un hilo de agua sobre el que
las sillas vuelan devolviendo al mundo a los que se atreven en las alturas.

Los años pasan inevitablemente, el que regresa no es más que un sujeto extraviado
que llegó un buen día de septiembre con la clara de intención de no quedarse,
aunque entre los árboles pétreos dejó una inscripción que el tiempo se ocupó
de volver parte de esas rocas que se disfrazan de plantas para poder sobrevivir.

El resto se han vuelto guijarros que se precipitan hacia los lagos desde alturas
verdes y blancas en medio del bullicio que pronto el viento se ocupa de acallar,
siendo simplemente el epílogo de un viaje que culmina en una estación más
dando paso al enorme teatro en el que ha de desarrollarse la otra parte de la obra.

A los que nos despedimos en este viaje.


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